Sin Mark Cavendish ni Marcel Kittel, en Bruselas André Greipel era el favorito para conseguir la renovada París – Bruselas, una de las carreras más antiguas del calendario y que cambiaba de nombre y recorrido. La Brussels Cycling Classic empezaba y terminaba en la capital belga y recorría 197 kilómetros tocando las tres regiones del país. Lotto – Belisol asumió la responsabilidad en la carrera sabiendo que, además de Greipel, pocos velocistas tendrían la oportunidad de vencer en la línea de meta en el Atomium.
Desde el principio el conjunto de Marc Sergeant tiró para controlar la fuga del día, que estaba formada en un principio por Jonathan Castroviejo, Björn Thurau y Julien Vermote, quienes en el kilómetro 29 se marchaban con unos 30 segundos. Por detrás saltaban también Koen Barbé, Florent Barle y Laurens De Vrees, que buscaban al trío de cabeza y les perseguían durante varios kilómetros en los que estuvieron rozando el minuto de diferencia. Mientras los dos tríos peleaban entre ellos, el pelotón y Lotto – Belisol dejaba hacer. Les dejaba ir a su aire sabiendo que quedaban unos 150 kilómetros para trabajar y encontrar la llegada masiva en Bruselas.
Se juntaban en el punto kilométrico 51, conservando siempre una renta entre los 4 y los 5 minutos. Lotto – Belisol controlaba sin ningún sobresalto serio. Solo un intento en una de las cotas de Jan Bart Lindeman, Cristiano Salerno y Aleksejs Saramotins complicada la acción de persecución organizada de los belgas. En una de esas cotas (Smeysberg), el grupo de cabeza se reducía a cuatro. Castroviejo, De Vreese, Thurau y Vermote dejaban a Barbé y Barle y se marchaban sosteniendo una diferencia en torno al minuto gracias al grandísimo trabajo del vizcaíno de Movistar.
Aguantarían hasta incluso llegar a Bruselas. El callejeo por la capital belga no fue suficiente, porque el terreno no era propicio a pesar de ir por el centro de la ciudad, y porque al trabajo durante todo el día de Lotto – Belisol se unieron Argos – Shimano y FDJ.fr a muy poco de meta. A 7 kilómetros de la llegada los fugados eran cazados y llegó el momento de los Belkin. En nombre de Lars Boom al no tener velocistas de nombre en la línea de salida, los neerlandeses lo intentaban. Pero a 500 metros de meta FDJ.fr lanzando a Nacer Bouhanni acababa con al aventura postrera de Boom, pero no podía evitar el sprint, largo y valiente, de André Greipel. El alemán vencía en el Atomium por delante de Jhon Degenkolb y Bouhanni, dando sentido al trabajo de su equipo durante todo el día.