A veces, y no son mayoría, el ciclismo resulta realmente justo con el esfuerzo, la voluntad y la decisión del ciclista en llegar antes que los demás. La Punt ha sido testigo hoy de una de esas agraciadas jornadas, otorgando finalmente la victoria a un Rui Costa (Movistar Team) que había echado el resto en todos los terrenos con la firme intención de garantizar la aventura que protagonizó con Bauke Mollema (Blanco Cycling), Tejay van Garderen (BMC Racing) y Thibout Pinot (FDJ) tras el ataque del neerlandés en los últimos kilómetros del temible Albulapass. Fue quien trabajo con más rabia durante la subida, la guía que mantuvo a raya a sus perseguidores durante la bajada, el responsable de lanzar el sprint sin ni siquiera mirar hacia atrás y el merecido ganador en una agónica volatta. Una jornada redonda en la que además se coloca segundo de la general, a trece segundos de un Mathias Frank (BMC Racing) que hoy fue abandonado a su suerte por Van Garderen, aunque pudo aguantar el ‘amarillo‘ sobre sus hombros gracias a un descenso a tumba abierta.
La tregua total de la etapa precedente y los dos puertos de primera categoría que protagonizaban la segunda mitad del recorrido hacían presagiar una lucha espartana por formar parte de la fuga del día, que tardó en formarse más de 60 kilómetros, tras una primera hora de carrera en la que se rodó a 52 km/h de media. Luis León Sánchez (Blanco Cycling), Adrián Sáez (Euskaltel – Euskadi) y José Joaquín Rojas (Movistar Team) ponían el acento español en un grupo cabecero conformado por catorce ciclistas entre los que también destacaban los nombres de Andreas Klöden (Radioshack – Nissan), Eduard Vorganov (Katusha Team) o Damiano Caruso (Cannondale), los que no tardaron en elevar la diferencia por encima de los cinco minutos. Una renta que ponía en relativo peligro la primera plaza de Frank por el exiguo margen que mantenía con Luisle en la clasificación global y que llevó a BMC Racing a subir a paso ligero el tendido Wolfgangpass para dejar el grupo en unos márgenes más manejables de cara al momento decisivo.
Sin embargo, fue el terreno llano hasta el coloso del día y la entrada de Saxo Bank-Tinkoff en cabeza del pelotón fue lo que condenó a la ruina la aventura del día, que a diferencia de lo ocurrido en la sexta etapa no tuvo un solo momento de respiro. Los chicos de Bjarne Rijs dejaron a los escapados con apenas dos minutos de ventaja con casi una veintena de kilómetros de ascensión por delante, por lo que no es de extrañar que nada más comenzar la primeras rampas exigentes, Sáez decidiera tomar protagonismo y acelerar con Luis León rompiendo por completo la buena colaboración que se mantuvo hasta entonces. Georg Preidler (Argos – Shimano) no tardaba en acercarse a ellos, pero las pocas que quedaban si la carrera estaban por delante o detrás se despejaron unos metros más adelante, cuando desde el grupo saltaba Joe Dombrowski (Sky Pro Cycling) y comenzaba a engullir cadáveres procedentes de la fuga. El americano realizaba así su primera puesta en escena en Europa en la que ha dejado un gran sabor de boca, tomando casi un minuto de ventaja que prácticamente mantuvo hasta que empezaron las hostilidades por detrás y dando cuenta del entonces dúo Luisle-Preidler con diez kilómetros de subida aún por delante.
Su compañero Joshua Edmondson no quiso ser menos, pero su ataque fue de ida y vuelta y acabó perdiendo 17 minutos en meta. La situación en carrera estaba en un claro impasse que se mantuvo hasta los últimos 4.000 metros del puerto, con el pelotón perdiendo unidades periódicamente con los esfuerzos de cada uno de los gregarios de Roman Kreuziger (Saxo Bank – Tinkoff), quien no tardaría en echar por la borda todo el trabajo de sus compañeros. Mollema demarraba llevándose a su rueda a Pinot, Van Garderen y Costa, mientras Daniel Martin (Garmin – Sharp), Cameron Meyer (Orica – GreenEdge) y el líder Frank quedaban ligeramente cortados. El ciclista de Póvoa de Varzim no tardaba en tomar la iniciativa y daba el relevo junto con Pinot en el mando del grupo, al tiempo que Mollema recuperaba a rueda el esfuerza de la arrancada y el Van Garderen permanecía de forma sorprendente allí cuando unos metros más atrás su co-equipier vestido con el maillot amarillo sufría por intentar no perder comba definitiva con el grupo, que no tardaría en alcanzar a Dombrowski.
Un nuevo acelerón de Pinot cortaba al joven estadounidense y a Martin -que había llegado tras una interminable persecución- y le permitía pasar en primer plaza el puerto, situados a diez de meta, tras el que aún quedaba el rápido descenso hacia La Punt. Y de nuevo Costa fue el artífice de la buena marcha del grupo, con un descenso perfecto en el que primero se cargó las opciones de Pinot y poco más tarde las de Mollema, al que la flácida pancarta de los dos últimos kilómetros le permitió luchar por un triunfo que ya tenía perdido, aunque no sin dificultades. Llegados a los últimos metros, Molli se retorcía sobre su bicicleta para tomarle la rueda a luso y yankee gracias una vez más al esfuerzo de Costa por evitar su entrada, sabedor de su punta de velocidad. De eso modo, el corredor de Blanco Cycling se plantó en los últimos 200 metros sin tener cogida la aspiración de Van Garderen, pero aún así lo intentó. Pero hoy era el día del de Movistar Team, quien pese a llevar cerca de diez kilómetros sin recibir un solo relevo, supo aguantar a sus dos rivales a pesar de que le habían remontado casi por completo para adjudicarse su tercera victoria parcial en el Tour de Suisse y dejar al alcance de la mano de revalidar la ‘cuarta grande’ del calendario. Aunque para ello deberá recuperar la distancia con Frank en la cronoescalada del domingo, que decidirá definitivamente la carrera.
Clasificación de la etapa:
Clasificación general:
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