Una de las máximas en el deporte en particular y en la vida en general es “lo difícil no es llegar, sino mantenerse”. Bradley Wiggins puede dar buena cuenta de ello en este 2013 en el cual todo parece venirle a paso cambiado. El año 2012 fue excepcional, difícilmente mejorable. Un año en el que encadenó victorias en pruebas World Tour de la talla de Paris – Nice, Tour de Romandie o Critérium du Dauphiné, y que culminó con su fantástica victoria en el Tour de Francia acompañada de la medalla de Oro en la prueba contrarreloj de los Jugos Olímpicos de Londres. Un año para enmarcar.
Tras este fabuloso año, llegaron las merecidas vacaciones. Unas vacaciones que incluyeron entrevistas televisivas, atropello mientras entrenaba, galas de premios (fue galardonado con el Sports Personality of the Year en Reino Unido) y alguna foto/escena no demasiado favorecedora para un deportista.
El 2013 llegaba con cambio de planes. Su objetivo sería el Giro de Italia, yendo al Tour de Francia para ayudar a Cris Froome a que consiguiese la victoria final. El recorrido de la ronda italiana no le era especialmente desfavorable. Una contrarreloj de más de 50 kilómetros donde poder abrir diferencias sustanciales que defender en las colosales etapas de montaña.
Su aproximación al Giro de Italia fue bastante escueta a nivel competitivo. Con el Team Sky recluido en Tenerife, sus escarceos en competitición fueron escasos. Cuatro pruebas del Challenge de Mallorca y el Tour de Oman en Febrero, la Volta a Catalunya, donde acabó 5º, en marzo, y el Giro de Trentino, donde también fue 5º en Abril. Un Giro de Trentino donde tras la etapa de Sega di Ala, pudimos ver que las cosas no le iban a ser tan “sencillas” como en el 2012.
Sin embargo, Bradley Wiggins se presentaba en Napoles como gran favorito a llevar la maglia rosa en Brescia. El resto es por todos sabido. Lluvía, caídas, descensos totalmente cuadrado encima de la bicicleta, en definitiva, el gran perdedor en las escaramuzas de la media montaña de la primera semana. Por si fuera poco, en la contrarreloj de Saltara, el que debía de ser el momento donde Wiggins diera un golpe encima de la mesa, fue un autentico fiasco para él. Acabando la misma en 2ª posición y aventajando a Vincenzo Nibali, líder, en sólo 11 segundos.
Aún quedaría el golpe de gracia. El día después de la primera jornada de descanso, con final en el Altopiano del Montasio. El mismo día que Rigoberto Uran, vencedor de la etapa, tomaba los galones de líder de los hombres de negro ante la incapacidad de Wiggins de seguir a los favoritos. El desenlace de su Giro se resolvió pronto, y es que tres días después no tomaría la salida. Punto y final a su gran objetivo del año.
Una vez fuera del Giro, empezaban las elucubraciones en torno a él y el Tour de Francia. ¿Seguirán el plan prestablecido y ayudará a Froome? ¿Será Wiggins el líder en Francia en detrimento del británico-keniata? ¿O la carretera decidirá el líder del equipo? Dudas que han estado en el ambiente los últimos 15 días, hasta que finalmente el equipo ha comunicado que Bradley Wiggins no será de la partida en Corcega.
Veremos cuales son los objetivos de Bradley Wiggins de cara al final de temporada. Vuelta a España y Mundiales deberían de estar entre ellos si quiere salvar una temporada que ha sido realmente horrorosa para él hasta el momento. Una temporada, hasta el momento, para olvidar.
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