¿Y si Andy Schleck gana el Tour? ¿Y si hace podio o se mete en el Top10? ¿Qué pasa si gana un etapa o se lleva el maillot a puntos rojos? Cualquiera de las alternativas propuestas es igualmente válida dada la situación del ciclista luxemburgués, al que muchos daban por perdido para la causa hace algunos meses. Este cambio de mentalidad y aumento de posibilidades de hacer algo importante en el Tour, viene motivado por el papel realizado por el menor de los Schleck en la etapa de La Punt durante la Vuelta a Suiza. Las sensaciones que allí dejó supusieron un refrescante golpe de optimismo dado que, tras mucho tiempo, se pudo volver a ver en las posiciones delanteras a un talento mundial que parecía perderse cada mes más y más.

Las opciones de que Andy Schleck haga algo relevante en el Tour son muy escasas. Solo han pasado unos pocos meses desde que tocó fondo cuando unos rumores apuntaban a una supuesta borrachera en un hotel de Munich en plena competición, por lo que es muy complicado que le veamos delante. Lo que sí es cierto es que el buen papel que hizo Andy en Suiza, no difiere mucho de la preparación que ha seguido históricamente el ciclista del ducado luxemburgués para otras ediciones del Tour de Francia en las que, a posteriori, su actuación ha terminado por ser brillante.

Sí es cierto que sus actuaciones, por pura lógica, eran mejores en las pruebas que disputaba por aquel entonces, pero lo importante no son tanto las prestaciones como la tendencia. Es el caso de la temporada 2011, donde Andy Schleck, además de conseguir un buen tercer puesto en la Liège – Bastogne – Liège que se llevó Gilbert, encontró protagonismo en California y en Suiza, mismos escenarios que han visto a Andy ‘renacer’ en este 2013. En aquel caso, sus prestaciones fueron bastante mejores, consiguiendo dos segundos puestos en sendas etapas pero, igual que en esta temporada, nunca tuvo opciones de pelear por la general. Aquel año acabó 2º en el Tour por detrás de Evans y haciendo una exhibición inolvidable en el Galibier.

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La misma aproximación al Tour de Francia se produjo en la edición de 2010, en la cual consiguió la victoria tras la descalificación de Alberto Contador. Si obviamos el buen papel que, como todos los años, solía realizar en Flecha y Lieja, la tendencia y la planificación de su temporada es muy similar a la vista en 2013. Una actuación más o menos relevante en el Tour de California acompañada de algún esporádico ataque en la Vuelta a Suiza. La misma tendencia la pudimos comprobar en 2009 donde gana la Liège – Bastogne – Liège, pero su aproximación al Tour de Francia pasa por hacer algunos ataques en Suiza y acabar el 24º de la general. Aquel año consiguió otro 2º puesto en la ronda gala.

Por todo esto es por lo que hay motivos para soñar y volver a ver al Andy Schleck de antaño. La situación es muy difícil, prácticamente imposible, pero si bien la victoria o el podio son objetivos prácticamente imposibles y poco realistas, cabe esperar que por lo menos vuelva a sentirse ciclista y pueda pelear por alguna victoria de etapa. El talento lo tiene, la presión no. Nadie va a mirarle durante la carrera ni se ha hablado de él como favorito para la victoria. Esta coyuntura es sin duda la más propicia para que Andy Schleck vuelva a renacer. ¿Lo conseguirá? El Tour de Francia dictará sentencia.