La lucha de David contra Goliat, un pulso en muchas ocasiones imposible de llegar a un final feliz. Así se explican las escapadas en la Vuelta a España, una carrera que en los dos últimos años no está teniendo mucha consideración respecto a esa seria de corredores que luchan con todo en su contra por una victoria de etapa. Un triunfo que la pasada edición solo optaron en los finales de Valdezcaray, Ferrol, Lagos de Covadonga y Cuitu Negru, tres de ellos llegadas en alto.

Javier Aramendia fue un protagonista sin premio en forma de victoria. El navarro, escapado desde la primera etapa, acabó con tres premios de la combatividad en la Vuelta a España merced a sus cinco días escapado. En la presente edición el objetivo es el mismo. “Buscar mi oportunidad, buscar las escapadas que es la manera de perseguir la victoria. Corredores como yo tenemos que buscar la victoria desde lejos porque está claro que cerca de meta son para los hombres rápidos o corredores de la general”.

Un planteamiento que ya realizó a las primeras de cambio, en la segunda etapa donde “tuvimos minutos para soñar pero el viento en contra nos mató”. No es lo único que “mata” a las escapadas. El navarro lo ve claro. “Fugas llegan tan pocas en la Vuelta por las bonificaciones; deberían equilibrarlo con las clasificaciones secundarias”. Unas clasificaciones que también están condicionadas. “Las clasificaciones secundarias están centradas también para corredores de la general. Tendrían que buscar un equilibrio para que gente luchadora como por ejemplo mi caso tenga otra motivación a parte de ganar etapas porque hay veces que es muy difícil ganarlas”.

Aramendia, protagonismo para Caja Rural-Seguros RGA. (c) cobblesandhills.com

Aramendia, protagonismo para Caja Rural-Seguros RGA. (c) cobblesandhills.com

Escapada que además quedó solo con el premio de los minutos televisivos para Aramendia y Caja Rural-Seguros RGA. “El año pasado también cogí la primera fuga pero si ganabas la montaña tenías premio”. En la presente edición repitió y a pesar de pasar en cabeza por San Cosme tener un final en alto en la primera etapa condicionó tanto el desarrollo de la fuga como los beneficios que podrían extraer de ella. Una cuestión que hace que parezca que las fugas en las grandes vueltas estén poco peleadas, una circunstancia que niega. “No creo que no estén peleadas, pelear se pelea todos los días”.

Una pelea que comienza a prepararse desde la mañana. “Depende de como me levante” afirma el navarro que “si estoy bien intento estar en las primeras hostias y si veo que las piernas van bien cojo la fuga o no porque no se trata solo de coger la fuga si no de caminar”. Un trabajo de un número reducido de corredores que se enfrentan a largas galopadas con dos adversarios, el viento y el pelotón. “El otro día [por la 2ª etapa] hicimos 170 kilómetros entre tres corredores, muchos kilómetros donde tienes que remar. A veces no vale de nada coger la fuga si no te ves para luego remar durante todo el día”.

Después de cazar la primera, Javier Aramendia seguirá con la misma actitud en la Vuelta a España donde será uno de los nombres propios de la cabeza de carrera pese a las pocas posibilidades de éxito que se tendrá a lo largo de estas tres semanas. La actuación de Tony Martin, salvando las distancias, ayuda al resto de aventureros que ante la falta de un equipo dominante en los sprint vean más opciones en las etapas llanas que en las de montaña. Así demuestra que hoy, segundo día más largo, en una jornada plana opte de nuevo a la lucha de David contra Goliat.