El día grande de San Ignacio amanecía un año con su particular encierro de diecisiete kilómetros por las calles de Getxo y de las poblaciones adyacentes. ‘Txupinazo’, apertura de portones y salida fulgurante repleta de ataques en la 68ª edición del Circuito de Getxo-Memorial Ricardo Otxoa durante algo más de una vuelta, en la que produjeron alternativas constantes y en la que varios ciclistas lo probaron. Pero el pelotón rodaba realmente estirado, descontento con toda situación en carrera hasta que diecinueve ciclistas tomaron ventaja y abrieron camino. Con todos los equipos salvo los portugueses de Banco Bic-Carmin representados delante, el parón detrás y la formación de la escapada resultaba inevitable, tomando rápidamente ventajas cercanas a los cuatro minutos.
Sin embargo, el conjunto luso se lavaba en un primer momento las manos y era Burgos-BH-Castilla y León el que, pese a contar con Lluís Mas y Ander Arranz entre los fugados, se puso en cabeza del pelotón tratando de evitar que el margen se disparase y destapando desde un comienzo su clara apuesta en favor de Moisés Dueñas en la subida a Txomintxu decisiva. La entrada de los castellanos estabilizó la distancia, que se mantuvo en esos guarismos hasta que, prácticamente el ecuador de la prueba, los hombres de Euskadi se ‘olvidaron’ de Aritz Bagües y tomaron posiciones de cabeza en el pelotón, cerrando filas en torno a Carlos Barbero y sus opciones en meta. No obstante, el empuje de los bisoños conjuntos continentales únicamente sorprendió al paquete líder durante algunos instantes, los mismos que los escapados tardaron en subir un punto más el ritmo para mantener la diferencia en torno a los tres minutos con tres giros -unos 50 kilómetros- por delante. O lo que es lo mismo, una machada para llevar la etapa al sprint si todo seguía igual.
De tal modo que Diego Gallego y Aritz Arberas idearon un ataque de Bagües y Mas para sembrar un poco de caos en un grupo organizado a la perfección. La persecución finalizó y obligó la entrada de Euskaltel-Euskadi en acción en el seno del pelotón y pasando a Pablo Urtasun y Ricardo García a actuar como secantes. El impulso naranja tenía otro aire y empezó a comer con fuerza terreno a un grupo en el que ya se habían reintegrado guipuzcoano y balear. En apenas veinte kilómetros ya acechaban a los aventureros que, viendo como la neutralización podía ser inminente, olvidaron su pacto inicial y comenzaron a jugar sus cartas de forma individual.
Aprovechando su superioridad numérica -contaban del mismo modo que Sojasun con tres hombres delante-, Androni Giocattoli-Venezuela enviaba a a Patrick Facchini por delante en el antepenúltimo paso por Txomintxu, tras el que salieron sin contemplaciones Fabrice Jeandesboz (Sojasun) y Stéphane Poulhies (Cofidis) en un primer momento. Sin embargo, el ciclista de Loudéac no pudo seguir el ritmo y el hombre de Cofidis tuvo que aliarse con Pierre-Luc Périchon (Bretagne – Séché Environnement) y Bagües para dar caza al italiano para formar un cuarteto en el que hacer la apuesta definitiva. La idea esa era, pero las piernas pusieron a cada uno en su lugar. El pelotón, en el que había entrado también Movistar Team, rodaba desatado y les daba caza a quince kilómetros de meta.
Quedaba aún margen para valientes que intentaran dar la sorpresa con un contraataque. De hecho, apenas se reagrupó el pelotón un quinteto con Eduardo Sepúlveda (Bretagne – Séché Environnement), Jorge Azanza (Euskaltel – Euskadi), Javier Aramendia (Caja Rural), Emanuele Sella y Antonio Parrinello (Androni Giocattoli – Venezuela) buscó la machada. Pero la carrera ya estaba lanzada y el sprint resultaba inminente. Poco antes de la base de la cota eran cazados y todo quedaba entonces en manos de los velocistas, o al menos de aquellos capaces de superar las duras rampas del final. Un situación ideal para Lobato que, con la madurez que ha dejado en sus piernas el Tour de Francia, se imponía con claridad en la meta vizcaína en el muro de Arkotxa por segunda vez, reeditando el éxito que ya lograra hace un par de años y sumando del mismo modo su segundo triunfo del año tras su parcial en Castilla y León. Más sobre todo, insuflando un poco de oxígeno a la muy delicada situación de la histórica escuadra vasca e intentando abrir la puerta a un patrocinador que les salve de la desaparición.
1 Response
[…] posible que Lobato pueda formar parte de una de las mejores plantillas del pelotón. Ganador del Memorial Ricardo Otxoa en Getxo, especialmente destacable fue su actuación en el Tour de Francia, donde pese a no contar con la […]