Hoy lo normal sería hablar de Valverde y su mala suerte, de cómo le complica la vida al líder del Tour el rendimiento de sus compañeros o del ataque organizado por Saxo-Tinkoff o Belkin. Un buen reflejo de ello son los titulares de la prensa: Contador da la campanada (La Vanguardia), Contador se aúpa entre el viento y Valverde se hunde (ABC), Contador pesca en río revuelto (El Mundo), Valverde pierde casi 10 minutos (El País).

En la tercera etapa del Tour de 2009 lo normal era hablar de la guerra abierta en Astana entre Alberto Contador y Lance Armstrong, en un día en el que el pinteño perdió poco menos de un minuto en un corte que pilló a casi todos excepto al americano. Entre la veintena de hombres que llegó aquel día en cabeza de carrera y la docena de hoy solo uno repite y, como aquel día, hoy ha alzado los brazos: Mark Cavendish.

En aquella ocasión solo Thor Hushovd parecía rival, hoy solo Sagan y, ni el uno ni el otro ahora son el peor rival que se podía encontrar el británico en la llegada.

En 2009, camino de Le Grand Motte, era difícil pillar desprevenido al de la isla de Man. Fue su equipo, el Columbia HTC con Hincapie como principal instigador, el que organizó el corte -según se dijo en su día como castigo al resto de equipos con esprínteres, por no trabajar en las jornadas previas en la caza de la fuga-. De los veinte hombres que formaban el corte cinco vestían el mismo maillot que Mark Cavendish.

Hoy, el OPQS también lo ha tenido claro. La ocasión era propicia y ha buscado eliminar a Marcel Kittel, ganador de tres etapas y uno de los pocos ciclistas que puede decir que ha logrado batir a Cavendish en un tú a tú en el sprint. Y lo han logrado. Con todo, el conjunto de Lefevere sabía que no podía relajarse y que la victoria no estaba asegurada. Con Cavendish también rodaba André Greipel .

Pero cuando el conjunto de Contador pasó al ataque, Cavendish pilla el corte de milagro, gracias a su potencia y gracias a la potencial de Michal Kwiatkowski, pero de lo que no hay dudas es que su equipo estaba más atento que el resto. Significativo que Chavanel y Terpstra le acompañaran en un corte de catorce ciclistas en el que no se filtra ningún Lotto – Belisol. Solo Saxo Tinkoff tiene más hombres en el corte.

El final de la historia ya lo hemos explicado: Cavendish bate a Sagan con facilidad y consigue su victoria vigésimo quinta en el Tour de Francia. Y es que, en este tipo de jornadas, siempre acaban apareciendo dos factores a tener en cuenta.

La suerte. En la jornada de hoy, por ejemplo, Alejandro Valverde no pierde hoy diez minutos por un despiste. El murciano estaba atento y, sin embargo, un accidente inoportuno le ha dejado fuera. Seguro que se puede cuestionar cómo el Movistar ha abordado el problema, pero nadie puede alegar que la suerte no ha jugado un papel decisivo.

La intención. Y aquí es donde reside la principal virtud de Mark Cavendish. Ya es la segunda ocasión que logra aprovecharse del viento para hacer más probable su victoria. Y lo hace con toda la intención del mundo.

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