Siendo pesimistas, sólo hay una etapa en el recorrido de la Vuelta a España que llame verdaderamente la atención ,que posea ese aura de alta montaña impredecible, épica y especial. Se trata de la etapa Tour, la reina, que saliendo de Andorra y pasando por España acaba en Francia tras cuatro buenos puertos de Primera, con el mismo encadenado final de Balès y Peyragudes donde se impuso Alejandro Valverde en 2012.
Sin embargo, siendo optimistas podemos encontrar más motivos de alegría en el recorrido de La Vuelta 2013 que se avecina. Sigue predominando hasta la saciedad el final en alto, pero respecto al año pasado se aprecia un aumento de los puertos de paso dándole un punto mayor de dureza a la carrera, y abriendo el abanico de opciones para el espectáculo.
Como ejemplos tenemos la etapa de Hazas Llanas con Monachil en un doble puerto final de duras rampas. La etapa andorrana, que por fin incluye varios puertos. A Oviedo se llega con el recorrido clásico de la Subida al Naranco, y la combinación del Cordal con el Angliru asegura poner a cada cual en su lugar.
Otra pequeña novedad es el uso de los muros lejos del final de etapa, algo que se le había reclamado a Unipublic. Así ocurre con el tremendo Mirador de Ézaro camino de Fisterre y también con el Rat Penat, aunque a este le siga un terreno demasiado favorable hasta Castelldefells. Son detalles agradables pues su paso ofrece al espectador un motivo más de expectación y la posibilidad de ver buen ciclismo desde lejos.
Y sin embargo, pese a todos estos avances, el análisis global no puede ser muy diferente al realizado en años pasados. La filosofía es la misma desde 2010: pocas diferencias en cada etapa, poca crono, mucho final en cuesta (hasta 13 en esta edición) e intentar que todo llegue en un pañuelo al final.
Salirse de este guión es posible tal y como se pudo comprobar en Fuente Dé, ahí radica la grandeza del ciclismo. Pero con tanta etapa favorable al mismo tipo de corredor no se antoja necesario pensar fuera de las vallas, solo sprintar a tope dentro de ellas. Además, seguro que muchos corren toda La Vuelta con la mente puesta en el Angliru.
Se podría decir que para Unipublic las cronometradas son un molestia de la que no se pueden deshacer. Al menos la contrarreloj por equipos inaugural tiene una distancia algo más respetable de lo que nos tienen habituadas últimamente las GT, pero es la prueba individual la que decepciona. Apenas 38 kilómetros por las faldas del Moncayo, en un recorrido duro que busca minimizar las pérdidas de tiempo de los hombres de la general, como la de Pontevedra en 2012 o la de Chorges del último Tour. Una crono interesante por sí misma pero que necesita otra totalmente llana como complemento.
Los sprinters tendrían seis oportunidades de ganar, tres de ellas seguidas en la primera semana. Los que quieran hacer valer su velocidad punta tendrán que sufrir y trabajar duro pues casi todas estas etapas tienen finales complicados. El fallo no es una opción pues no hay, como en otras carreras, 10 etapas iguales donde enmendar el error. Gracias a ello estas etapas resultarán mucho más interesantes.
Las novedades siguen apareciendo en La Vuelta, destacando el puerto de Peñas Blancas y el estreno de Hazas Llanas, pero siempre mezcladas con la repetición de lugares que gustaron en las últimas ediciones, como Ézaro, La Gallina, Peña Cabarga o Valdepeñas de Jaén.
En conclusión, se trata de un recorrido continuísta donde algunos detalles cambian a mejor, detalles que esperemos funcionen y se consoliden de cara a futuras ediciones, consiguiendo así salir poco a poco de este circulo sin fin de metas mirando al cielo en que se ha convertido la Vuelta a España.
Análisis etapa a etapa
Etapa 1 – Sábado 24: Vilanova de Arousa – Sanxenxo CRE
Se lanza a rodar La Vuelta con la cuarta crono por equipos seguida, aunque en este caso de mayor longitud, cosa de agradecer. Además, al no ser un recorrido urbano, es bastante apto para el trabajo organizado que caracteriza a esta modalidad. Cuenta con cuatro repechos de escasa entidad que pueden romper el ritmo de los equipos, y alguna curva técnica en la primera bajada.
