‘Solo espero que acabe esta mala suerte’. Caída en la Itzulia de 2011, fractura de clavícula en Asturias unas semanas más tarde… y un virus en septiembre que le impidió rendir en su primera Gran Vuelta, la de España. Esta temporada su relación con el infortunio ha ido a más: caída severa en la Route du Sud, caída en Tre Valli Varesine en agosto y, por si ello fuera poco, un mal giro de rodilla mientras estaba en su casa, en septiembre preparando las carreras de Canadá y las clásicas italianas, le terminaba de dejar sin oportunidades en toda la segunda mitad de la temporada. A sus 24 años, Ángel Madrazo, ha tenido la mala suerte que muchos no tienen en toda una carrera.

Su voluntad es fuerte y ha afrontado la recuperación con buena cara. Sabe que va por el buen camino en su carrera a pesar de la mala suerte. En sus escasos 50 días de competición este año ha tenido cerca su primera victoria. Top5 en el Gran Premio Miguel Indurain y Klasika Primavera, además de en una etapa y la general del Tour del Mediterráneo, y en el primer parcial de la Vuelta a Madrid. Esta primera parte del año -apenas apoyada en unas semanas-, buena pero sin la mencionada victoria, le ha ayudado a entender que, a pesar de haber perdido varios meses de competición, ha dado un pasito más.

Con cuatro años como profesional en sus piernas y dos primeros difíciles con una adaptación costosa a la máxima categoría -tras irse del lado de Matxín siendo stagiare en el Scott – American Beef-, El Gorrión de Cazoña tenía apuntada esta temporada. Cumpliendo con la tradicional formación en la estructura navarra, a Madrazo, como a Andrey Amador, compañero de ‘generación’, ya le empezaba a tocar rendir y ganar para el equipo. Siempre positivo y con la voluntad de seguir creciendo, el cántabro ha tenido que posponer su subida de escalón un año más.

El perfil de Madrazo, contando incluso con las caídas y la mala fortuna, se ha definido más durante esta temporada. Con facilidad para pasar cotas y repechos (también hizo muy buena crono en la Vuelta a Madrid, demostrando cadencia y potencia), de esos explosivos tan de moda, el cántabro ha rendido mostrando esa potencia y cierta velocidad. Por eso su calendario en la temporada recién acabada se centraba en rendir en las clásicas españolas, italianas y canadienses. Era parte del equipo que acompañaría a Giovanni Visconti en su calendario de carreras de un día, y con él llegaron sus dos victorias y la buena regularidad mostrada en el Trittico Lombardo.

Ahora solo le queda esperar, pedalear y apostar. Esperar a que las caídas y las lesiones no lleguen. Pedalear, de aquella manera que él lo hace, buscando la victoria. Y apostar a que tras dos primeros años difíciles y dos siguientes con muy mala fortuna, el Unknown Rider del Tour Down Under de 2011 se convierta en alguien muy conocido por todos.

Angel Madrazo Movistar Team