Andre Greipel (Lotto-Belisol) hizo, por fin, buenos los pronósticos y se adjudicó la cuarta etapa del Eneco Tour al sprint por delante de Giacomo Nizzolo (Radioshack-Leopard) y Lars Boom (Belkin). El holandés se vistió con el maillot blanco de nuevo líder en la llegada a Vlijmen, su localidad natal, gracias a las bonificaciones y al percance que sufrió el hasta ahora líder Arnaud Démare.

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Pese a su asequible orografía, la etapa tuvo su miga. Una fuga de tres buenos rodadores -Pieter Jacobs, Ioannis Tamouridis, Bert Scheirlinckx y Pim Ligthart- animó la jornada y no fueron atrapados hasta el circuito final. Allí, Ligthart pincho y Tamouridis terminó marchándose por delante, siendo el voluntarioso griego del Euskaltel-Euskadi el último superviviente ante el imparable pelotón.

En el grupo se vivió una jornada de nervios por el mal tiempo y el viento, una tensión que terminó por provocar una caída decisiva a falta de sis kilómetros para el final. Uno de los más afectados en ella fue el cántabro del Movistar Fran Ventoso, pero sobretodo provocó que Arnaud Démare quedara sin opciones de disputar la etapa ni de mantener su posición de privilegio en la general, que ahora pasa al último vencedor de la prueba, un Boom que fue profeta en su casa.

Mañana el ciclista del Belkin saldrá el último en la contrarreloj de Sittard, que por su distancia relativamente corta, debería venirle fantásticamente para preservar su liderato y conseguir una buena renta de cara a las dos exigentes etapas finales.