La salida se tomará en el puerto de Vilanova para terminar en el de Sanxenxo, a lo que sumar el paso por Cambados. Si la realización está a la altura, las imágenes deberían ser lo mejor de este inicio.
Etapa 2 – Domingo 25: Pontevedra – Baiona- Alto do Monte da Groba
Segundo día, primera etapa en linea, y primer final en alto. No se trata además de un simple repecho, pues el Monte da Groba es todo un puerto de 11 km al 5,6%. Las zonas más duras están al principio, alternando rampas de hasta el 15% con falsos llanos. Tras un largo descanso la carrera se jugará sin lugar a dudas en sus 1500 m finales al 8,3%. La razón de tan tempranero final hay que buscarla en las audiencias, que el año pasado solo despegaron en el primer final en alto en Arrate. Y cuanto antes lo hagan, mejor.
Destacar el bonito tramo de costa entre A Guarda y Baiona, donde quizá aparezca el viento de costado.
Etapa 3- Lunes 26: Vigo – Mirador de Lobeira / Vilagarcía de Arousa
De nuevo las costas de las Rías Baixas y el peligro del viento serán los protagonistas de la mayoría de la etapa. Destacan dos puntos calientes. Primero, la entrada y salida a O Grove pasando dos veces por su istmo. Y posteriormente, se repite esta operación entrando y saliendo de la Illa de Arousa por sus 2 kilómetros de puente.
A unos 20 km de la meta se acaba el llano y comienza un terreno algo quebrado hasta Vilagarcía. Aquí se encara el largo repecho final de 4 km al 5,5%. Atención al cambio de carretera y estrechamiento a falta de 1200 m.
Etapa 4 – Martes 27: Lalín / A Estrada – Fisterra. La Etapa del Fin del Mundo
Cuarto día y tercer final en cuesta con la llegada al Faro de Fisterra (2,1 km al 4,8%), pero eclipsado por el paso por el tremendo Mirador de Ézaro (1,9 km al 14%).
De nuevo se buscan siempre carreteras amplias en la línea de este inicio gallego que queda lejos de explotar todo lo bueno de la zona. La mayor parte del terreno rompepiernas se encuentra en los 100 km iniciales, quedando lo más sencillo justo como aproximación al Mirador, que se corona a 36 km de la llegada. La carrera se romperá en sus rampas por pura inercia, el problema puede llegar con un parón y reagrupamiento en los falsos llanos que le siguen.
Aunque desaparecieran del perfil, en el tramo final se siguen pasando los repechos de san Roque (2,4 km al 4,4% a 10 km de meta) y A Moiña antes del precioso final en Fisterra.
Etapa 5 – Miércoles 28: Sober – Lago de Sanabria
Primera oportunidad para los sprinters, pero bastante complicada por los puertos a media etapa y los suaves repechos de la zona final. Destaca la larga ascensión al Alto de Covelo, 20 km al 3,7% que extrañamente solo puntúa de tercera. La Portilla de Padornelo tiene 5 km al 4,2%. A falta de 7 km, tras El Puente, aparece un repecho de 2,1 km al 4,1%, y el terreno sigue siendo quebrado hasta los 1500 m finales donde allana por fin. El Lago de Sanabria se suma así a un inicio fantástico en cuanto a paisajes y escenarios finales.
Etapa 6 – Jueves 29: Guijuelo – Cáceres
La Vuelta coge la Vía de la Plata dirección sur, pues camino de Extremadura apenas abandona la Nacional 630. Lo hace ya en Cáceres entrando en 13 km finales con 3 repechos, tendidos y amplios pero que dificultarán el sprint al haber poco terreno llano. El tramo más duro, 1 km al 6%, termina a unos 6 km de la meta. Se espera otro sprint, pero de nuevo abierto a alguna sorpresa.
