Análisis de la 14ª etapa del Tour de Francia entre Tours – Saint-Amand Montrond sobre 191 kilómetros. El Tour toca el Macizo Central como previa a la decisiva tercera semana, abriendo las posibilidades de una etapa en la que el sprint masivo, la llegada de un grupo más reducido e incluso de la fuga es posible.
O quizá no acaben todavía los sprints, porque camino de Lyon hay una etapa muy quebrada… cuyo tercio final es lo suficientemente suave para que varios equipos colaboren para echar abajo las escapadas. La zona central es la más dura, con las cotas más largas, aunque solo la de Thizy-les-Bourgs presenta rampas de entidad.
Las tres cotas finales son la Cota de Lozanne, de 2,5 km al 4% y al menos carretera algo estrecha, y ya callejeando por Lyon se buscan dos dificultades más. Primero, la Cota de la Duchére, 1,6 km al 4,1% por amplias calles. Se cruza el río Saona y comienza la Cota de la Croix Rousse, 1,8 km al 4,5% que destacan por las 3 herraduras enlazadas a su inicio. Se baja entonces al puente sobre el Ródano y seguir aguas abajo donde encontrar la meta tras 6,5 km llanos.
Una jornada que los cazaetapas tendrán marcada en rojo y quizá por ello no haya sprint, pero este no es ni mucho menos descartable por la escasa entidad de las cotas finales.
Favorito: Peter Sagan (Cannondale)
Otro posible ganador: John Degenkolb (Argos – Shimano)
El tapado: Samuel Dumoulin (AG2R – La Mondiale)
Perfiles
¿Qué podemos esperar de la etapa?
Después de la tremenda tarde de ciclismo que vivimos ayer camino de Saint-Amand Montrand y el desgaste que esta provocó, y teniendo en cuenta la decisiva jornada que mañana se plantea en el Mont Ventoux, parece difícil que los equipos más importantes de la carrera se enfrasquen en otra lucha sin cuartel. Será el turno pues de las escuadras pequeñas, que tendrán al fin un terreno quebrado en el que formar un grupo amplio que tome una ventaja suficiente que los fatigados hombres de confianza de los velocistas no puedan reducir. En caso contrario, éstos tampoco podrán echar las campanas al vuelo, ya que las subidas finales son propicias para que prospere un contraataque de ciclistas con tiempo perdido en busca de la victoria parcial. Muchos frentes abiertos para un Cannondale en sobre quien se encuentran todos los ojos, a la espera de que repitan la exhibición colectiva en Albi.
Otros datos de interés
- Salida: 12:40
- Sprint intermedio: 15:13 – 13:28
- Llegada: 17:06– 17:34
Subidas del día:
- 14:17: Côte de Marcigny (1.9 km. al 4.9%)
- 15:04: Côte de la Croix Couverte (2.6 km. al 5.3%)
- 15:25: Côte de Thizy-les-Bourgs (1.7 km. al 8.2%). Posible punto clave del día, al situarse las rampas más duras de la etapa inmediatamente después del sprint intermedio.
- 15:45: Col du Pilon (6.3km al 4.4%)
- 16:35: Côte de Lozanne (2.5km al 4%)
- 16:57: Côte de la Duchère (1.6km al 4.1%)
- 17:05: Côte de la Croix Rousse (1.8km al 4.5%)
Aprovechando la edición centenaria, la organización de la ‘Grande Boucle’ aterriza por decimoséptima vez en la ciudad que acogió la primera meta de la cita gala hace más de 110 años. De Maurice Garin (1903) a Alessandro Petacchi (2003), muy variados han sido los ganadores en la ciudad, aunque el más destacado sigue siendo François Faber gracias a las tres victorias consecutivas logradas entre 1908 y 1910. De cualquier modo, ha perdido asiduidad en el recorrido con el paso de los años y a pesar de las numerosas bienvenidas dadas al Tour, no es un lugar frecuente en la prueba veraniega.
Conoce Lyon, ciudad de llegada de la décimocuarta etapa del Tour de Francia
Tratándose de la tercera ciudad más grande del territorio francés, no faltan actividades de las que disfrutar en la urbe fundada por los romanos hace ya dos milenios. Sin embargo, el principal foco turístico reside en la exquisita riqueza gastronómica de la que goza en sus ‘Bouchons’, siendo considerada a menudo como capital mundial de la gastronomía, hogar de algunos chefs de renombre como Paul Bocuse y cuna de platos como los ‘quenelles’, los ‘grattons’ o la salsa lionesa. Entre plato y plato, es recomendable visitar el Vieux Lyon, conservado totalmente en construcciones de estilo medieval y renacentista o la basílica de Notre-Dame de Fourvière, construida en el siglo XIX.