Haciéndose valer del talento de sus piernas y una motivación excepcional, el ciclista de Cofidis, Gert Jõeäär, ha conseguido la primera edición del Tour of Estonia (heredera directa de los grandes premios de Tartu y Tallinn-Tartu) vistiendo los colores de la selección nacional después de realizar una contrarreloj espléndido por las adoquinadas calles de la ciudad que le vio crecer y saber aguantar -junto a una selección nacional que realizó un trabajo impecable a su favor- la decenas de ataques que sufrió su liderato en los dos días posteriores. Una victoria que le destapa como uno de los grandes valores del ciclismo francés tras haber realizado buenas campañas en el ámbito amateur, del mismo modo que a Fredrik Ludvigsson (People4You – Unaas Cycling) el segundo puesto de la clasificación general que ha conseguido con apenas 19 años, superando a corredores de la talla de Stefan Schumacher (Christina Watches – Onfone) o Davide Rebellin (CCC Polsat – Polkowice), quien a diferencia de lo que ocurría hace un mes en la vecina Polonia, tuvo que conformarse con la quinta plaza.
Ninguno de ellos partía con grandes esperanzas en el sector matinal del pasado jueves, en el que las diez vueltas a una circuito totalmente llano por los alrededores de la ciudad de Viimsi preveían una llegada masiva que serviría para otorgar el primer maillot azul y la importantes posiciones de salida de cara a la crono vespertina de tres kilómetros. Quizá por eso, Jõeäär lanzó, aún con el pelotón agrupado, una pequeña aceleración en el sprint intermedio que le permitió bonificar 3″ respecto a un pelotón que, pese a la lluvia que no paró de azotarles durante toda la jornada y la etapa clave que tenían por la tarde, rodó a toda pastilla. Una velocidad causada por la lucha por formar parte de una fuga que no se consentía y la peligrosidad de la veintena de ciclistas que fueron capaces de abrir por primera vez cierto margen con el grupo principal, que no obstante abortó la comitiva con 40 kilómetros por delante, en los que sí se permitió una fuga de tres que se mantuvo controlada en todo momento. El guión, por lo tanto, se cumplía y se llegaba al kilómetro final con el pelotón lanzado hacia la volatta, en la que Leonid Krasnov (RusVelo) se pudo resarcir del segundo lugar en la vecina Letonia tras superar al polaco Konrad Dabkowski (BDC – Marcpol Team) y al inesperado actor principal en carrera Linus Dahlberg (People4You – Unaas Cycling), que sin apenas referencias se coló entre los mejores.
Krasnov saldría pues el último en el casco viejo de la capital estonia, en donde Francesco Reda (Androni Giocattoli – Venezuela) y Alexander Ginsgjö (People4You – Unaas Cycling) fueron los primeros en marcar tiempos de consideración sobre el duro empedrado sobre el que se desarrollaba gran parte del recorrido. No obstante, italiano y sueco no tardaron en verse superados por el abuelete del pelotón. Rebellin rebajaba en seis segundos el mejor tiempo hasta el momento y con 4:39 establecía la primera marca realmente a tener en cuenta de cara a la general, que tardó casi una hora y la mitad de los participantes para ser superada por un niño que bien podría ser su hijo. Fredrik, el hermano menor del ciclista de Argos-Shimano Tobias Ludvigsson, en su primer año en la categoría espoir, demostraba el por qué de sus buenos resultados en Noruega y Francia con un tiempo de escándalo que le colocaba como líder provisional. Aunque quedaban 40 corredores por salir, muchos de ellos hombres rápidos a los que le venía bien una prueba de estas características, solamente un hombre de la categoría de Schumacher pudo acercarse al tiempo del joven escandinavo hasta la llegada de Jõeäär, quien prácticamente sobre la bocina le robaba por apenas un segundo el triunfo parcial y la primera plaza en la general.
Ahora el estonio tenía dos metas en Tartu en las que, debía aguantar el empuje de rivales que besaban su nuca si quería ganar ‘su’ prueba. La primera de ellas, pese a sus 192 kilómetros, sería una prueba sencilla en la que sus compatriotas le hicieron la mayor parte del trabajo, dejando marchar a Mateusz Komar (BDC – Marcpol Team), Andrzej Bartkiewicz (Wibatech – Brzeg), Samuel Pökälä (Selección de Finlandia) y Mats Andersson (Concordia Forsikring – Riwal) en los primeros kilómetros y manteniéndoles durante la casi todo el trayecto en diferencias que oscilaban entre los 4-5 minutos con un ritmo pesado y anodino que sirvió para recuperar el esfuerzo del día anterior y para que un veterano como Angelo Furlan (Christina Watches – Onfone, llegara lo suficientemente fuerte al final para conseguir su primer triunfo en casi nueve meses. El italiano lanzó su progresión en el momento justo para superar por media rueda a un Dahlberg que llegaba mucho más rápido que él, dejando la última plaza del cajón a Dabkowski, quien se había intercambiado los papeles con el sueco respecto a la primera plaza.
El líder estonio había superado la primera prueba, pero le quedaba la más dura, en el circuito de 12’5 kilómetros a la orilla del Emajõgi, con un par de cotas que, si bien no resultaban nada complicadas dentro de una carrera profesional, se tenían que ascender dos docenas de veces, con el consiguiente desgaste que eso supone. Y más en una carrera, que al igual que la del primer día, los intentos de fuga era una y otra vez abortados por la ambición de un grupo que, por una u otra razón, no dejaba que ninguno de los grupos tomara ventaja. Cada vuelta se conformaba un grupo diferente, casi siempre con miembros de la selección estonia que buscaban lavarse las manos en el pelotón y hacer trabajar al equipo de Ludvigsson, que tuvo que abortar varios intentos realmente peligrosos junto con Concordia Forsikring-Riwal en el ecuador de la prueba. Al menos hasta los últimos 30 kilómetros, en los que su valentía se tornó más conservadora y pasaron a reducir fugas y mantener ritmo en los tramos más sencillos para evitar sorpresas inesperadas. El resto del trabajo, era de Alo Jakin y el propio Jõeäär, quienes salían a los movimientos entre los favoritos en las cotas como auténticas lapas.
Las cotas habían sido superadas y los últimos intentos desesperados ya nada tenían que hacer ante una impecable selección nacional y los equipos de los hombres rápidos encargados de preparar la llegada para sus capos. Con dos hombres como Bartłomiej Matysiak y Jarosław Marycz, el equipo CCC Polsat-Polkowice no tuvo problemas para vencer con el primero a los poco más de setenta supervivientes en carrera, dejando a Ilya Davidenok (Continental Team Astana) y Krasnov con la miel en los labios y confirmando el trofeo para el ciclista de Tallinn.