La historia de Johnny Hoogerland, la de su accidente en el Tour de Francia de 2011 camino de Saint-Flour, sobrecogió al mundo del ciclismo durante el Tour de Francia. Desde aquel día Hoogerland, ofensivo hasta lo absurdo, no había sido el mismo. Cerró aquella etapa, vencida por Luis León Sánchez, entre lágrimas, y sufriendo y peleando terminó un Tour que tiene en sus heridas una de las imágenes de aquella edición. Un buen 2012 no tuvo recompensa a pesar de haber estado cerca en carreras importantes, y nada más empezar esta temporada, el 5 de febrero, volvió a conmocionar a la afición con una accidente mientras entrenaba. Fue en Villajoyosa, donde un coche le dejó en el hospital durante varios días.
Tras volver a correr en el Tour de Romandie y encontrar un buen ritmo de competición en la Vuelta a Bélgica y el Critérium du Dauphiné, hoy ha vuelto a verse en el podio tras unos meses complicados, también entre lágrimas, y cerrando un periodo de más de 4 años sin ganar. Afición, familia y amigos recibían a un emocionado Hoogerland en Kerkrade, llevándose un nacional neerlandés competido y que ha tenido en el podio a Sebastian Langeveld (Orica – GreenEdge) y Tom Dumoulin (Argos – Shimano), que cierra la semana con dos bronces en los nacionales.
Empezaron los NK Wielrennen mal para Blanco. El equipo que debería dominar los nacionales y que no ha terminado metiendo un solo corredor en el podio, tanto de la ruta como de la crono, vio como Robert Gesink se caía en la neutralizada. Tanto él como Bauke Mollema no tuvieron su día y terminarían retirándose. La escapada del día la formaron Beukeboom, Hamelink, Smit y Westra. El vencedor de la prueba contra el crono, compañero y principal ayuda de Hoogerland en el día de hoy, soltaría en el duro circuito de Kerkrade a sus compañeros de fuga. Blanco seguía poniendo ritmo bajo la lluvia, no dejando apenas diferencia para los fugados.
A cuatro vuelta para el final, Niki Terpstra (Omega Pharma – Quick Step) atacaría buscando lo mismo que en 2012: desarmar a Blanco y buscar la victoria en solitario. Su ataque lo trataría de seguir Bram Tanking, el mejor hombre de los de Erik Breukink en Kerkrade. Tras el ataque del ya ex campeón nacional, se formaría un grupo con éste, Tankink, Sebastian Langeveld, Tom Jelte Slagter, Johnny Hoogerland, Wilco Kelderman o Tom Dumoulin. Aprovechando la superioridad de sus equipos, Tankink y Hoogerland se fueron junto con Langeveld a 32 kilómetros de meta.
Hubo colaboración, por lo que rápidamente se colocaron con casi 30 segundos mientras detrás buscaban no perder opciones con tímidos relevos. En la última subida, y no sin sorpresa, Hoogerland dejaba tanto a Langeveld como a Tankink en la última vuelta al circuito, haciendo su apuesta definitiva de cara al triunfo final en Kerkrade. Langeveld encontró colaboración en Dumoulin, que había atacado del grupo perseguidor. Se llevaron bien y buscaron dar caza a un Hoogerland que tenía ya apenas 3 kilómetros la victoria final. Hizo valer su renta, escasa siempre, nunca por encima de los 3 segundos, y venció el nacional neerlandés en ruta, entre lágrimas de alegría y la satisfacción de haber superado, otra vez, una grave caída.