¡Muy buenas!
Hoy os escribo más animado que hace una semana en mi última entrada; aunque en ningún momento me he venido abajo, después de las dispares circunstancias con las que he tenido que lidiar este año esto me parecía de risa. Lo único que me obligaba a quedarme en casa más de lo habitual.
Digo que estoy más contento porque creo que tengo que hacer un gran balance del fin de semana en la Volta a Coruña junto a todos mis compañeros de equipo del Supermercados Froiz. Salíamos con un objetivo claro y lo cumplimos, cosa que no fue nada fácil, ya que todos lo conocían y precisamente por eso nos lo pusieron aún más difícil. Eramos el equipo a batir y el equipo al que mirar y en el que fijarse en todo momento en carrera, pero gracias a nuestro sabio director Portela llevamos la táctica a la perfección. No nos podemos quejar del resultado.
Iba con muchas dudas por el descanso obligado que me tocó hacer antes, y con un sabor agridulce al tener que cambiar mi gran objetivo como era la Vuelta a Navarra. Al final parece que serán dos carreras de un día, ¿pero qué panorama tenemos? El otro día echando cuentas sobre las vueltas suspendidas en España en los últimos años salieron el Cinturón de Mallorca, Extremadura, Ampordá, Lleida, Circuito Montañés, Tarragona (todas estas con profesionales, de las que ya solo queda la Vuelta a León y este año pasa de cinco a tres días) y la Bira, Goierri, Valladolid, Salamanca, Rutas del Vino, Salnes, Semana Aragonesa, Montaña Central, Ascensión, Alicante, Cartagena…para reflexionar un poco, ¿no?
Hablando de Coruña y dejando mi anterior objetivo aparcado, desde el primer momento cambie el chip para que algún compañero ganase la vuelta, así que como os podéis imaginar, poco tarde en coger la fuga la primera etapa. Nos cogieron en el kilómetro 100 y a pesar de ello, tuve fuerzas para casi aguantar el último puerto con los mejores, llegando a meta decimocuarto a medio minuto del portugués que ganó. Lo que se repitió el segundo día, pero esta vez tirando del pelotón más de la mitad de la etapa, y a pesar de ello y del durísimo puerto final llegar a meta noveno y con el alegrón de la victoria de De Segovia tras un acercamiento al último puerto que hicimos muy duro y que remató llegando en solitario como él bien sabe.
La jugada salió redonda, así que “solo” nos quedaba una cosa: controlar la última etapa para mantener el maillot amarillo. Así fue, de nuevo otra remada con mis compañeros, 115 kilómetros a 43 km/h de media por terreno gallego, no os digo nada pero hay que sufrir para obtener la recompensa: ¡victoria individual y por equipos! Al final me descolgué claro, y finalice el decimoquinto en la general, pero es un placer trabajar para un pedazo de pan como es Sego.
Y ahora claro, como es normal después de una dura vuelta en la que has tenido que dar la cara todos los días, estoy “reventao”. Así que a seguir con el descanso que estos tres días me he saltado y a ver si la anemia me vuelve a dejar entrenar en condiciones para próximas citas porque las piernas funcionan y quieren marcha. Así que a dormir más, a comer mejor, y a seguir entrenando lo que me dejen para por lo menos mantener el nivel y no perder lo ganado en estos largos meses de trabajo.
¡Un saludo a todos!