Si la temporada de la neerlandesa Ellen van Dijk ya se podía definir como espectacular antes de presentarse en los Mundiales de Toscana, con lo que lleva logrado aquí hasta el momento casi se agotan los calificativos. Haciendo buenos los pronósticos que la situaban como favorita casi unánime, ha logrado el maillot arcoiris en contrarreloj individual al imponerse, rodando a una media de 47 km/h, a la neozelandesa Linda Villumsen -que consigue así su 5ª medalla consecutiva en la especialidad sin victoria- y a la estadounidense Carmen Small, quien se ha impuesto en la lucha por el bronce a su compatriota Evelyn Stevens por solamente… ¡4 centésimas de segundo! La representación española ha concluido con unas discretas pero esperables 31ª y 37ª plazas a cargo de Leire Olaberría y Anna Sanchis, respectivamente.
Un día soleado y con ligero viento saludaba a las primeras corredoras en tomar la rampa de salida, que iban marcando los primeros tiempos, poco llamativos, a la espera de que las grandes comenzasen su carrera. Pero, como es habitual, en este tipo de contrarrelojes disputadas como prueba de un día suelen saltar algunas sorpresas, y la más grande del día iba a ser la danesa Annika Langvad. Prácticamente desconocida, sin apenas resultados más allá de la victoria en el nacional CRI de su país, su manera de ir pulverizando los tiempos anteriores y la velocidad media desarrollada pronto dejaron claro que su registro iba a ser duradero.
Pasaban los minutos y, cuando corredoras ya de considerable caché como Loes Gunnewijk o Lisa Brennauer no conseguían ponerse por delante, la crono de Langvad cobraba aún una dimensión mayor. Ni siquiera la campeona de Europa sub-23, la ucraniana Hanna Solovey -mencionada por muchos como la posible tapada del día- lograba superarla, quedándose a escados 3 segundos en meta. Tuvo que ser la veterana alemana Trixi Worrack quien, en un esfuerzo de menos a más, pudiese al fin derribar ese muro casi infranqueable en que se había convertido el registro de la danesa.
A partir de ese momento se abrió la veda para las grandes favoritas, y los primeros intermedios dejaban claro que Ellen van Dijk estaba rodando un punto por encima del resto mientras Villumsen, Small y Stevens parecían llamadas a jugarse con la propia Worrack el resto de medallas. Carmen Small era la primera en cruzar la meta, superando por un suspiro a Worrack y situándose como primera provisional. Evie Stevens, que venía justo a rebufo de los tiempos intermedios de su compatriota, ponía el toque de suspense en la interminable recta de meta para cruzar 4 insignificantes centésimas de segundo por detrás que, en vista del desarrollo de la carrera, la iban a dejar fuera del podio.
En efecto, Linda Villumsen, la siguiente en terminar, lo hacía 4 segundos por delante, pero las miradas ya estaban centradas en una Van Dijk que rodaba implacable hacia la gloria. Cruzó la línea final con un margen cercano al medio minuto, que la coronaba, con total merecimiento, como lo que es: la mejor contrarrelojista del pelotón femenino actual. Un oro mundialista que sumar al conseguido el pasado domingo en la contrarreloj por equipos con el Specialized-lululemon, y que la deja ante una oportunidad histórica: la de lograr la victoria en todas las disciplinas del Mundial, si el día se torna a su favor en la prueba en ruta. En principio lleva un rol de gregaria en la potentísima selección neerlandesa, pero con su progresión a lo largo de este 2013 en las pruebas de un día de carácter moderadamente montañoso nada es descartable. El sábado lo veremos.
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