Etapa 7 – Viernes 30: Almendralejo – Mairena de Aljarafe
Más Vía de la Plata y más aburrida Nacional 630 desde Almendralejo hasta el primer paso por la meta de Mairena de Aljarafe. La etapa se remata con un circuito 31 kilómetros pasando por la Torre del Oro y la Maestranza de Sevilla. También incluye la Cuesta del Caracol, de 2,3 km al 3,4% que de ninguna forma impedirá la volatta más clara hasta el momento.
Etapa 8 – Sábado 31: Jerez de la Frontera – Estepona. Alto de Peñas Blancas
Con el fin de semana llega la montaña andaluza y lo hace con una etapa totalmente descafeinada respecto a la mostrada en la presentación de la carrera. La dura aproximación al Puerto de Peñas Blancas se ha sustituido por un eterno llano con muchos kilómetros de autovía.
Así las cosas y con las fuerzas intactas de cara al puerto final, se antoja complicado que este haga mucha selección. Con 14,5 km al 6,6%, las rampas más duras llegan al poco de abandonar Estepona, quedando el tramo final siempre en torno al 6 y el 7%.
Etapa 9 – Domingo 1: Antequera – Valdepeñas de Jaén
La Vuelta vuelve a uno de sus fetiches en los últimos años, el muro del Chaparral en Valdepeñas de Jaén, y lo hace con el recorrido previo menos rompedor de las tres ediciones.
La primera dificultad, olvidada por la organización se encuentra entre los dos sprints especiales, subiéndose el Puerto del Castillo de 5,7 km al 4,9%. Como acceso a Valdepeñas se estrena el Collado de Frailes. Cuenta con 7 km al 5,3% donde lo más exigente es el kilómetro final al 7%. Su cima se encuentra a 16 km de Valdepeñas (más lejos que otros años), Parece más claro que nunca que el 27% del repecho final será el decisivo, aunque las carreteras estrechas y bonitas de estas sierras jienenses son de agradecer.
Etapa 10 – Lunes 2: Torredelcampo – Güejar Sierra. Alto de Hazallanas
La Vuelta a España regresa a Sierra Nevada, pero quedándose solo en sus faldas mientras estrena la carretera de Haza Llana. Asfaltada en 2009, cuenta con 5 km centrales al 11% y rampas del 21%. Sus números asustan, aunque la proliferación de estos finales hace que ya no sorprendan ni destaquen como antes.
Unipublic ha olvidado puntuar tres puertos cruciales para las posibilidades de las escapadas. Se trata del Alto de la Fuensanta (18,3 km al 3,2%), el Puerto de Zamora (5,4 km al 4,3%) y el de Torre Candela (7,3 km al 3,4%). Tras ellos el terreno es muy favorable hasta alcanzar Granada.
Aparece entonces el Alto de Monachil, cuyos 8,2 km al 7,9% son bastante conocidos ya, habiendo decidido el ganador de la edición 2006. Pero no es nada comparado con lo que resta. Primero hay que superar 7 km al 4,4 % para alcanzar Güejar Sierra, y tras un rapidísimo descenso aparece la pared de Haza Llana. Tras esos brutales 5 km la pendiente suaviza con 2 km al 7% hasta la pancarta final.
Martes 3: Descanso y largo traslado a Tarazona
Etapa 11- Miércoles 3: Tarazona – Tarazona CRI
La única crono individual de la carrera no alcanza siquiera los 40 km, de los cuales apenas 10 son llanos. El protagonismo recae en los 11,1 km al 4,8% de la subida al Alto del Moncayo, a la que sigue un terreno rápido y nada técnico de regreso a Tarazona. La organización calcula unos 50 minutos de prueba.
La explicación de esta preferencia por las cronos duras y no muy largas la encontramos en el pasado Tour y el rendimiento de los favoritos españoles en las CRI. En la primera, llana, perdieron mucho tiempo, mientras que en la segunda, dura, entraron entre los cinco primeros. Si a esto sumamos el miedo a las diferencias, el resultado son puertos en las cronos como en Pontevedra 2012.
