Tomándose un respiro durante el training camp en Benicassim, donde ha estado concentrado varios días con el Lotto Belisol preparando la nueva temporada que está apunto de empezar, el director deportivo del equipo belga, Marc Sergeant, no ha dejado escapar la ocasión de hacer unas declaraciones para valorar la situación del equipo. Lotto – Belisol es parte del futuro ciclista belga, la eterna espera por la licencia World Tour, el poder de los grandes equipos y más asuntos. Destaca su gran visión del panorama general de cómo está el ciclismo actualmente y va al grano para dejar claro su mensaje.

A través de los años siempre ha encontrado la manera de sobrevivir en un mundo que cada vez se respeta menos la jerarquía de los más veteranos. Sin lugar a dudas se ha ganado la admiración de todos gracias a la gran labor de nutrir a su equipo de todo aquello que le fuese necesario para conseguir un puesto fijo entre los grandes. Ya son más las batallas que tiene que librar fuera de las carreteras y eso mina la moral de un hombre que respira ciclismo por los cuatro costados.

Un punto éste que no deja que se refleje a través de sus declaraciones, la incertidumbre vivida dentro del conjunto flamenco por la asignación de la tan ansiada licencia no concuerda mucho con lo debiera ser el espíritu deportivo, pero a estas alturas ya no le cae absolutamente nada de sorpresa: “Nunca nos entró el pánico. Sólo el día del anuncio estuvimos pendientes de la decisión toda la tarde y esperábamos que nos notificaran lo que todo el mundo estábamos pensando`ahora nos deberían dar claridad en el asunto´. Al final todo salio bien, pero fueron cautos: “cuando echas un vistazo a los criterios de selección no teníamos ninguna duda de que nada podía salir mal”. Y a tenor por lo vivido con el caso Katusha, la razón por no tirar las campanas al vuelo le asiste.Solo puedes estar seguro que estás dentro cuando la UCI te mete en la lista“, sentencia.

http://www.francetvsport.fr

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En el plano con el que más se identifica, el estrictamente deportivo, se muestra crítico con la tendencia negativa que según él dio el equipo en carreras menos importantes del calendario, pero cruciales en cuestión de puntos: “Para un equipo World Tour no solo cuentan las carreras WT. De lo contrario no habríamos tenido ningún problema con nuestro undécimo lugar”, refiriéndose a la clasificación por escuadras de la UCI. Pero no hay excusas: “Nuestros corredores también pueden sumar puntos en el circuito continental. Y ahí es donde tenemos que hacerlo mejor en 2013. Tenemos que empezar cada carrera con una meta clara y no podemos darnos el lujo solamente de viajar alrededor del mundo”, una vez más pone el acento en el rendimiento como clave para el éxito.

Como objetivo claro para la próxima campaña reconoce que la espina que lleva clavada profundamente en su corazón desde el año pasado son las clásicas y ha afilado el diente en cuanto ha escuchado esa palabra: “Ya hemos dicho a menudo que fuimos allí decapitados porque, por ejemplo, Jurgen Roelandts estaba lesionado. Pero, por supuesto, la primavera flamenca está en un lugar importante en las metas que nos hemos fijado. Desde Omloop Het Nieuwsblad a París-Roubaix queremos ganar al menos una clásica de todas ellas. ¿Cuál? Eso es lo de menos, pero tenemos que jugar un papel protagonista”.

La guerra abierta en contra de los criterios de selección de la comisión de licencias de la UCI por parte de los equipos profesionales, no es un tema por el que pase precisamente de puntillas, se moja en favor de un cambio que debería llegar ya para la temporada que viene. “Los equipos están de acuerdo en que el sistema para otorgar puntos, establecer las clasificaciones y los criterios deportivos para asignar las licencias se puede mejorar. Espero que esto vaya a cambiar en 2014“. Parece claro que al menos en esto todo los conjuntos coinciden: debe haber un cambio de rumbo del máximo órgano rector de este deporte que debe empezar a tomar decisiones importantes al respecto, empezando por respetar su propia imagen, que siembra constantemente dudas con decisiones arbitrarias al menos por lo poco esclarecedor de los motivos por los que los toma. Un desgobierno que está hiriendo de muerte al ciclismo de cara al gran público y por ende, a sus propios intereses.

Para terminar repasa otra de las realidades por las que pasa el histórico bloque belga, como es el financiero y lo que trae consigo provocando que todos los años tengan que sufrir la salida de alguno de sus corredores importantes (con sus respectivos puntos de mérito a cuestas ) por no poder retenerlos cuando los equipos grandes llaman a su puerta. Fue el caso de Gianni Meersman, que ha decidido irse ni más ni menos que al equipo de la acera de enfrente, el Omega Pharma – Quick Step, el eterno rival. “Con Lotto Belisol no podemos competir contra los equipos con grandes presupuestos. Solo podemos tratar de sacar el máximo rendimiento del potencial disponible y lo hemos conseguido bastante bien el año pasado”. Continua resignado. “Sin embargo, cuando los equipos grandes vienen y nos fichan corredores que recibieron la oportunidad de crecer en nuestro equipo, solo podemos ver cómo se marchan. A veces es frustrante, sobre todo porque consigues resultados permanentes obtenidos por ese corredor que luego se los llevan consigo allá donde vayan. Es como si Mbokani anotara 25 goles para el Anderlecht, se hace un traspaso a otro equipo y el Anderlecht debe ceder los puntos que obtuvo gracias a los goles de Mbokani “. Un símil futbolístico que refleja perfectamente lo injusto de un sistema que impera en este deporte.