El viernes antes que dé inicio la Vuelta a España es un día relativamente tranquilo para los ciclistas. Un entrenamiento matutino, una buena dosis de descanso y por la tarde acudir a la presentación oficial de la carrera. Aprovechamos esta relativa calma para visitar a Adam Hansen (Southport, Queensland, Australia, 1981) en su hotel, situado en el precioso paraje de las Praias da Lanzada, y disfrutar de una interesante charla sobre ciclismo y lo que supone ser ciclista dentro y fuera de la carretera.

La gran historia sobre ti es sin duda las dos veces consecutivas corriendo las tres grandes. A tu equipo le parece que eres un ciclista competitivo para hacerlas las tres el mismo año, eso tiene mucho mérito.

El equipo es feliz con que a mi me guste hacer las tres grandes en el mismo año, porque normalmente lo hago bien en las grandes vueltas en las que compito. Creo que soy un buen trabajador para mis líderes, ese es mi rol, y el año pasado el equipo quedó muy contento con lo que hice, así que este año lo repetimos.

¿Era algo planeado desde el inicio de año, o simplemente fuiste grande por grande?

Este año estaba planeado, el año pasado fue algo más improvisado. Y la verdad es que estoy pensando en hacer lo mismo la temporada que viene.

¿Cómo gestionas la fatiga que deja una carrera de tres semanas para, un mes después, iniciar otra?

Lo extraño es que los equipos normalmente no quieren que corras tantos días, así que no les suele gustar que un ciclista haga dos grandes consecutivas. En mi caso suelo competir unos 100 días al año, lo cual es bastante pues la media suele estar en torno a 80, pero a mí me funciona bien. Tras el Giro y el Tour, puedo tomarme 10 días de descanso total sin tocar para nada la bici, mientras que lo normal en la mayoría de ciclistas es que sólo se tomen uno o días de descanso y luego empiecen a entrenar otra vez un par o tres de horas al día. Después de ese largo reposo, sé que todavía tengo tiempo para hacer un buen bloque de entrenamiento hasta llegar a la siguiente grande en condiciones.

Adam Hansen

Hansen, en A Toxa, de camino a la presentación de la Vuelta | cobblesandhills.com

En esta Vuelta no están Andre Greipel ni Jurgen Van den Broeck, así que deberías tener más libertad para buscar tus opciones, como pudiste hacer en el Giro. ¿Te ves capacitado para ganar otra etapa desde una larga escapada como allí?

Sí, desde luego que me gustaría estar en una fuga con posibilidades de llegar hasta meta. Esa es una de las razones principales por las que estoy aquí, para intentar ganar una etapa. Vencer en el Giro y la Vuelta en el mismo año sería muy especial.

El recorrido es muy quebrado, hay muchas etapas de alta montaña, pero también hay unos cuantos finales con repechos cortos y duros. Ganaste una gran etapa de media montaña en el Giro. ¿Es en este tipo de etapas dónde te ves con más posibilidades?

No conozco al detalle el recorrido, pero a mí las que me gustan son las etapas muy duras, que tengan subidas exigentes pero que no sean muy largas, y que haya varias de ellas. Eso es lo ideal para mí.

Volviendo a esa victoria en el Giro, en esa escapada ibas con Emmanuele Sella, un ciclista mucho más ligero que tu que, ante esas subidas con pendientes de doble dígito, parecía mucho más favorito, pero sin embargo le batiste con mucha solvencia. ¿Cómo viviste esa etapa?

Fue una etapa muy dura. Me gustan bastante las subidas cortas pero de grandes pendientes y sí, Sella era la gran amenaza para mí. Vi que él iba con desarrollos demasiado grandes y que según se acercaba el final iba tratando de ir más rápido en las subidas, pero en una de esas le pegué un buen cambio de ritmo y creo que eso le golpeó mentalmente. Estaba intentado jugar un poco con su cabeza. Yo sabía que él necesitaba soltarme porque en un hipotético sprint tenía una gran confianza en que podía batirle. Eso me daba ventaja. Y luego se puso a llover y eso todavía me benefició más porque Sella es el típico escalador que se levanta para subir y si lo hacía en esas condiciones resbalaba y perdía tracción, mientras que yo podía subir sentado. Ahí, en uno de los tramos con más pendiente, es dónde le pude dejar atrás definitivamente. En general ese día tuve mucha confianza durante toda la etapa. Además, tenía la sensación un poco dentro de mí de que no quería dejar ganar a Sella porque él me fastidió bastante en el Giro de 2008, así que pensé: ahora es mi turno.

¿Te gustan especialmente condiciones dantescas como las de ese día, con mucha lluvia y frío y ciclistas como Nibali o Wiggins yendóse al suelo, o prefieres el tiempo que normalmente hace en la Vuelta, con sol y calor?

No soy un gran fan de la lluvia, pero tampoco me molesta demasiado. Sí que me gustan las condiciones adversas, mi tiempo favorito es cuando realmente hace mucho calor, es ahí cuando realmente lo hago mejor.

Cambiando de tema, otro aspecto en el que destacas es en tu actividad en Twitter. Especialmente recordadas son tus fotos haciéndote el muerto tras los entrenamientos de la concentración de pretemporada. ¿Lo haces porqué te divierte o también para interaccionar con los aficionados?