Etapa 12 – Jueves 5: Maella – Tarragona
Camino de Tarragona se presume otra etapa para los hombres rápidos, pues la única dificultad, el Alto del Collet o Coll Roig (6 km al 4,4%) se presenta lejos de meta. La aproximación final se hace por la Costa Dorada (Cambrils, Salou), pero atención, porque ya en las calles de Tarragona, los 1500 m finales son en ligera cuesta, lo que alterará la preparación y desenlace de la llegada masiva.
Etapa 13 – Viernes 6: Valls – Castelldefels
Esta etapa de Castelldefells viene marcada por la distancia del Rat Penat a meta. Este puerto, estrenado en 2010, cuenta con 4,3 km al 10,6% y máximas del 23%. A su dureza hay que sumar una bajada en algún punto complicada y con varios repechos, de los que destaca el de Can Grau y sus rampas hormigonadas del 18%.
Sin embargo, tras este duro y bonito periplo montañoso restan 40 km llanos. Este tramo final de bonita carretera colgada de los barrancos al Mediterraneo hace muy complicado pensar que se aprovechen los puertos. Ya en Casteldefells, la meta se sitúa en su castillo tras unos 500 m al 7-8%.
Etapa 14 – Sábado 7: Bagá – Andorra. Collada de la Gallina
Llega el tercer fin de semana y con él las etapas más duras, ambas con final en el extranjero. La primera es la “etapa de los túneles” o los “ciclistas-topo” pues pasarán más de 11 km bajo tierra. Debemos comentar que durante la larga neutralizada desde Bagá se subirá al Túnel del Cadí (7 km al 6%), y es una pena que se neutralice por el juego que podría dar de inicio.
Tal y como queda la etapa, sus primeros 40 km son rapidísimos y hasta llegar a Andorra la Vella no hay ninguna dificultad. Aquí empieza el puerto más duro del día, el Port d’Envalira (27,7 km al 5%) y sus interminables 1400 m de desnivel que, a buen ritmo, se hacen duros pese a la falta de grandes rampas o la carretera amplísima.
Tras su cima, el terreno es siempre favorable, interrumpido por dos puertos de no demasiada exigencia, el Coll d’Ordino (7 km al 5,7%) y La Comella (4,1 km al 5,7%). Todo parece pensado para que se decida en La Gallina (Canolich) y sus espectaculares 7,2 km al 8%, pero al menos se llegará con las fuerzas menguadas a sus 18 herraduras.
Por último, sigue siendo incomprensible el olvido de La Rabassa como paso previo a los finales en La Gallina, es un encadenado de manual.
Etapa 15 – Domingo 8: Andorra – Peyragudes
Esta es sin discusión la etapa reina de la carrera, por encima del Angliru o de cualquier otra. Así lo atestiguan sus 225 km oficiales, a los que sumar casi 20 km neutralizados. Es la única con más de dos puertos de primera categoría y la única con un gran puerto de paso como Balès, superando en total los 4700 m de desnivel.
Tas la salida lanzada se afronta el Port del Cantó (24,4 km al 4,2%) donde destaca su inicio de 6 km al 7,8%. Continúa el desgaste con el regular Port de la Bonaigua (20 km al 5,5%). Sin embargo los grandes movimientos no deberían llegar hasta suelo francés, concretamente en el Port de Balès (19,2 km al 6,2%).
Conocido por pasarse habitualmente en el nuevo siglo del Tour, y especialmente por el incidente de la cadena de Andy Schleck, es otro puerto largo que concentra la dureza en su final, con multitud de rampas de dos dígitos durante 12,5 km finales al 7,5%. Su bajada da paso, sin respiro alguno, al antiquísimo Col de Peyresourde (10 km al 7,5%), muy constante en su dureza. Una vez superado, la pequeña lleva lleva al cruce con la carretera de la estación de Peyragudes, última dificultad del día con 3 km al 7,5% antes del llanito de meta.
