Cuando en diciembre de 2008 se presento en Moscú el Russian Global Cycling Project que daría forma al conjunto Katusha uno de los objetivos era firme y claro. El millonario proyecto del gigante euroasiático tenía una misión por delante, llevar al ciclismo ruso a la cima del ciclismo mundial. Desde sus comienzos, la plantilla de la escuadra del World Tour estaría formada por dos bloques bien diferenciados; una parte como representación nacional y otra de carácter internacional.

Después de tres ciclos cerrados los ideales siguen siendo iguales. Pese a que a día de hoy el bloque extranjero aporta más éxitos que el ruso nada ha cambiado. Con dos equipos de formación auspiciados bajo el poder del conjunto del World Tour las promesas nacionales siguen la formación con el objetivo de alcanzar el primer nivel. Así, temporadas tras temporadas, se ha ido viendo la llegada de los Antonov, Klimov, Mironov, Arguelyes, Porsev o Ignatenko, nombres que, salvo los dos últimos, han pasado sin pena ni gloria por la élite viéndose relegados en su mayor parte al otro conjunto ruso que, pese a poseer los mismos dueños, se desmarca de Katusha, el Rusvelo de categoría Profesional Continental.

Las añadas rusas no han dado un paso al frente necesario para seguir en el máximo peldaño del ciclismo. En 2013 el panorama parece bien distinto. Viacheslav Ekímov confirmaba en el día de ayer cuatro fichajes para Katusha. Un “veterano” como Dmitry Kozontchuk, hombre de confianza de Denis Menchov que, tras formarse en el Rabobank Continental, coincidió cinco temporadas con el navarroruso. Los tres restantes proceden del Itera-Katusha. Viacheslav Kuznetsov (1989), Anton Vorobyev (1990) y Sergey Chernetsky (1990) aportarán la savia nueva que necesita el ciclismo ruso.

Tres ciclistas, tres perfiles bien diferenciados. Vorobyev consumó su salto al World Tour después de vencer el Mundial contrarreloj sub23 en Valkenburg. Un puro especialista en la lucha contra el crono sin grandes resultados fuera de la disciplina que obtuvo en la mejor cita del calendario una soberbia victoria frente al resto de grandes nombres de la categoría.

Un hombre preparado para las vueltas. Chernetsky encarna el perfil de todoterreno. Su rendimiento no ha pasado desapercibido, no en vano ha sido uno de los mejores amateurs de la temporada. Victoria parcial y segundo puesto en la Ronde de l´Isard y en el Giro Valle d´Aosta siendo cuarto en la general del Tour del Porvenir son su sello de identidad. Corredor completo, destaca más como croner que en la alta montaña donde a pesar de estar un paso por detrás de los grandes escaladores de la categoría se defiende de una manera más que correcta.

Kuznetsov sumó tres victorias con Itera-Katusha / Foto (c) Christophe Baudu

Kuznetsov, por su parte, tiene el hábitat en la media montaña. Destaca, sobretodo, por su inteligencia y lectura de carrera. Un ciclista hábil, rápido, capaz de resolver en un sprint reducido que ha sumado tres victorias a lo largo de la temporada siendo uno de los hombres más destacados del Itera-Katusha. Sin tener la oportunidad de defender los colores de la selección nacional en las grandes citas, destacó en el calendario dilettanti en Italia además de sumar un cuarto puesto en la Vuelta a Bulgaria o el sexto del Olympia´s Tour.

Junto a ellos más nombres esperan la llamada de Katusha. Los Ilnur Zakarin, Sergei Pomoshnikov o Gennadyi Tatarinov tendrán que esperar de momento una temporada más para aguardar el salto. Los tres serán los encargados de dejar alto el pabellón nacional en la máxima categoría que busca desesperadamente un salto de calidad de las generaciones de jóvenes rusos que destacan en el campo amateur pero a los que el profesionalismo parece atragantarse.