Por Amaia Lumbreras
Y rodando, rodando, recorremos toda Francia. De nuevo a orillas del mediterráneo y en las faldas de los Alpes. Esta vez nos comemos la Provenza francesa, y nos la comemos por todos los costados.
Cuarta gastro-etapa: Provenza
Paisajes que parecen pintados más que reales. Inmensos campos de lavanda y aguas cristalinas. La Provenza francesa se divide entre la enormidad y la imponencia de los Alpes, y el lujo y el glamour de la costa Azul, emplazamiento predilecto de las altas élites para escapar del calor de las ciudades y sacar a pasear su poderío económico. Y cómo no, dada su situación geográfica, las posibilidades culinarias de la Provenza son infinitas.
Probablemente el plato más conocido de este territorio sea la Bouillabaisse de Marsella. Aunque en cada casa se elabora de una manera, el denominador común de esta receta es que es en un guisado o sopa espesa a base de tres tipos de pescado de la región. En Marsella, la Boullabaisse se sirve de una manera muy específica, con el caldo de pescado con un poco de rouille (una salsa Provenzal, un tanto picante con sabor a pescado) con crutones o pan y, en un plato separado, el pescado previamente frito en aceite de oliva y más rouille.
Para acompañar este plato se recomienda tomar un vino blanco, que le iría fenomenal, pero el caso es que la Provenza es conocida por tener estupendos vinos rosados. Así que yo no descartaría animarse y probar alguno como un Lirac. Aunque como en toda Francia, la Provenza cuenta también con infinidad de vinos tintos de excelente calidad.
Lo curioso de esta región de Francia es que cada zona o cuidad se asocia a un plato o a un ingrediente. Por ejemplo, Niza presta su nombre a la ensalada Niçoise, refrescante y contundente; Menton está asociada a los limones; o la brandada de bacalao de Nimes.
Lo bueno de esta zona es que todos los platos están elaborados con productos que se cultivan o se recogen en la Provenza. Por lo que encontraremos platos cargados de sabor mediterráneo como el ajo, el aceite de oliva o las siempre útiles hierbas provenzales (tomillo, romero, orégano).
Una vez más recomiendo degustar lo más típico y llenar tu maleta de pequeños recuerdos gastronómicos para revivir en tu casa las sensaciones vividas aquí: aceitunas, sal de aromas, vinos, dulces, carne de toro, salchichones de jabalí. Un festival para tu paladar. ¿Nos vemos por la Provenza?