Conocido de sobras en el calendario italiano tras años de victorias y resultados positivos con el equipo balcánico de turno, a Kristijan Đurasek (Lampre – Merida) le llegó la oportunidad este invierno de saltar al fin a la élite, gracias a parte a la dote extraordinaria de puntos para su nuevo jefe, ‘Beppe’ Saronni. Sin embargo, a diferencia de muchos de los polémicos fichajes llegados desde lugares inhóspitos, el croata sumaba a ellos una calidad más que contrastada que le ha valido para adjudicarse esta tarde la 93ª edición de los Tre Valli Varesini, tras una subida de inmensa calidad en la que primero sujetó y posteriormente sometió el ímpetu de Francesco Manuel Bongiorno (Bardiani Valvole – CSF Inox) y Alexandr Kolobnev (Katusha).

Un final tremendamente explosivo que no debe hacer olvidar el supino aburrimiento al que nos sometió la carrera durante los 190 kilómetros precedentes, en una muestra más de lo que suele suceder en los cacareados finales en cuesta. Las numerosas cotas que salpicaban el camino desde Varese hasta el enclave italiano en suelo suizo de Campione -apellidado d’Italia por Benito Mussolini- apenas animaron a los hombres de Bardiani Valvole-CSF Inox a tomar el relevo de la “marcheta” de Europcar para aumentar un poco el ritmo en las dos últimas subidas a Dumenza con la intención de seleccionar algo un pelotón peligrosamente numeroso.

Eso fue una vez el vencedor ayer, Sacha Modolo, quedó eliminado de un grupo de cabeza que apenas había tardado cinco kilómetros en estabilizarse como fuga del día. Tras un salto de Jim Songenzo (MTN – Qhubeka), cogieron su rueda, además del sprinter italiano, Francesco Gavazzi (Astana), Pavel Brutt (Katusha), Yonathan Monsalve (Vini Fantini – Selle Italia), Andrea Fedi (Ceramica Flaminia – Fondriest), Sergey Klimov (RusVelo), Emanuele Sella, Gianfranco Zilioli (Androni Giocattoli – Venezuela), Mateusz Taciak y Marek Rutkiewicz (CCC – Polsat – Polkowice), formando un grupo cabecero que, como si de una etapa de transición de una gran vuelta se tratará, llevaron el peso de la carrera hasta los últimos 25 kilómetros, en los que fueron neutralizados los seis últimos supervivientes de la aventura del día, entre los que no se encontraba un Klimov que tuvo que ser evacuado en ambulancia tras sufrir una caída.

En definitiva, la carrera se reiniciaba en el llano en busca de la ascensión final, en el que tras el reagrupamiento RusVelo y CCC-Polsat-Polkowice impusieron un ritmo vivo, con la intención de que nadie atacará, lo que no evitó que Stafano Pirazzi (Bardiani Valvole – CSF Inox) probará un ataque sin mucho sentido. No obstante, rusos y polacos desaparecieron poco antes de la base de la cota como consecuencia de la lucha de los ‘trenos’ de Astana, Lampre-Merida o Androni Giocattoli-Venezuela por entrar bien colocado en la ascensión a Campione.

El croata se estrena con los ‘blufucsia’ y justifica su fichaje / Foto: Archivo

Pero paradojas de la vida, un ataque de Leonardo Duque (Colombia) con tres kilómetros de subida aún por delante, terminó por poner en cabeza a los hombres de Vini Fantini-Selle Italia, que de la mano de Pier Paolo de Negri reducían el grupo de cincuenta a veinte unidades en favor de Fabio Taborre. El genovés llegaba no obstante a su límite y se veía obligado a apartase, momento en el que su compañero Matteo Rabottini tiró por la borda su trabajo. Éste lanzaba un tirón durísimo sin ser consciente de que su líder estaba descolocado, tomando unos metros que forzaron que a continuación tuviera que parar, creando una situación de descontrol que fue vista a la perfección por el olfato asesino de Bongiorno. El pasado ‘tricolore dilettanti’ demarraba con todo en el momento preciso, lo que no dejó pasar Durasek para tomar su rueda con avidez.

Quedaba kilómetro y medio y por detrás nadie quería coger la responsabilidad de echarles mano, por lo que la pareja italo-croata rápidamente elevó su renta hasta un margen ciertamente peligroso que conminó a Kolobnev a lanzarse en solitario a por ellos. El ruso se inmolaba en un esfuerzo titánico en busca de la carrera; si bien se acercaba, el dúo contemporizaba y vigilaba la distancia en la que éste se manejaba en todo momento. De ahí que, a apenas 400 metros de la meta, cuando parecía que iba a culminar un imposible, Durasek elevaba un punto el ritmo para eliminar por completo de la pelea al ciclista de Katusha. Pero Bongiorno seguía bien agarrado a su rueda, afilando el cuchillo esperando una oportunidad que nunca llegó, ya que el ex de Adria Mobil guardaba aún un cambio más que reservar para los últimos 150 metros, en los que sacó definitivamente de punto a su rival para conseguir la victoria más importante de su carrera.