La terrible noticia de la muerte por el atropello del biker Iñaki Lejarreta el día 16 nos ha acercado una vez más la situación de indefensión que tenemos los usuarios de la carretera que no tenemos una carrocería que nos proteja y nos ha devuelto de lleno al debate de la seguridad en ellas.

Yo no sé que es lo que pasa en España, pero estoy casi seguro que la seguridad de los ciclistas en las carreteras es peor ahora que hace unos años. Seguimos siendo invisibles para los conductores. De hecho, parece que el trágico accidente de Iñaki se debió a eso precisamente, a que el chico que conducía el vehículo no le vio, parece que por el sol a una hora temprana, y le embistió por detrás…

Esta vez parece que el perfil del conductor no es el de un loco que hace lo que le da la gana, o un conductor ebrio o mucho peor, como la pareja de alemanes atropellados por dos policías nacionales que luego se dieron a la fuga, o sin ir más lejos el casi seguro que “acelerado transportista” que me obligó a salir de la carretera a mí a primeros de septiembre cuando entrenaba en mi pueblo. Por suerte para mí solo fueron un par de golpes, pero el pobre Iñaki o hace bien poco mi ex compañero Victor Cabedo, o el bueno de Fraile en Valladolid, al que rendimos homenaje el domingo en la carrera del pavo, no pudieron decir lo mismo y ahora no están con nosotros.

Esta es una de las circunstancias que más me preocupan porque cualquier persona al volante es un peligro para nosotros y no sirve de nada centrarse en un modelo concreto de conductor al que podamos culpabilizar y sobre el que podamos centrarnos. Tenemos que reconocer que es complicado reducir la siniestralidad de los ciclistas porque somos un colectivo poco importante y que muchas veces se ve como un estorbo tanto para el resto de usuarios de la vía pública como para las autoridades.

En este contexto, veo que aunque pidamos medidas nos van a decir “si claro, y encima ahora en tiempos de crisis…” así que ni más carriles bici, ni arcenes más anchos ni nada que sea útil para sentirnos más seguros creo que se vaya a hacer. Pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados, viendo como nos pasan camiones a medio metro y nos zarandean con el efecto del aire a su paso, como tienes que agarrar el manillar con fuerza para no irte a la cuneta.

Por eso pienso que muchos de nosotros podemos mejorar nuestra visibilidad en la carretera usando ropa más visible, luces, retrovisores… ¡el casco por supuesto, por favor! Me da miedo cada vez que veo a alguien entrenando sin casco; si os habéis caído alguna vez entenderéis porque al ver como quedan estos tras un golpe con el suelo…

Si intentamos extremar las precauciones seguro que nos va mejor a todos porque de lo que no se dan cuenta los conductores, es que encima de una bici va una persona, con una vida, con una familia y unos amigos que le esperan en casa preocupados porque tal y como están las cosas, no saben si volverá o no. Porque salir a entrenar cada día es poner en riesgo nuestra integridad…¡más respeto, por favor!