¡Buenas!

Llegó el verano y con él… no, el descanso no, ¡la temporada alta de competición! Tras semanas sin colegio y preparando objetivos entrenando, llegó la hora de comenzar con el Tour de Bretagne, prueba que esperaba con bastantes ganas después de correrla el año pasado como juvenil. Una carrera muy técnica y bonita para hacerla bien. Como digo, estaba con muchísima ilusión, me encontraba muy bien de forma, y lo comprobé en una carrera que corrimos con junior en Mendaro. Creo que mi error fue algo que estoy aprendiendo este año: el mejor entrenamiento es un buen descanso. Pues después de esta carrera en Guipúzcoa a mi cuerpo no le di tregua, entrenando, y enseguida salí para la Bretaña francesa, en coche, víspera de la carrera. No nos podemos quejar porque es la única manera que nos podemos permitir competir, pero mi cuerpo ya notaba la fatiga.

Esta vuelta son 4 etapas, una de ellas crono. Se hace un poco pesada ya que cada día hay de desplazamiento a la salida unos 100-200 kilómetros y debemos estar allí a las 11h para salir a las 14, es decir, todo el día viajando. Son muy técnicas, de carretera estrechas, repecheras y con peligrosos circuitos finales. De hecho, la primera etapa fue decisivo para el desenlace de la misma. Las francesas Fanny Ribertot y Alexia Muffat llegaron el el grupo de adelante, las demás (Elena Utrobina y yo, Yulia Iliynikh e Irene Usabiaga) en grupos un poco cortados. En la contrarreloj, se lució la rusa Elena hizo un gran 5º puesto e Irene Usabiaga la 16º. Por mi parte, como siempre, mucho que mejorar en esto, pero no estaba descontenta, aunque inconforme.

En la tercera etapa, llegó una chica escapada, y en el sprint del grupo Fanny hizo la 12º. Yo caí en el km 8, fue una etapa complicada para mi. Por eso, la última etapa por decisión del director, no participé, necesitaba darle un respiro al cuerpo. Fue la etapa más dura y aunque Yulia lo intentara en una escapda muy buena, se llegó en un sprint donde Fanny hizo 8º. En resumen, la vuelta fue muy complicada de plantear tácticamente, y como equipo nos faltó unidad. Según acabó, nos dirigimos a Madrid, sí, otra vez en coche, en dos días, pues tocaba del tirón viajar al Europeo, a la República Checa.

Irene, Dorleta y Sheyla, acompañadas en la República Checa por Pablo y Rubén, auxiliares de la seleción. Foto: Facebook Rubén Madrigal

Irene, Dorleta y Sheyla, acompañadas en la República Checa por Pablo y Rubén, auxiliares de la seleción. Foto: Facebook Rubén Madrigal

Realmente me notaba flojita, pero mi cuerpo se puso manos a la obra para recuperarse, y los fisios me ayudaron a recuperar la movilidad de un hombro que me afecté en la caída. La contrarreloj la disputaríamos Irene Usabiuaga y yo. Era una contrarreloj fea donde las haya. Once kilómetros de recta en una nacional y vuelta por el mismo camino. Mi crono fue pésima, lo sé. No encontré ni siquiera ni postura, debo trabajarlo. Irene tampoco se encontró cómoda, y podemos decir que ningún español se quedó contento con su participación en la misma (Alicia González en junior, Marcos Jurado y Mikel Iturria en sub23, Xabier Sansebastián y Enric Mas en junior) salvo quizá Cristian Rodríguez en junior, que a pesar de ser el peor recorrido para un corredor como él, no la hizo mal consiguiendo un 21º en un total de 54º participantes.

