No es la primera vez, ni será la última, que hablemos de alguna de las hazañas de José Manuel Fuente “El Tarangu”. El genio de Limanes dejó su huella marcada para siempre en la cima del Naranco en aquella Vuelta a España de 1974. Desde aquel año es inevitable escuchar el nombre de la cima y que no se venga a la mente la figura del Tarangu.
6 de Mayo de 1974, salida para los ciclistas que tenían que recorrer 128 kilómetros entre León y el Alto del Naranco. El día empezó con buen tiempo, un bonito sol y una agradable temperatura que pronto empezó a transformarse en niebla, lluvia y bajas temperaturas para convertir en más heroica aún la etapa que nos dejaron Fuente y Ocaña entre otros. Ya desde el kilómetro 24 se marchaban por delante gente importante como Agostinho o Lasa que pasaban por la cima de Pajares con 2 minutos 40 segundos de diferencia. Los KAS tiraban en la fuga teniendo a Fuente en el pelotón, pero al asturiano no le gustó y en la bajada de Pajares se marchó del gran pelotón.
Tan solo unos kilómetros más tarde atrapaba a la cabeza de carrera, llegando entre la niebla y la lluvia. Por detrás Ocaña en el llano lo dejó todo para enlazar con el grupo delantero. La carrera venía rapidísima y el ritmo que impuso el KAS en la Manzaneda era torturador. Al paso por Oviedo, Ocaña, que estaba realizando un tremendo esfuerzo para llegar al grupo delantero, solo estaba a 30 segundos del grupo de Fuente. El Tarangu olía el peligro y ya en el Naranco realizó un duro ataque, un ataque de aquellos que solo él sabía realizar. El ritmo del de Limanes empequeñecían las rampas del Naranco ante el aliento de su gente, que se agolpaba en la cuneta del puerto llevando en volandas a su ídolo. Los que lo vivieron, aún cuentan que lo que se vio aquel día es algo que jamás ha vuelto a ocurrir.
El asturiano iba directo a la victoria y los aficionados estaban ante una hazaña que tan solo habían visto leída en periódicos y radios, hazañas que Fuente acostumbraba a dejarnos en Francia o Italia y que ahora en su tierra lo podían disfrutar. La cruz de la subida fue Ocaña, que sufrió una tortura ante los abucheos de los aficionados que agolpaban las cunetas del Naranco. Fuente ganó y entró con 50 segundos de ventaja sobre su compañero de equipo Miguel María Lasa, y minutos y medio sobre su más directo rival, Luis Ocaña.
La imagen que dejó el campeón asturiano al cruzar la línea de llegada ya es un mito, pierna izquierda en alto, unos dicen que en agradecimiento a su doctor, el doctor Capdevila que le había operado de varices en esa pierna, para otros, los más fanáticos, sostienen la teoría de que el Tarangu se señaló la pierna indicando que había ganado aquella etapa muy fácil, con una pata. Lo cierto es que aquel día el genio asturiano hizo grande al Naranco, un puerto que le debe mucho a Fuente y que vuelve a la Vuelta 2013 tras 16 años de ausencia.
En aquella época todo era en blanco y negro, y para ver las etapas sólo había un resumen de unos 20 minutos por la noche, tras el telediario.
Qué tiempo aquellos.