Los algo más de 50 kilómetros de pavé que entre Compiègne y Roubaix recorrerán el domingo los ciclistas, son la principal razón por la cual el Infierno del Norte es una de las pruebas con más épica y tradición en el ciclismo. El recorrido, la pasión de la afición, los tramos adoquinados, el ruido de las bicis botar sobre el piso. La gran generación de clasicómanos aptos para esta carrera (y la del domingo pasado), encabezados por dos monstruos como Tom Boonen y Fabian Cancellara, además, ayuda a que estos dos eventos sean dos de las carreras más esperadas por los aficionados en todo la temporada. La severidad del recorrido, las probables condiciones climatológicas adversas (aunque desde 2002 no se ve el auténtico infierno) y la actitud de un grupo de corredores comprometidos con su deporte consiguen un caldo de cultivo casi inigualable en el ciclismo actual. La París – Roubaix es épica y tradición ciclista vista año tras año, desde 1896 y en 108 ediciones.

No faltaran a la cita los 3 tramos más especiales que con tradición casi siempre han sido determinantes camino de Roubaix; el Trouée d’Arenberg (2.400 metros) que con su mítica entrada desde las minas que rodean Arenberg se convierte en el punto más esotérico de la temporada para muchos, Mons-en-Pévèle (tramos de 3.000 de 5 estrellas incluido en el 78 y que con normalidad selecciona aún más la carrera), y el Carrefour de l’Arbre, que termina por decidir la carrera en sus algo más de 2 kilómetros de distancia. Los rumores sobre la baja del Trouée no se hicieron realidad, para alegría de todos, y el único cambio significativo en el recorrido es el de rodear éste, el más mítico de todos los tramos, por otros (incluso uno de cinco estrellas que va antes: Aulnoy-lez-Valenciennes – Famars) que consigan optimizar la selección que se haga alrededor de las minas de Arenberg -aunque ello supondrá menos kilómetros de pavé en la totalidad del recorrido-. Una buena decisión por parte de ASO, que conseguirá que la carrera se rompa a más de meta que otros años.

Allí han vencido los más grandes clasicomános de piedras de la historia. Allí también han encontrado la gloria corredores que, con raza y potencia, buscaban en este domingo de abril subir a lo más alto del ciclismo al menos por un día. Corredores que se han labrado gran parte de su grandeza con sus victorias en el velódromo de Roubaix como Pino Cerami, Marc Madiot, Gilbert Duclos-Lasalle, Franco Ballerini y donde todos aquí esperamos que se coloque Juan Antonio Flecha más pronto que tarde. Para ello tendrá que superar a los dos grandes colosos de las piedras en la actualidad; Tom Boonen y Fabian Cancellara, que monopolizan y mediatizan una carrera que sin ellos tendría un guión en su totalidad diferente. Dos genios comprometidos con la historia de un deporte que, en estas dos carreras de abril, les da y les quita casi todo. Ahora mismo el resultado es de, más o menos, empate técnico. En De Ronde se batieron en un duelo en el que Cancellara, Leberg mediante y tras recoger el guante del belga, quedó como vencedor moral. Habrá que comprobar in situ si las piernas de Cancellara van a mejor -complicado tras estar a tope desde la Classicissima ya hace casi 3 semanas-, o son las de Tommeke las que todavía tienen margen de mejora después de varias semanas cogiendo el tono tras su gripe antes de la MSR. Lo que es seguro, lo que no fallará casi con toda seguridad, es el compromiso de estos dos corredores con las carreras como la Paris-Roubaix.

