Hasta la llegada del mes de julio no estaba siendo una buena temporada para los intereses del BMC. El enésimo proyecto estadounidense volvía a fracasar en las clásicas de Primavera donde cerró sus actuaciones sin triunfo alguno. Greg Van Avermaet obtuvo el mejor rendimiento finalizando en posiciones de top10 en el Omloop, Gent-Wevelgem, De Ronde, París-Roubaix y Brabatse Pijl mientras que Philippe Gilbert cosechó sus mejores actuaciones con el segundo puesto en la Brabantse Pijl, quinto en Amstel y séptimo en la Doyenne. El resto del equipo estuvo desaparecido con Thor Hushovd y Taylor Phinney lejos de su mejor nivel al que se sumó la baja de Alessandro Ballan.

En las vueltas por etapas el panorama cambiaba pero los triunfos eran esquivos para BMC. En la primera mitad de temporada tan solo contaban con la victoria de Tejay Van Garderen en California mientras que el propio corredor americano cosechaba camino del Tour de Francia el segundo puesto en San Luis, cuarto en Niza, tercero en el Critérium Internacional o el séptimo en Suiza. Más discreto fueron los resultados de Cadel Evans que hasta su tercer puesto en el Giro de Italia atesoraba la tercera plaza en Omán y el octavo en el Trentino como mejores actuaciones de la temporada.

La plaza en el cajón final del Giro de Italia de Evans alentó a un equipo que hasta entonces solo contaba con seis victoria en su palmarés; el citado éxito de Van Garderen en California al que sumó un parcial más dos parciales en Qatar -Bookwalter y CRE- y sendos parciales de Ivan Santaromita y Thor Hushovd en Trentino y Haut Var respectivamente. Con la llegada de los nacionales el número de victorias se elevó hasta las diez gracias a la consecución de los títulos por parte de Santaromita, Hushovd y Michael Schär -ruta- y Marco Pinotti -CRE-.

Julio, comienzo del arranque de éxitos

Pese al fracaso demostrado en el Tour de Francia -Steve Morabito 35º mejor clasificado- que dejó sin opciones a Van Garderen y Evans a las primeras de cambio del mes de julio marcó el comienzo del despegue para el BMC. Tres corredores que no han disputado ninguna gran vuelta en la presente campaña se encargaron de incrementar el número de éxitos para el equipo de James Ochowicz.

Tanto Hushovd como Van Avermaet y Mathias Frank propiciaron el despegue del BMC. En Austria consiguieron tres parciales consecutivos -dos para Hushovd, uno para Frank- además de firmas otros dos segundos puestos con Oss y Pinotti. En Wallonie, otra prueba HC, Van Avermaet sumó los primeros triunfos de la campaña al llevarse dos parciales y la general final donde su compañero Oss concluyó en cuarta posición.

Hushovd se recompuso con victorias de quedarse fuera del Tour. (c) EPA

Hushovd se recompuso con victorias de quedarse fuera del Tour. (c) EPA

La racha continuó en Polonia. Hasta la disputa de la prueba polaca BMC llevaba su casillero a cero en el World Tour; Hushovd y Phinney se encargaron de ponerle remedio. El noruego firmó dos triunfos en sendos sprints mientras que el americano rompió el sprint de la cuarta etapa con un ataque antológico en los últimos seis kilómetros. Otras tres victorias consecutivas que cerraban el mes de julio con ocho triunfos y daban paso al octavo mes del año con victoria.

De tres en tres fue la fórmula mágica de BMC. A Austria, Wallonie y Polonia le siguieron el Arctic Race of Norway donde Hushovd se llevó dos etapas y la general final mientras que en el USA Pro Challenge Frank sumó una victoria y Van Garderen parcial y general. La racha seguía en la Vuelta a España donde Gilbert tras cinco segundos puestos estrenaba el casillero del año en Tarragona. El reciente finalizado Tour of Alberta elevó a veintinueve las victorias de la temporada -sexto equipo de 2013 empatado con Movistar Team- con las victorias de etapa de Silvan Dillier -stagiaire- y Evans. En total, desde el 1 de julio, BMC suma diecinueve victorias a las que añade dieciséis segundos puestos. Cifras que hacen que 2013 sea la mejor campaña desde su salto a la élite en 2010 batiendo los registros de 2012 donde obtuvieron veintiún triunfos.