El año pasado por estas fechas sólo había un tema de conversación en la trastienda del ciclismo, ese mundillo de amistades y cuchicheos, de secretos a voces que circulan por el boca-oreja hasta hacerse más o menos conocidos. La Vuelta estaba al rojo vivo con la batalla constante entre Purito, Contador y Valverde por la carrera, pero los manágers, los directores, los ciclistas, los periodistas hablaban sobretodo de puntos, de un misterioso baremo que muy pocos decían conocer y que daba la llave de entrada al World Tour a los equipos. Se hacían cálculos y cábalas y los rumores de fichajes se centraban en saber quienes tenían esos preciados puntos, pues había 19 equipos que querían estar en la división mundial del ciclismo y sólo 18 plazas disponibles.
Uno de los nombres estrella era el de un joven ciclista surafricano, Reinardt Janse Van Rensburg, que se había hinchado a ganar en el circuito continental europeo. Su nombre compuesto, del que se hace difícil saber dónde termina nombre de pila y empieza el apellido prometedor, le daba un aire de misterio todavía más marcado a un corredor al que prácticamente nadie había visto correr pero todos querían. Janse Van Rensburg (este es su apellido, que conduce al equívoco a quién escribe emparentádole con Jacques, con quién no le une más relación que la de apellidarse igual y haber nacido en el mismo país) está un año después en la Vuelta y su presencia está pasando relativamente desapercibida.
Este año desaparece Vacansoleil – DCM y nadie parece querer ingresar en el WT, por lo que parece que no hay tanta demanda y nadie habla de puntos. Posiblemente eso sea un alivio para el joven surafricano, que es un ciclista con unas cualidades a tener en cuenta más allá de lo que su casillero indicara. Es algo más que un puñado de puntos, y quiere demostrarlo.
El ránking de mérito, un mal sistema
Fue uno de los más beneficiados por el baremo, que además ha permitido la entrada al World Tour de ciclistas provenientes de países con poca tradición en el ciclismo profesional como el suyo. RJVR (una abreviatura útil para ahorrar caracteres) no cree que los equipos le quisieran únicamente por eso, y defiende que se le acercaban interesados también en sus “habilidades y puntos fuertes como ciclista joven y en progresión”.
De hecho, el corredor del Argos-Shimano deja bastante claro que ese sistema no es beneficioso para el ciclismo: “quieren llevar el deporte a todo el mundo, y eso está muy bien, pero no creo que ese sea el modo. Un ciclista debe probarse en el nivel continental europeo antes de pasar al profesionalismo”. Y es que la transición al más alto nivel no es fácil.
En su primer año en el World Tour, RJVR no ha podido conseguir ninguna victoria, por las catorce que logró el año pasado en el nivel continental. “El año pasado tuve un año perfecto, sin ningún percance, y pude construir un gran estado de forma. En cambio, este año he tenido todo tipo de lesiones y enfermedades que no me han permitido llegar a ese nivel”, explica el surafricano, que dice que el motivo principal de su fichaje por el Argos fue el poder aprender de sus grandes sprinters, recoger “experiencias muy valiosas” al lado de dos grandes ganadores.
De momento, aunque no haya coincidido demasiado con ellos, está muy motivado por poder correr la Vuelta, su debut en una grande. Su objetivo principal es llegar a Madrid. “Hacer un buen resultado en una etapa sería muy bueno y ganar alguna de ellas sería un sueño”, añade. Lo primero ya lo ha logrado, pues ya fue décimo en Mairena del Aljarafe, el triunfo parece bastante más difícil en una carrera con pocas oportunidades para corredores de su estilo. RJVR no se considera un velocista puro, no cree que pueda llegar a serlo nunca, su modelo es Thor Hushovd: “soy rápido, pero me puedo adaptar muy bien a las clásicas”, se atreve a afirmar desde una apreciable timidez, quizá todavía debida a no estar familiarizado con los focos de una gran vuelta. Una timidez que no le impide cerrar la conversación verbalizando su sueño: “ser el primer campeón del mundo africano”.
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[…] en la élite del ciclismo después de asombrar en el calendario menor europeo en 2012 de la mano de Reinardt Janse Van Rensburg. Trece victoria iluminan el palmarés de la campaña donde destacan el nivel de los cinco triunfos […]