Primero de todo, claro que lo hago porque es divertido (risas), pero también creo que el ciclismo es diferente a otros deportes en la interacción con los aficionados. Creo que desde el punto de vista de los fans, el ciclismo no son sólo las carreras, si no también el estilo de vida de los corredores y creo que les gusta estar más involucrados, les gusta saber que hacemos los ciclistas cuando entrenamos o no estamos en las carreras. En el caso del fútbol, por ejemplo, sus aficionados realmente lo siguen muy de cerca, pero no creo que les importen demasiado los entrenamientos mientras que en ciclismo sí que hay seguidores que quieren saber cuanto tiempo te entrenas con la bici, cuanta potencia puedes generar o qué tipo de actividades complementarias haces. Y luego, pues esas fotos en el Training Camp ayudaron a acercarme un poco más a los seguidores, me permitieron divertirme un poco más y pasármelo bien.

Otra foto muy divertida fue la que te hicieron con un vaso de cerveza subiendo Alpe d’Huez en el Tour. ¿Realmente te bebiste toda esa cerveza?

No, de hecho no bebo cerveza (se ríe).

¿Hay tiempo en el grupetto para hacer ese tipo de bromas, o el objetivo de evitar el fuera de control no lo permite?

Bueno, yo no soy uno de los habituales en el grupetto, y de hecho en ese momento iba bastante por delante de ellos. Normalmente hago mi trabajo en el grupo principal y luego me descuelgo y ruedo un poco más cómodo. De hecho, creo que el grupetto debió subir Alpe d’Huez más rápido que yo, pero yo me lo pude tomar con calma y divertirme un poco más. En el grupetto hay dos tipos de ciclistas normalmente: los que realmente se esfuerzan por evitar el fuera de control y otros que simplemente se toman ese día con tranquilidad, para intentar recuperar un poco de los esfuerzos anteriores. Estos últimos sí que pueden ir charlando y disfrutando un poco más.

adamhansen

¿Qué supone para un ciclista subir Alpe d’Huez con ese gentío alrededor, como de diferente lo hace a hacerlo en un entrenamiento o en otra carrera sin tanta gente?

Es muy entretenido, los ciclistas lo disfrutamos mucho. Ves a la gente disfrazada, muy involucrada, es un sentimiento muy especial. Hace la subida más fácil, más rápida y más distraída, pues siempre tienes algún sitio al que mirar. Te da mucho más ánimo para subir, pues hay gente de todo el mundo gritando tu nombre, que ha viajado hasta ahí sólo para vernos competir. Es muy especial.

Para ir acabando, otra curiosidad personal. Vives en la República Checa, lo cual no es nada normal en un ciclista australiano. La mayoría de aussies o americanos viven en la temporada europea en Girona, en el sur de Francia o en la Toscana. ¿Cuál es la razón de que te hayas instalado allí?

Es una buena pregunta. La República Checa es un país muy bonito y tiene de todo. Además, no soy el típico tipo al que le guste seguir a los demás, ya paso suficiente tiempo con estos chicos en las carreras, así que me gusta luego irme a un sitio dónde no hay nadie más. También tengo mi novia allí. Me gusta separar el ciclismo de mi vida personal, me ayuda a mantener mi motivación. Me encanta competir y montar en bici, pero no toda mi vida gira alrededor del ciclismo. Pienso que si además de todas las horas en las carreras, luego viviera en un sitio con un ambiente muy ciclista, podría ser demasiado. Para mí, irme a casa significa refrescarme y limpiar mi mente. Ahora voy a estar tres semanas y media con estos tíos, me levantaré con ellos, desayunaré con ellos, competiré con ellos, cenaré con ellos y lo pasaremos bien, me gusta este cambio de vida. Y también pienso que como australiano, o mejor dicho como no-europeo, Europa tiene una cultura fantástica, cada país europeo la tiene. Es muy diferente de Australia, y si viviese en Girona no podría disfrutar de esta cultura. Vivir con otros australianos o con americanos, que somos casi iguales, seguramente no me permitiría vivir al estilo europeo, que es lo que me gusta.

Al hilo de este estilo de vida europeo, tu llegaste al profesionalismo y a Europa vía equipos de tercera división en el circuito continental, un camino bastante distinto y más difícil que el que ahora siguen la mayoría de corredores australianos con la presencia del Orica-GreenEdge o incluso de equipos como Garmin o Sky. ¿Qué crees que aprendiste que ellos ahora, al tenerlo más fácil, no tienen que pasar?

Sí, yo tuve que tomar el camino más largo. De hecho, tuve que hacerlo desde el inicio, pues soy de una región de Australia dónde no hay demasiado apoyo al ciclismo así que nunca tuve la oportunidad de formar parte del programa del AIS (Australian Institute of Sport). Tuve que venir a Europa y entrar a formar parte de un club ciclista como cualquier europeo y a partir de ahí progresar. Es muy bueno que ahora exista GreenEdge y también que el AIS haya extendido su programa, que hace que sea mucho más fácil para los australianos, pero me gusta como lo hice yo y estoy orgulloso de ello. También creo que mi ejemplo demuestra a otros australianos que aunque no formen parte de los programas oficiales es posible llegar al más alto nivel. Si yo lo pude hacer, cualquiera puede. Es duro pero también es bonito haberlo hecho de esta manera.