Por Ainara Hernando
Hay cosas que no cambian. Da igual irte a la Vuelta a España que al Giro de Lombardia o a Langkawi, que la maleta ya se hace a última hora. Siempre. Eso sí, por muy tarde que sea, hay que procurar ponerse a ello la noche anterior. Aunque tu avión salga prontísimo. Y a la cama, irse con un cuadernito y un bolígrafo al lado, en la mesita de noche para que en esos instantes entre que la mente se relaja y acabas entrando en trance, pensar qué es lo que falta en el dichoso cuadradito ese con ruedas que va a llevar toda tu vida en las próximas semanas.
Entre escribir la crónica tras la etapa, un partido de pádel por la mañana y las despedidas de amigos el día se va y de repente te acuerdas, ¡mierda! Me falta mascarilla para el pelo. ¡MIERDA! Me falta crema hidratante. A correr al centro comercial a por ellas nada más terminar el trabajo del día.
El caso es que a las diez de la noche y los únicos deberes hechos son haberla bajado del camarote y empezar a pensar qué es lo que quieres y debes llevar. Zapatillas para correr, abrigo para el Alpe d’Huez y el Mont Ventoux, que somos vascos, y el “por si acaso” lo llevamos en las venas. Pantalones cortos, que por el centro de Francia va a apretar el sol, largos, zapatos, que sí, que no los usaré pero ellos deben ir siempre conmigo, no todos claro, de lo contrario una maleta no sería suficiente. Una novela, ¡y la documentación para trabajar por las noches en “Por amor al ciclismo”!
“¡Y el bañador!”. Ahí estaba a media tarde la llamada de Víctor Jordán siempre antes de una carrera. “Ni se te ocurra olvidarte del bañador, ya lo sabes. Ése SIEMPRE tienes que llevártelo”.
¡Tiritas!
¡Ibuprofeno!
Menos mal que por el Whatsapp está Monica Guajardo para recordarte esas cosas imprescindibles que a todo el mundo –o al menos a todas las mujeres- se le vendrían a la mente. A todo el mundo menos a mi.
Qué pereza solo de leerlo, ¿verdad? ¡Pues aún queda por hacerla! Lograr que no pese más de veinte kilos, e incluso menos, pues unos cuantos libros y maillots tienen que volver como producto de un debut así.
Y por dormir… queda por dormir. A las cinco de la mañana sonará el despertador para poner camino al aeropuerto. Bilbao-Barcelona-desayuno-Marsella. Los periodistas que hoy se han incorporado al Tour comentaban que les ha costado dos horas acreditarse. Sí, es el Tour. Veremos con lo que nos encontramos mañana.
Tras maletero, iniciamos el viaje vía Barcelona.