Tras ellos son varios los corredores que deberán estar al quite y conseguir aprovechar sus oportunidades. El primero de todos ellos, Pippo Pozzato, que parece el más apto por condiciones para la victoria en el velódromo, tendrá otra oportunidad para demostrar si puede estar al nivel de los otros dos o no. Las oportunidades no son un bien infinito. Eso lo sabe perfectamente Juan Antonio Flecha, podium en tres ocasiones (2005, 2007 y 2010) en Roubaix. El catalán ha apostado siempre a ganador y desde su primer podium, año en el que seleccionara gran parte de la carrera él mismo, ha demostrado poder estar entre los mejores y con opciones reales de victoria. A sus 33 años aún le quedan varias ediciones a pleno rendimiento, pero no debe dejar pasar la oportunidad de buscar con ahínco una situación ventajosa del marcaje global de todos con los dos grandes del momento. En este escalón podemos poner también a Alessandro Ballan (BMC) y Thor Hushovd (Garmin – Cervelo), dos corredores con potencial para conseguir ganar este Monumento pero que deben conseguir que, en el caso del primero, su equipo no esté corriendo a la contra, y en el segundo, que desde el coche consigan ajustar y mejorar la estrategia en carrera, pues ambos son los líderes de los dos mejores conjuntos para esta carrera.

 

Podium Paris Roubaix 2010

En otro escalón, por debajo de estos cuatro grandes nombres y dos por debajo de los dos claros dominadores de la carrera los últimos años, se encuentran varios ciclistas que, por experiencia o condiciones y talento innato, pueden ayudar a desnivelar la balanza. De los que destacan por esto segundo habrá que tener atención especial a Geraint Thomas (Sky), que tras su buena De Ronde y su gran etapa del Tour 2010 en Arenberg muchas son las expectativas puestas en él, o Heinrich Haussler, en la que será su última oportunidad de obtener un resultado decente en esta primera parte de la temporada. Björn Leukemans (Vacansoleil), tras su buena primavera pasada, va camino de volver a sacar nota en la de este año. 6º el año pasado tendrá en este una de sus últimas oportunidades de, al menos, entrar en el cajón del velódromo. Especial atención también a la confirmación para el domingo de uno de los hombres más en forma, si no el que más, de De Ronde, Sylvain Chavanel. En el caso del veteranísimo George Hincapie (BMC) son otras las intenciones que quizás guarde en carrera, pues tras una década de intentonas frustradas está en los últimos coletazos de una carrera que en Roubaix se ha marcado por los infortunios y la desgracia, como en 2002 o 2006, entre otras ediciones. Ojo también al otro caballo de BMC, Marcus Burghardt, que aunque aún no ha tenido actuaciones destacadas en Roubaix tiene potencial para terminar rindiendo en el Infierno del Norte. También a tener en cuenta entre los segundos espadas de los equipos punteros estarán Boasson Hagen (que pareció estar más a tono en De Ronde) o Hunt por parte de Sky y en apoyo de Flecha, Devolder para Vacansoleil, Van Summeren, Klier o Farrar para Garmin – Cervélo (donde habrá que esperar una actuación decente desde el coche) o Paolini y Hoste en Katusha, más lo que pueda aportar en carrera Rabobank con Boom y Langeveld.

La participación es excelsa. La única baja que se presume sensible es la Matti Breschel, que lleva out toda la temporada. Ya sólo falta para que esto se convierta en el verdadero Infierno del Norte que las condiciones climatólogicas sean adversas, porque en estas carreras, por norma general, el resto siempre lo ponen los protagonistas. Boonen buscará igualar a De Vlaeminck con cuatro triunfos. Cancellara ponerse en el escalón del de Mol junto con Museeuw, Merckx, Lapize, Van Looy, Moser o Rebry. Flecha pasar a la historia como el primero de su país en ganar en el velódromo, como Thor Hushovd, que también tiene la oportunidad de desplazarse a un lugar donde sólo han podido Rik Van Looy (1962), Eddy Merckx (1968), Francesco Moser (1978) y Bernard Hinault (1981); conseguir ganar en el velódromo con el arcobaleno a sus espaldas. Grandes impulsos que ofrecerán una gran carrera sin lugar a la duda. Disfrutemos, porque camino del velódromo de Roubaix la épica y la tradición siempre se reflejan sobre los tramos adoquinados que van hasta allí desde la Place de Chateau, en Compiégne, a las afueras de París.