La decisión no ha sido fácil teniendo en cuenta que los cinco hombres que se mostraron más fuertes durante el Mundial -Alejandro Valverde, Rigoberto Urán, Joaquim Rodríguez, Rui Costa y el propio Vincenzo Nibali- serán de la partida en la cita lombarda. Sin embargo, a pesar de los pesares, hemos decidido apostar por el siciliano, y es que durante la cita mundialista evidenció estar al mismo nivel que sus adversarios durante las ascensiones a Fisole y Via Salvati, además de una implicación en carrera envidiable.
A su favor tiene, como no podía ser de otra forma, su compromiso con el ciclismo. Sabemos que lo dará todo por alzarse con su primera gran clásica tras haberse quedado con la miel en los labios en varias ocasiones como Liège-Bastogne-Liège’12 en que sus opciones murieron bajo la flamme rouge o el propio Giro di Lombaria’11 cuando las campanas de la Madonna del Ghisallo doblaron por él tras un ataque a más de 50km de meta. Sin embargo sus opciones murieron en el llano camino de Villa Vergano, una veintena de kilómetros que también en este 2013 representan el mayor escollo para que, por fin, se alce con la victoria.
Pero nosotros confiamos en lo Squalo, porque va siendo hora de que la suerte le sonría y porque tenemos claro que volverá a intentarlo. Y es que Vincenzo Nibali es sabedor de que si se la juega en la última subida, no tendrá opción ante corredores mucho más explosivos, y que llegando en un grupo al sprint en Lecco, habrá quien le fulmine con una mayor punta de velocidad. Aunque del mismo modo que se conocen sus puntos débiles, también se conocen sus virtudes, y parece evidente que a mayor desgaste y peor meteorología aumentarán sus opciones.
Es por eso que apostamos por él, porque nos gusta apostar por el de Messina, ya que apostar por él es apostar por el espectáculo, por una carrera endurecida durante la ascensión a la Colma di Sormano y rota camino de la Madonna del Ghisallo, o en su defecto que se decida en Villa Vergano sin gregarios ni equipos, a cara de perro. Y quién sabe si en la bajada. Porque tras una Milano – Sanremo y una Liège-Bastogne-Liège cruzadas en este 2013 Vincenzo Nibali debe reafirmarse también como uno de los mejores clasicómanos del pelotón y añadir una victoria que dé todavía más valor a su segundo puesto en la Vuelta y la maglia rosa lograda en el Giro d’Italia durante el mes de mayo.