Desde su salto al campo profesional en 2007 los diferentes proyectos capitaneados por Jonathan Vaughters han tenido un claro dominio estadounidense en sus plantillas. El comienzo de la internacionalización del proyecto en 2008 con la llegada de Garmin y Chipotle como patrocinadores permitieron la apertura a ciclistas del exterior. Entre ellos siempre ha destacado la presencia de corredores de Oceanía. Australianos y neozelandeses se convirtieron con el paso de los años en un eje fundamental para Slipstream.
Dos líneas han seguido las contrataciones de Vaughters: el fichaje de corredores experimentados y jóvenes con proyección. Una clara misiva que ha trasladado el manager americano a los diferentes planteles. La llegada de corredores veteranos tenía un firme objetivo; más allá de los resultados, más allá del rendimiento, la experiencia que aportaban al seno del equipo era el principal valor que aportaban sus firmas. Unos fichajes que han visto como han cambiado en los últimos años hacía la contratación de jóvenes valores una vez que la plantilla había crecido en cuanto a formación.
Los fichajes de Julian Dean, Trent Lowe y Cristopher Sutton comenzaron a marcar una tendencia que se ha extendido hasta ahora. Tras ellos Jack Bobridge, Cameron y Travis Meyer, Matthew Wilson, Heinrich Haussler, Brett Lancaster, Jack Bauer, Nathan Haas, Lachlan Morton, Tom Scully, Steele Von Hoff, Rohan Dennis y Glen O´Shea han defendido los colores de los equipos de Vaughters. Un planteamiento que también siguió el Chipotle, conjunto Continental filial de la estructura del World Tour, por el que pasaron por sus filas Morton, Scully o Von Hoff.
Este planteamiento se chocó frente al nacimiento del que hoy es en día el Orica-GreenEDGE. El salto al pelotón del proyecto nacional australiano acabó con la marcha de corredores de la talla de Cameron Meyer, Brett Lancaster o Jack Bobridge además de cerrar el paso de jóvenes talentos. Un hecho que minó, en parte, la firma de nuevos corredores que pese a la oferta de la formación australiana han decidido correr en Garmin-Sharp como el caso de Rohan Dennis.
Calidad y triunfos, su marca de identidad
A parte de su calidad como ciclistas, los triunfos y el rendimiento que han cosechado los ciclistas oceánicos marcan el éxito del planteamiento de Vaughters. Desde la llegada de Dean, Sutton y Lowe los resultados han sido permanentes. En 2008 sumaron dos de las doce victorias que alcanzó en toda la temporada el Garmin-Chipotle además de firmar seis segundos. La temporada siguiente se elevaron hasta alcanzar las cuatro -todas ellas de Sutton- y nueve segundos puestos.
En 2010 alcanzaron la primera victoria en el World Tour de la mano de Bobridge en un parcial del Eneco Tour mientras que los hermanos Meyer se repartían los títulos nacionales -Cameron crono y Travis ruta- mientras que Dean sumó tres segundos puestos en dos etapas del Tour de Francia y una en el Giro de Italia.
La temporada siguiente supuso un salto de calidad. La llegada de Heinrich Haussler sumó tres victorias y cuatro segundos puestos al mismo tiempo que Cameron Meyer lograba la mejor victoria para los oceánicos con su triunfo en el Tour Down Under donde también logró una victoria parcial. Antes el propio Meyer lograba el título nacional al que el triunfo de Bobridge en ruta sumó un nuevo doblete.
Tras no sumar triunfo alguno en 2012 -Haas fue segundo en la general del Tour of Britain y Haussler cuatro veces segundo en California- la senda de las victorias ha regresado en la presente temporada. Dos corredores, dos jóvenes, dos corredores con proyección han centrado el protagonismo. Dennis (1990) y Morton (1992) han debutado con buen pie en Garmin-Sharp. El primero, tras darse a conocer al gran público en Dauphiné donde fue octavo, sumó en Alberta una victoria parcial y la general final. El segundo, ojito derecho de Vaughters, sumó un gran parcial en Utah accediendo al liderato mientras que en el USA Pro finalizó segundo en la segunda etapa vistiéndose de líder durante dos jornadas cerrando su participación con un notable quinto puesto final.
Los dos apuntan a convertirse en la referencia de un equipo junto a los Andrew Talansky, Daniel Martin o Ryder Hesjedal. Dos corredores a los que se suman la progresión de Nathan Haas (1989) que augura el éxito de la conexión con Oceanía del proyecto de Vaughters.