Por Eugenio González
Allá por febrero de 2011, Jonathan Vaughters escribió un artículo cargado de razón sobre Xavi Tondo y los peligros de asumir que alguien se dopa basándose únicamente en qué equipos corre o en si su rendimiento es not normal. Habiéndole negado un puesto en su equipo porque asumía que Tondo se dopaba, y escandalizado ante su quinto puesto en La Vuelta 2010 sin poder explicarse cómo podía seguir corriendo, tuvo que reconocer sus prejuicios y asunciones precipitadas cuando se supo que Xavi había destapado ante la policía una red de dopaje.
Dos años después uno pensaría que nuestro patilludo protagonista habría aprendido la lección, pero hete aquí que tras el positivo de Mauro Santambrogio, salió en su Twitter defendiendo que sus rendimientos eran sospechosos, delatadores del uso de EPO, e incluso insinuando que alertó sobre Santambroggio a las autoridades antidoping.
Sí, Mauro es un tramposo dopado, pero qué mal suena todo esto. Igual que ahora su instinto acertó, en el caso de Tondo se equivocó. Es lo que ocurre con las sospechas sin fundamento. Y no quiero creer que el anti-doping funcione a base de chivatazos para perseguir más a este o aquel equipo. Eso, junto con la idea del not normal, recuerda demasiado a los chanchullos de Lance Armstrong.
Pero si se acepta señalar con el dedo basándonos en sensaciones personales tras lo visto en la TV, podremos jugar todos. Pero Vaughters, conocido defensor del Team Sky, se molesta cuando alguien apunta que considerar las actuaciones de Santambroggio como “alto riesgo” y no hacerlo con las de Chris Froome es algo extraño. Y es aquí cuando vuelven los paralelismos con Lance.
¿Cuántas veces repitieron desde el mundo Armstrong los mismos argumentos de defensa usados por Sky ante las mismas acusaciones? Lo del texano era normal porque empezó tarde, sus test eran buenísimos, consiguió resultados joven en otras disciplinas diferentes a las GT, se esforzaba más que nadie, sus test de esfuerzo eran esclarecedores, sus métodos de entrenamiento estaban a la vanguardia, la alta cadencia de pedaleo era la revolución, la profesionalización de su equipo era incomparable, y había perdido mucho peso aumentando su potencia.
Todos hemos escuchado las milongas del profesionalismo y la vanguardia de Sky, las mentiras de Wiggins sobre cuánto ha adelgazado y sus resultados en pista, las historias de Froome sobre sus test y enfermedades. Suena todo a lo mismo. Y como hace una década, si te lo cuestionas, es que eres un novato que no entiende.
En la cuestión de Sky y similares, estamos ante una encrucijada. Por un lado, las acusaciones carecen de base y jamás se podrá demostrar que vayan limpios. Si ganan, es que se dopan. Si no ganan, es que ya no se dopan. Si son regulares, es que se dopan para no fallar nunca. Si no lo son, se dopan para destacar solo puntualmente. Y no dar positivo tampoco demuestra nada. Además, por cada caso de doping que “se veía venir” hay varios de corredores que no destacaban, y por cada acusación que se ratifica en un positivo, hay cientos que se olvidan.
Por otro lado, la defensa de Sky ante estas acusaciones suena a lo de siempre. Lo que contaba Indurain sobre sus visitas a Conconi, sus test de joven y su peso. Lo mismo que contaban en US Postal. No son creíbles y no van a convencer a nadie que no lo esté ya.
¿Por qué perder el tiempo en este estúpido juego? Es injusto, improductivo y cansino. Máxime cuando entra en juego el nacionalismo ciego con los ingleses acusando al mediterráneo, los españoles y los franceses haciéndolo mutuamente, todo ellos mirando mal al Este, o desde Colombia mirando mal a Europa. A otro nivel, sin embargo, tienen que estar los medios de comunicación. Hay que preguntar, ser curiosos y aclarar con los agentes del ciclismo cada caso de dopaje. Preguntar no es ofender, pero sí lo es tratar de divulgar sin hacerlo, sin escuchar las versiones y opiniones de los protagonistas.
Dejemos que Sky gane o pierda mientras procuramos que la lucha contra los tramposos se vuelva más eficaz y justa. Si son un fraude, ya les lincharemos cuando todo salga a la luz. Los linchamientos públicos se nos dan de maravilla en el mundo del ciclismo.
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[…] parte de la información necesaria para hacerlo con propiedad. Lo cierto es que hoy en día, como tan bien explicaba el compañero Eugenio González con el ejemplo del Sky, ganar le supone a quién lo consigue un problema de credibilidad. Sobretodo ganar […]