Se trata de un soplo de aire fresco a La Vuelta, alta montaña clásica acumulando puertos y dureza sin rampones imposibles para terminar. La única duda es por qué etapas como esta, o la de La Gallina, se ven en suelo foráneo y no en el patrio.
Etapa 16 – Lunes 9: Graus – Sallent de Gállego. Aramón Formigal
Corta etapa para completar el trío de finales en alto pirenaicos, con un recorrido muy pestoso e irregular en su parte final que, tras dos días de alta montaña, quizá depare alguna debilidad imprevista. Hay quien especula con una repetición de Fuente Dé, pero no siempre suena la flauta.
El primer puerto es la Foradada, de 4 km al 7,6%, pero la carrera se pondrá seria con las primeras rampas del Puerto de Cotefablo (13,3 km al 4%), pues entonces desaparecerá el terreno llano.
Desde Biescas la carretera siempre gana altura, pero los tramos más duros son los del Alto de Búbal (2 km al 6,2%), el ascenso hasta Tramacastilla (2 km al 8%), la carretera vieja entre Sallent de Gállego y Formigal (4 km al 5,5%) y, tras el desvío al parking de Sarrios, los 3,5 km al 7% finales. Hay terreno para la ofensiva.
Martes 10: Descanso
Etapa 17 – Miércoles 11: Calahorra – Burgos
Tras el día de descanso llega otra jornada tranquila donde solo la aparición del viento podría llenar de nervios al pelotón. Ya en las calles de Burgos se hace un bucle que incluye la subida a su castillo, unos 600 m al 8% (por asfalto, es una vertiente diferente a la Vuelta a Burgos), que no deberían impedir que los velocistas presentes en el pelotón se jueguen una de las pocas victorias a las que optarán.
Etapa 18 – Jueves 12: Burgos – Peña Cabarga
Tercera llegada a Peña Cabarga en cuatro años, y tercera vez que se obvian los puertos más cercanos a este, que son La Sía y Alisas. Al menos en esta ocasión se ha endurecido algo el recorrido previo.
Las dificultades comienzan con el Alto de Bocos (2 km al 7,8%) para entrar a Cantabria por el tendidísimo puerto de Estacas de Trueba (11,9 km al 2,9%). Su bajada, especialmente si llueve, puede ser un punto delicado, y a continuación se enlazan el La Braguía (6,2 km al 5,8%) y el Caracol (10,8 al 5,6%). El problema es, de nuevo, la distancia de este al inicio de Peña Cabarga, nada menos que 34 km favorables.
Las características de Peña Cabarga son ya de sobra conocidas, con 3 km iniciales a cerca del 10% hasta el descanso de La Ida, para rematar con 1,9 km al 12,4% y puntas del 18%. En definitiva, un puerto ideal para que todos se esperen al durísimo final.
Etapa 19 – Viernes 13: San Vicente de la Barquera – Oviedo. Alto del Naranco
La Vuelta se remata, de forma bastante repetitiva, con tres finales en alto, quizá el punto más flojo de todo el recorrido. En este viernes 13 vuelve un clásico de los 80 y 90 como es el Naranco tras un recorrido también conocido.
Tras recorrer 100 km pegados a la costa cantábrica, en Villaviciosa se gira hacia el interior para subir el Alto de La Campa (9,6 km al 3,9%) y posteriormente La Gargantada (4,2 km al 3,6%), ambos sin puntuar. El puerto de paso más duro es San Emiliano (5,2 km al 5,8%) y eso habla a las claras de la escasa exigencia de esta etapa.
Posteriormente se suben El Padrún (2 km al 6,1% seguidos de un falso llano) y La Manzaneda (3,5 km al 6,4%). Ambos tienen una rampa suelta superior al 10%, pero están muy lejos de ser rompedores en 2013. Para rematar queda el Naranco, final en alto de poco más de 5 km donde la dureza se encuentra en los 3000 m finales al 7,6%.
Oviedo y el Naranco son dos grandes escenarios finales para etapas duras y bonitas, con grandes puertos o pequeñas muros de rampas imposibles. Parece por tanto una ocasión perdida al diseñar un recorrido tan poco atrevido.
