En una carrera trepidante en el que se han rozado los 48 kilómetros a la hora de velocidad media, Francesco Chicchi (Vini Fantini – Selle Italia) ha abierto un claro entre las nubes que desde hace días se ciernen sobre el horizonte giallo fluo al vencer en la primera edición del Riga-Jūrmala GP disputado esta misma mañana a través de villas y ciudades colindantes a la capital letona. La escuadra de Luca Scinto no ha rehusado los galones que por nivel y presupuesto les situaban como patrones de la carrera, controlando las numerosas tentativas de fuga de principio a fin y llevando en volandas a su líder hasta los últimos metros -gracias al trabajo de Michele Merlo y Rafael Andriato-, en los que simplemente desplegó toda su potencia para batir sin problemas a su compatriota Marco Benfatto (Continental Team Astana) y al jovencísimo Martin Laas (Selección de Estonio), quien sorprendía a propios y extraños al superar a un buen puñado de contrastados velocistas para subirse finalmente al cajón.

Un recorrido totalmente plano y un par de planteles netamente superiores a sus rivales hacían presagiar un desarrollo anodino y previsible, dominado y prácticamente predeterminado por los designios de los grandes equipos. Pero ya fuese por el apacible día que amaneció en Riga, por las fuerzas intactas de los participantes o por la suave brisa del mar Báltico, las dos primeras horas de competición se iban a cubrir en términos muy diferentes. Ataques, ataques, ataques y más ataques. Y a todos ellos contravenía una reacción de algún corredor que veía que se le iba la oportunidad, de un equipo que necesitaba meter a alguien en la fuga o de otro al que no le interesaba el corte que se formaba. En cualquier caso, todos los intentos y demarrajes durante más de la mitad del trayecto acabaron con el pelotón nuevamente agrupado durante unos instantes y atacado una y otra vez sin descanso sin que nadie pudiese abrir el margen para parar el ritmo infernal de carrera: 99 kilómetros cubiertos en los primeros 120 minutos.

Chicchi muestra su premio en metálico junto a Benfatto y Laas / Foto: @Vikky_

Y eso que para aquel momento Stefan Schumacher (Christina Watches – Onfone) y Artem Ovechkin (RusVelo) ya habían derribado el inconformismo en el grupo y contaban con una renta levemente superior al minuto con el grupo, la cual apenas podría elevar unos segundos más. Aunque ambos son dos rodadores de gran nivel, Vini Fantini-Selle Italia y Doltcini-Flanders pusieron a sus primeros gregarios en el grupo antes de que la situación se desmadrara, antes de que Continental Team Astana y Cult Energy decidieran hacer lo propio. Con cuatro equipos para mantener a raya dos ciclistas, la fuga había comprado todos los boletos para ser neutralizada, aunque el corredor alemán resistió delante hasta los últimos tres kilómetros de competición.

La carrera ya estaba en manos de los sprinters y de sus equipos que les llevaron en volandas hasta los metros finales, en los que todos los pronósticos se cumplieron. Merlo tiro de Andriato para dejar al vencedor del Jūrmala GP de 2012 y al campeón mundial sub23 de 2002 en una posición de privilegio, que el brasileño mantuvo hasta los últimos 250 metros, en los que Chicchi lanzaba su bicicleta al mismo tiempo que el prometedor Emils Liepiņš (Alpha Baltic – Unitymarathons.com) sufría una avería que le apartaba de luchar por el triunfo. Poco importó en cualquier caso. El antiguo corredor de Liquigas y Omega Pharma-Quick Step no encontraba rival a su altura y conseguía lo que él definió de manera inmejorable como “un triunfo para el equipo, ya que estamos muy unidos en un momento de dificultad“. La tercera del año tras el doblete conseguido en Langkawi allá por el mes de febrero y la undécima para del equipo (descontando la obtenida por Santambrogio en Jafferau). Y con un ojo puesto en el Jūrmala GP de unas horas, como él mismo admite: “mañana iremos a por el doblete“.

Clasificación final: