Por Amaia Lumbreras
Iniciamos una nueva sección Cobbles & Hills. Un pequeño rincón donde la bicicleta no nos lleva al sufrimiento y a los calambres en las piernas para conseguir el podio, sino que la usaremos como medio de transporte para trasladarnos a las culturas gastronómicas de su recorrido. Acostumbrados a disfrutar de los paisajes de las distintas etapas, de conocer rincones nuevos, ya era hora de conocer también qué se puede comer y beber en cada lugar. El Tour no es sólo una competición deportiva, sino una manera de impulsar zonas que se hallan en su recorrido gracias al turismo, gracias a sus seguidores y gracias al gran desplazamiento técnico de los equipos, patrocinadores, unidades médicas, etc.
Primera Gastro-etapa: Córcega
La isla mediterránea de Córcega se considera en sí una región independiente. Curiosamente y dado al carácter chovinista del país galo, los corsos no quieren ni escuchar hablar de Francia. Este remanso idílico se considera independiente en muchos aspectos, pero por mucho que se empeñen hay importantes influencias francesas en su gastronomía y en sus recetas, pero también, como es obvio, mediterráneamente mediterráneas. Y es que, si Ulises decidió perderse aquí y no en otro lugar, puede que se deba a sus manjares.
Lo más típico, seguramente, sea la charcutería. Y en concreto todas las especialidades que tiene su origen en los famosos jabalís que abundan en la isla. Su alimentación, a base de castañas y bellotas, transfieren un gusto amaderado a los productos, y se ahuman con madera de castaño, lo que les da un particular e intenso sabor. Productos como los famosos figtelli, una especie de salchichas hechas con casería, la coppa, el prisuttu, el salame y el loza no deberían faltar en tu dieta para reponer fuerzas.
Si a esto le sumas unos quesos elaborados artesanalmente completas una tabla ideal. En el norte son más típicos los quesos frescos, y en el sur los curados y semi-curados. Seguro que tomarás más de una vez el famoso brocciu, un queso que una vez fabricado ha de ser consumido rápidamente y se usa en infinidad de platos como los fritelle (buñuelos) o en bizcochos y dulces, o en una curiosa tortilla a base de aguardiente de higo y azúcar.
Pero si algo destaca como el secreto mejor guardado de la isla, es la calidad de sus vinos. Nueve variedades de uva de denominaciones de origen procedentes de Italia, el Norte de África y, cómo no, Francia, son los que componen estos caldos divinos. Sin duda alguna, los más potentes son los tintos, como por ejemplo el Oriu Rouge con variedades de uva locales. Perfecto para acabar la velada y reponer fuerza y espíritu una vez que se haya aparcado el coche o la bicicleta.
Por último, cabe destacar los platos de mar y montaña, como era de esperar de una isla con estas cualidades geográficas. Sopas de pescado, mejillones, y cordero no faltarán en las cartas corsas. ¡Se nos hace la boca agua de solo pensarlo!
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[…] intenso es el recorrido de esta semana que otra vez nos ha entrado hambre en Cómete el Tour. Damos un salto enorme para caer en tierra firme. Volvemos al continente para saborear los platos […]