Tras tener presencia y buenos resultados en carreras tan competitivas como Austria, Polonia o Burgos, al prometedor Sergey Chernetskiy (Katusha) únicamente le faltaba un pequeño matiz para poner la guinda a su excepcional verano de debut entre ‘pro’s’: la victoria. Un éxito que no ha tardado en refrendar el ruso, quien ha logrado su primer triunfo precisamente en la también primera edición del Tour des Fjords, prueba novedosa en el calendario internacional que surge como heredera del Rogaland GP, después de culminar en la primera etapa un ataque que le permitió llegar en solitario a la meta de Stavanger por delante de Lars-Petter Nordhaug (Belkin) o Zico Waeytens (Topsport Vlaanderen – Baloise), quienes a la postre ocuparon las otras dos plazas definitivas del cajón.
Pocas subidas de magnitud, dos equipos muy superiores a los demás y con una contrarreloj por equipos mediante pocos podían presagiar una resolución definitiva que no dependiera casi exclusivamente de la lucha colectiva frente al reloj, dejando a las etapas en línea un papel secundario en cuanto a su importancia cara a la general. Más aún cuando en la primera jornada, la más dura y con mayor desnivel acumulado de todas, se iban al primer intento Kenneth van Bilsen (Topsport Vlaanderen – Baloise) y Amund Jansen (Team Plussbank) y hacían camino a través de la lluvia y el pestoso terreno noruego. Los equipos fuertes, comandados por Katusha, les controlaron como marionetas y les utilizaron como bloqueo para mantener el día tranquilo.
Sin embargo, esta “treta” solo coló hasta los últimos treinta kilómetros. Un movimiento de Marco Minnaard (Rabobank Development Team) y Sven Erik Bystrøm (Øster Hus – Ridley) con el dueto cabecero aún con un minuto de ventaja iba a cambiar por completo el desarrollo y la planificación que muchos tenían para la etapa. La batalla se desencadenaba y los ataques se multiplicaban camino del circuito de doce kilómetros que les esperaba en Stavanger. En la entrada al mismo fue donde, tras unos intentos fallidos, Nordhaug, Chernetskiy y el propio Bystrøm abrían un pequeño margen. Ellos formaron un trío del que el joven noruego cayó casi de inmediato, al mismo tiempo que por detrás demarraban y les alcanzaban Mike Teunissen (Rabobank Development Team) y Waeytens. Con los tres conjuntos más fuertes representados, el pelotón se sumió en el caos y la renta del cuarteto se disparó gracias al impulso de todos salvo el ruso, que se escudaba en el favoritismo de Kristoff para no dar relevo alguno. Un ahorro sin duda clave para dar la puntilla a sus rivales. Él era el único capaz de coger la rueda a un movimiento de Nordhaug a cuatro kilómetros del final y posteriormente de dejar al de Lillehammer. Victoria, liderato y media vuelta en el bolsillo, a falta de lo que pudiera pasar en la CRE.
24 kilómetros por delante que no hicieron otra cosa sino aumentar su ventaja global en la general. El sector matinal poco contó, ya que aunque se había rodado realmente rápido y apenas ningún hombre pudo mantenerse en cabeza por un tiempo prolongado más allá de David Tanner (Belkin), el control de la escuadra de Igor Makarov solventó todos los ataques -incluído uno de Nordhaug con Daniel Hoelgaard (Etixx – iHned) muy cercano de la línea de meta- para llevar la carrera al sprint en el que Alexander Kristoff (Katusha) no fallaría a pesar del intento sorpresa de Robert Wagner y el tremendo final de Jetse Bol (Belkin). Y por la tarde se impuso la lógica. Los equipos continentales fueron meros ‘sparrings’ para Katusha y Belkin Pro Cycling, quienes se jugaron el triunfo que al final cayó de lado ruso por apenas tres segundos. El tiempo de Øster Hus-Ridley no hizo otra cosa que marcar una referencia de valor para ambas escuadras, que arrasaron y dejaron a muchos de sus hombres entre los diez mejores de la general, entre los que sólo se intercalaban Waeytens (3º) y Teunissen (10º).
Los neerlandeses, de cualquier modo, no perdían la esperanza. Contaban con muchos hombres para intentar romper a Kristoff, Chernetskiy y Marco Haller de cara a la jornada final y su adoquinada cuesta de Tidegeilen. Pero cuando un equipo está de dulce, todo le sale de cara, y la suerte una vez más se alió del lado del Katusha. La lluvia presentaba una subida tremendamente resbaladiza y peligrosa que obligó a la organización a eliminarla, lo que facilitaba enormemente el control de los kilómetros definitivos.
De cualquier modo, la ambición era alta y, con el acercamiento al circuito final y a los cinco hombres que habían liderado la carrera desde sus primeros compases, se volvió a abrir fuego del mismo modo que el viernes. Kevin Reza (Europcar) y Bystrøm (otra vez) iniciaban las hostilidades que continuaban ciclistas del conjunto Cult Energy. Pero hoy detrás no comandaba Joker-Merida o Øster Hus-Ridley, sino Katusha, y eso se notaba en la velocidad y la dificultad de los valientes en despegarse del pelotón. Aunque los intentos se multiplicaban por detrás, los chicos de Viatcheslav Ekimov eran capaces de hacerse cargo de todo, incluso mandando a Kristoff como secante de Sep Vanmarcke, uno de los muchos que lo intentó por parte de Belkin. No obstante, los esfuerzos se pagan, y cuando Angelo Tulik (Europcar) saltaba a tres kilómetros del final, nadie pudo hacerse cargo de él. Alejado en la general su movimiento no inquietó en exceso, pero el galo tenía fuerzas y pronto se demostró que podía mantener un pulso con el pelotón del que finalmente salió victorioso por apenas un metro. Kristoff no podía repetir parcial, pero al menos se llevaba la satisfacción de haber trabajado correctamente para su bisoño líder, de elevar con sus compañeros en apenas tres días de 21 a 25 el número de victorias de Katusha y de estrenar el palmarés de Chernetskiy.