Septiembre. La vuelta al cole, el regreso al tajo, las recuperaciones, el fin del verano… el puto mes de septiembre en el que recoger la sombrilla y desempolvar el abrigo. Aunque esto último no resulta tan difícil si es para disfrutar de la temporada de ciclocross que en unos días dará sus primeras pedaladas. Una nueva campaña que se asoma con muchas menos novedades que de costumbre. El mercado ha permanecido prácticamente estable y se repiten los nombres llamados a ser protagonistas en los grandes barrizales del calendario: Sven Nys, Niels Albert y Kevin Pauwels, con Klaas Vantornout como invitado de excepción.

Cuatro hombres que, si todo sigue los cauces naturales, se deberán repartir los triunfos allá donde figuren. La merecida condición de arco iris de Nys que le distingue como mejor ‘crossman’ del planeta le sitúa por su innato talento un peldaño por encima de sus rivales, aunque la descollante técnica de Albert, la desmesurada potencia de Pauwels y la inteligencia y explosividad del ‘driekleur’ no le pondrán las cosas nada fáciles. Por si fuera poco, hombres como Tom Meeusen, Rob Peeters o Bart Welllens se mantendrán un año más al acecho ante los posibles fallos de sus rivales y, por si fuera poco, le ha llegado la alternativa a Wietse Bosmans para luchar por unos campeonatos en los que todo apunta a que volverá a sonar La Brabanzona.

¿O no? Aunque la superioridad numérica es incuestionable, queda una esperanza más allá de sus fronteras en una figura menuda llegada de Amersfoort. Lars van der Haar afronta su segundo año en la élite con la esperanza de asentarse como la gran alternativa foránea al ‘Grote Vier’ tras su bronce en Louisville y su buen rendimiento durante la carretera estival. A su vera, Phillip Walsleben, Francis Mourey y el por momentos ‘routier’ Julien Taramarcaz quieren no solo seguir dominando sus países, sino establecerse como miembros perennes en los podios de la Copa del Mundo y, por qué no, en el Mundial.

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Una cita que regresa a Europa tras el primer vuelo transoceánico de su ya dilatada vida y que tendrá en el archiconocido trazado de Hoogerheide su casa por este año. Un regreso a los orígenes que contrastará con el estado de ebullición en el que se encuentra la modalidad, que tiene en este 2013 una oportunidad de oro para salir de la clandestinidad y expandirse más allá del viejo continente. Y es que el campeonato universal de Kentucky está siendo sólo la punta del iceberg de un fenómeno que está tocando las puertas de países como Argentina, Australia, que ha vivido sus primeros campeonatos nacionales; o China. El gigante asiático acogerá su primera carrera internacional con la Gran Muralla como telón de fondo, haciéndolo coincidir en fechas con el Tour de China I y con varios europeos como maestros de ceremonias. Un nuevo paso para la ovejita negra de la UCI…

… y de la RFEC. Tras el arrenuncio económico del pasado invierno, las cosas siguen igual en casa, donde se arrastra una vez más el endémico problema con las fechas de competición y de captación de patrocinadores. A poco más de un mes del comienzo teórico de la temporada, nada se sabe del calendario más allá de los nacionales que acogerá Castellón el próximo enero -sustituyendo a Vigo, que había sido designada en un primer momento, ¿o no?- y de un puñado de pruebas de carácter autonómico, sin rastro del Superprestigio que se presupone clave en la temporada de los Egoitz Murgoitio, Javier Ruiz de Larrinaga, Isaac Suárez y, sobre todo, Aitor Hernández. El ermuarra, que pasó de candidato a dominador en apenas un invierno, regresa este octubre dispuesto a mantener su capitanía dentro del barro estatal que ojalá pueda llevar más allá de nuestras fronteras. No obstante, tendrá que vigilar muy de cerca las ruedas de los arriba mencionados, de otros clásicos y quizá de algún rutero trasladado a las ruedas anchas por giros del destino si quiere repetir los éxitos de 2012. En cualquier caso, muchas incógnitas por desvelar y que estamos deseosos de contar. Esto no ha hecho más que comenzar. Nos vemos en los prados.