Interesantísimo el reto con la historia del ciclismo que tiene Gilbert mañana. Ya lo hemos comentado; viene fuerte y con ganas. Para él en Lombardía, en Lecco, podría empezar todo. El salto entre ser un gran ciclista, a uno de los mejores de la historia. Tiene ya tres Monumentos en su haber; Giro di Lombardia en 2009 y 2010, y Liège – Bastogne – Liège en 2011. Su temporada ha sido complicada, hasta la Vuelta a España, septiembre, no ha ganado, pero tanto sus dos victorias en la ronda española como, sobre todo, el Mundial de Limburgo, convierten su año en, al menos muy bueno. Para ser excepcional tiene todavía una carrera, un Monumento, por delante.
Porque de ganar mañana, el valón se colocaría a la altura de Sean Kelly (1983, 1985 y 1991) y Henri Pelissier (1911, 1913 y 1920) como los únicos corredores no italianos en guardar tres Giro de Lombardia en su palmarés. Estaría también a la altura, de ganar, de Gaetano Belloni, Constante Girardengo y Damiano Cunego. Alfredo Binda, con cuatro, y Fausto Coppi, con cinco, parecen todavía inalcanzables hasta para Gilbert. Otra de las efemérides que podría llegar a celebrar el portador del arcoíris, todavía no estrenado, cuando llegue Il Lombardia es ser de los pocos ciclistas capaces de ganar esta carrera con la maglia iradiata puesta. El último, Paolo Bettini, lo consiguió en 2006.
La forma de Gilbert recuerda a la de 2011. No quizás tan superior, pues en la Vuelta a España, en Barcelona y La Lastrilla, a pesar de ganar, no ‘humilló’ a sus rivales. Pero lo demostrado el pasado domingo causó más impacto, si cabe, y confirmó que Philippe Gilbert está de vuelta en esto de las grandes victorias. Por eso es nuestra apuesta como vencedor, mañana, de Il Lombardia. Por encima de Alberto Contador, vencedor de la Milán – Turín, Alejandro Valverde, Vincenzo Nibali y Joaquín Rodríguez. Porque tiene motor, velocidad, panache y sabe correr estas citas como si fuera su última carrera. No es fácil hacerlo, pero desde octubre de 2009 la determinación de Gilbert se mide en estas carreras sin haber dejado pasar un solo año sin demostrarlo.