No es el título de un nuevo western. Ocho son la cifra de fichajes que Euskaltel-Euskadi incorpora fuera de su cantera, fuera de su territorio, fuera de su ámbito. El destino es claro, permanecer en el World Tour. El precio, caro. Comentamos con anterioridad que la ruptura con la filosofía, santo y seña del equipo, sería el principal cambio que sufriría la formación vasca de cara a 2013. Dicho cambió se confirmó el pasado sábado y en el día de ayer se dio a conocer el plantel definitivo.
La columna vertebral no cambia. Samuel Sánchez, Mikel Nieve, Igor Antón, Mikel Landa, Ion y Gorka Izagirre, Pello Bilbao y Romain Sicard serían los nombres de peso en un conjunto donde seguirían escuderos de lujo como Mikel Astarloza, Rubén Pérez, Egoi Martínez, Juanjo Oroz, Jorge Azanza, Gorka Verdugo o Pablo Urtasun completándose con jóvenes como Miguel Mínguez, Ricardo García o Adrián Sáez de Arregui. A estos se les une las llegadas de dos jóvenes valores de la cantera vasca. Jon Aberasturi, procedente de Orbea, y Gari Bravo, de Caja Rural, cierran los fichajes que cumplen la filosofía.
Para ser la llave que abran las puertas del World Tour, Igor González de Galdeano ha cerrado ocho incorporaciones. En declaraciones a EITB, el manager manifestaba “la realidad nos ha obligado a fichar ciclistas que complementen a los actuales y que refuercen el bloque en determinados apartados”; más rotundo aún, “los extranjeros cubren las necesidades imperiosas”.
Unas necesidades que han llevado a Euskaltel-Euskadi a quedarse en la incertidumbre sobre su futuro en el World Tour. A parte de la suma de victorias que dan los tan codiciados puntos, la formación vasca ha visto como el vasto calendario .1 dejaba tan sólo tres victorias. Los puntos que ha ido buscando proceden, en su mayor parte, de los circuitos continentales, escenarios donde, hasta ahora, no tenía ni la presencia ni un rendimiento destacado que le podría dar los triunfos y puntos que no puede conseguir en la máxima categoría.
Cuestión de equilibrios. Jure Kocjan, Juan José Lobato, André Schulze, Alexey Sereybrakov, Robert Vrečer, Ricardo Mestre, Stefan Radochla, Tarik Chaoufi e Ioannis Tamouridis son las nueve caras nuevas que llegan para, además de tapar las carencias, sumar los puntos necesarios para obtener la plaza en la máxima categoría. Todos ellos no fichan sólo por el valor que tienen sus victorias en carreras menores; algunos tienen suficiente o el potencial necesario para rendir con los grandes.
Casos como el de Jure Kocjan, Juan José Lobato, Alexey Sereybrakov o André Schulze mejoran sustancialmente el nivel del equipo vasco. Rápidos en escenarios bien distintos, poseen una característica que tras la marcha de Koldo Fernández de Larrea no tenían en el equipo, la figura del hombres rápido. Todos ellos tendrán sus opciones en las pruebas donde Euskaltel-Euskadi apenas contaba con resultados, pruebas de un día, clásicas así como los numerosos sprints que resuelven las victorias.
Junto a ellos solamente Robert Vrečer podrá ofrecer algo más que puntos. El caso de Stefan Radochla, Tarik Chaoufi e Ioannis Tamouridis se convierten en el más que posible relevo del iraní Mehdi Sohrabi. Los puntos conseguidos en temporadas anteriores les hacen ser codiciados en el mercado sabedores de que contarán con una única oportunidad para rendir al máximo nivel. Si los resultados acompañan durante el año, la siguiente temporada emprenderán camino de vuelta a menos que, al menos, consigan demostrar cierta capacidad de trabajo.
Con las cartas levantadas encima de la mesa solamente hace falta esperar a la resolución de la Comisión de Licencias. El trabajo de Igor está hecho. Guste o no guste, su trabajo se ha limitado a seguir la normativa de la UCI que, una vez más, ve un nuevo caso del garrafal fallo de su sistema de puntos que ha dado más oportunidad a los puntos que a la calidad o al potencial.