Etapa 20 – Sábado 14: Avilés – Alto de L’Angliru
El Angliru se estrenó en 1999 con una durísima etapa que incluía los puertos de Ventana, Cobertoria y Cordal al noveno día de carrera. Fue un exitazo a todos los niveles. Desde entonces cada año se ha retrasado más su situación en carrera mientras se ablandaba su recorrido previo.
Este año se repite, punto por punto, el recorrido de 2011 (¿no sería conveniente ampliar los lugares que visita la carrera?). Una etapa corta que cuenta solamente con los puertos de Cabruñana y Tenebredo (3,5 km al 9,1%) antes de encadenar el clásico Cordal (5,3 km al 9,6%) con el temible Angliru (12,2 km al 10,2%).
Esto asegura, por un lado, que pueda cambiar completamente la clasificación general ya que el Angliru siempre hace diferencias, más que cualquier otro puerto final. Pero por otro lado, esas diferencias no serán tan grandes como si la etapa fuera verdaderamente dura. Ni tan grandes como las que puede deparar una etapa con grandes puertos separados de la meta. Y sobre todo, empujará a corredores y directores a pensar más en el futuro y el guardar fuerzas, que en el presente y el dar espectáculo durante toda la ronda.
El Angliru el último día puede ser un gran final de fiesta, pero también puede aguar la fiesta de las 19 etapas anteriores.
Etapa 21 – Domingo 15: Leganés – Madrid
Paseillo final con la misma nula emoción que toda etapa en línea el último día de una Grande.
Si no me equivoco, el recorrido de la 16ª a partir de Biescas es prácticamente el viejo de la Treparriscos, sumándole los cinco kilómetros finales.
No tiene mucho que ver con Treparriscos, en parte es = pero en dirección contraria, y después, desde el embalse si que se sube = que la Trepa hacia Formigal, pero no se si es la misma subida hasta arriba o solo en parte
Entiendo entonces que rodea el embalse por el otro lado… Vamos, que ver sí tiene bastante que ver, aunque no sea exacto. Gracias por la aclaración.
Por lo que puedo entender, en la Trepa, se pasaba el tunel de bajada y se giraba a la derecha, subiendo un repecho muy duro, para después bajar por un pueblo y salir a la carretera general. En la vuelta es al contrario, suben por donde bajabamos, y después bajaen el repecho y giran a la izquierda para encarar el tunel de subida.
Después del tunel van = que en la trepa, pero no se si el final de la subida es =
¿Por qué Unipublic ha dejado de contar como puntuables un buen número de puertos?
Hombre Visko… buen análisis, pocos matices le haría, alguno si…
La verdad es que viendo que el año pasado funcionó de cara al gran público y todo el mundo te decía por la calle: qué buena Vuelta y tal, está siendo chula.. gente que rara vez te habla de ciclismo, pues no puedo criticar en esceso ese modelo, y mucho menos si este año hay algunas etapas de fondo realmente duras, al menos una, pero Envalirá es un puerto tb de mucho desgaste… no es ni mucho menos una Vuelta para dejar todo al Angliru, y no es una Vuelta donde la gran dureza está siempre en los 3 kms finales: Bola, Cuitu, etc…más todo lo que has mencionado a mejor…
Sobre la crono, pues como mucho matizarte que no es como la del año pasado o como la segunda del Tour, que sólo hay un km realmente para escaladores, que el resto de subida con el viento a un escalador puro se le puede hacer duro frente a un hombre potente, y que los kms finales segun sople el viento podría ser el paraiso de un rodador, al menos unos 10 kms, y la bajada tiene sólo 2 curvas a considerar, a diferencia de las dos cronos mencionadas.
Si bien yo creo que debiera haber una gran Vuelta para gente más rodadora o croners, y el Giro y Tour no lo han sido… pues a este recorrido se le podría dar un 8.. al menos te aseguras que pasen cosas casi a diario y quien necesite atacar de lejos, tiene dias.
Un saludo crack, un placer leerte.