El recorrido de la carrera, era cuanto menos, peligroso. Daba un poco de miedo, porque se vaticinaban caídas. Quizá el recorrido no fuera tan estrecho como el de otros circuitos, pero era muy corto (11km) y rápido. Acababa en un repecho de 2km subiendo, y después de 1 kilómetro de páramo la línea de meta. Luego había algún repecho, una bajada rápida en carril ancho, y te encontrabas a mano derecha con un repecho estrecho (cabían dos bicis) de pavé en subida… Enganchones, caídas… Ahí te parabas, y ahí te quedabas… La montonera y el látigo que se formaba era bestial en cada vuelta. Aquí no existía la mala suerte, algo te tenía que pasar en alguna de las vueltas, como mucho, buena suerte de no perder mucho tiempo. El truco era estar adelante, cosa que querían todos los participantes. En definitiva, un circuito agónico, pues en nada, volvías a estar en la subida… 130 km de sufrida carrera.

El día de la carrera, yo me encontraba algo mejor, pero sabía que no estaba en mis mejores condiciones y conocía el nivel que hay en estos campeonatos, por lo que más o menos conocía mi lugar. En las primera vueltas íbamos bien situadas (Dorleta Eskamendi y yo, Irene Usabiaga sufrió una avería al principio), pero después de tantos látigos y parones, en la 7ª vuelta cuando se hizo la escapada, yo sabía que no tenía gas para estar, así que me corté, se fue una escapada de 20 y yo me quedé en un grupo de 15. Cosa que no vi nada mal, sabía que sólo era aguantar e intentar hacer el mejor puesto posible. A falta de 3 vueltas, donde no debía pasar, se me salió la cadena y me corté. Estuve persiguiendo al grupo de 15 dos vueltas con una ucraniana, con la esperanza de llegar, pues ya estaba hecha la carrera. Pillé en la última vuelta, y en el último repecho fue un mar de ataques. En meta, muerta, entré la 33º. No es el puesto, sino el demostrarme que aunque sin fuerza, saco en los momentos algo que me lleva a no dejarme, no parar. De premio, me tocó control antidoping.

El resto de españoles: Dorleta Eskamendi no pudo acabar por avería. Los juveniles sufrieron el fuerte ritmo y el exigente circuito, siendo Cristian Rodríguez el mejor clasificado en uno de los grupos cabeceros (21º). Los sub23 se defendieron bien, al final pudiendo conseguir Haritz Orbe el 21º, Marcos Jurado el 55º y Mikel Iturria sufrió una dura caída en la primera vuelta, impidiéndole continuar. Las chicas Junior la mejor posicionada fue Alicia González aunque contentas también de vivir la experiencia Lierni Lekuona y Alba Teruel.

Y después de todo esto, y con mi cuerpo al límite del cansancio, volví a casa, cogiendo unas anginas de caballo. Mi cuerpo pedía descanso. Esa semana era la última Copa de España en mi casa, así que llevaba una motivación extra. A pesar de intentarlo, la carrera se fue de salida, y el equipo no tuvo fuerzas para recuperarla. A la desesperada, la última vuelta Belén y yo nos la pasamos remando intentando luchar por lo nuestro, a relevos como compañeras y buenas líderes de la Copa, lo dimos todo y recortamos distancia, pero fue en vano, mi compañera se hizo al menos con la 2ª posición, después de Joanne Hogan (Bizkaia-Durango) escapada toda la carrera. Por lo menos nos llevamos la general de la Copa de España y comprobamos que no siempre se puede estar al 100%.

Ganadoras Copa de España femenina 2013

Belén López, Empar Felix, Alicia González y Sheyla Gutiérrez acompañadas del Presidente de la RFEC, Jose Luis López Cerrón. Foto: Cobblesandhills

Y ahora nada, tocó desconectar un poco de todo lo que tuviera que ver con pedalear, redescubrí que mis piernas no sólo sirven para pedalear, y aquí estoy, con un montón de ganas de nuevo, con fuerza para finalizar bien la temporada que queda. De momento a entrenar duro y a preparar las carreras con juniors. ¡Hasta el final!

¡Buen verano!