Parece que el razonable escepticismo manifestado por el seleccionador italiano Paolo Bettini respecto a las opciones de Filippo Pozzato para entrar en la selección mundialista ha sido una buena estrategia. El superclase italiano del Lampre – Merida está despertando, y a su victoria de hace unos días en la Coppa Agostoni acaba de sumarse la conseguida hoy en el GP Plouay. El buen momento mostrado en estas últimas competiciones ha de ser el argumento definitivo que le permita vestir la azzurra dentro de cuatro semanas en Florencia. Sin duda, no hay mejor manera de acallar críticas que sobre la carretera.

La carrera, en formato circuito, no tuvo más historia reseñable hasta las dos últimas vueltas -de 27 kilómetros cada una- que la escapada protagonizada por Natnael Berhane (Europcar), Vegard Stake Laengen (Bretagne – Séché Environnement), Christophe Laborie (Sojasun) y Julien Fouchard (Cofidis). Una fuga tempranera que llegó a gozar de 16 minutos de ventaja, aunque en todo momento dio la sensación de que el pelotón los tenía bajo control.

Equipos como Astana y Omega Pharma – Quick-Step se encargaron de ir poco a poco reduciendo las diferencias desde el pelotón. La caída de segundos era inevitable, y justamente a dos vueltas del final, cuando restaban 54 kilómetros, el generoso hueco se había reducido hasta unos escasos 3 minutos. Punto que aprovechó el pelotón para comenzar los movimientos en la primera de las ascensiones del circuito. Cyril Gautier (Europcar) abrió la veda de los ataques, con una aceleración a la que siguieron otras como la de David López (Sky), siempre controlados por Omega Pharma.

Las ofensivas ya eran constantes y se alternaban en cabeza del pelotón pequeños grupos sin organización, pero el elevado ritmo iba comiendo terreno a la fuga. Tanto que, en la cota final del circuito, corta pero con buenas pendientes, eran neutralizados, siendo Fouchard quien más se resistió a ser alcanzado. Mirko Selvaggi (Vacansoleil – DCM) se erigía como momentánea cabeza de carrera, aunque al paso por la campana el pelotón pasaba agrupado, con Saxo – Tinkoff y BMC tirando.

Dries Devenyns (Omega Pharma – Quick-Step) y Tom Dumoulin (Argos – Shimano) eran los siguientes en intentarlo. Neutralizados por el trabajo de Lotto Belisol, se conformó un terceto más consistente: Giovanni Visconti (Movistar), Tim Wellens (Lotto Belisol) y Kristjan Koren (Cannondale). Consiguieron llegar hasta la base de la última y definitiva ascensión, donde todo se reagrupaba de nuevo. El pelotón se desgranó con las pendientes, pero los huecos no eran suficientes para consolidarse. Un gran ataque de Greg van Avermaet (BMC) en la misma cima pareció momentáneamente con visos de éxito. Sin embargo, el empuje del grupo acabaría por engullirlo ya dentro del último kilómetro. Allí, Pozzato fue quien mejor midió su distancia y se impuso con claridad a Nizzolo y Samuel Dumoulin.

Foto: © AFP

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