La ya finalizada Vuelta a España se ha caracterizado entre otras cosas por haber estado dominada por muy pocos ciclistas y equipos. Entre Contador, Degenkolb, Joaquim Rodríguez, Valverde y Gilbert se han llevado trece etapas de las veintiuna que había. Esto significa que las fugas no han tenido la importancia que han solido tener en otros años y los ciclistas combativos prácticamente no han podido ver recompensada su valentía con una victoria de etapa. Aún así y pese al poco terreno que había para valientes, los peleones del pelotón han dejado muestras de su clase en algunas etapas.
Es el caso de Simon Clarke en particular y del Orica GreenEDGE en general, que sin duda han sido la revelación de la vuelta. Además de por su versión del Call me Maybe, de Carly Rae Jensen, también han tenido mucha presencia en carrera gracias a sus constantes ataques de la mano del ya mencionado Clarke, que finalmente fue ganador del maillot de la montaña con todo merecimiento o de Cameron Meyer, que estuvo cerca de ganar un par de etapas aunque siempre era neutralizado a pocos kilómetros para el final. El resto de compañeros no tuvieron tanta importancia en carrera, aunque la labor de sus dos compañeros compensó y en gran medida el trabajo del equipo aussie.
En este apartado no podemos obviar el gran papel que ha firmado el Caja Rural. El equipo navarro, que volvía a una gran vuelta veintitrés años después, ha firmado una actuación brillante a la cual Antonio Piedra puso el broche de oro en la subida a los Lagos de Covadonga llevándose el triunfo final tras resolver una fuga en la que había rivales de mucha entidad. Además del sevillano, en la Vuelta pudimos ver lucirse aunque sin premio a ciclistas como Javier Aramendía, que rara era la fuga en la que él no estaba, el siempre combativo David de la Fuente, Marcos García o André Cardoso, que estuvo peleando por el top 20 hasta el final de la Vuelta.
En el AG2R también encontramos a dos ciclistas que han hecho un papel brillante en lo que a ataques y combatividad se refiere. Por un lado, el irlandés Nicolas Roche ha peleado como un jabato por la victoria de etapa, especialmente en la primera semana donde lo intentó en prácticamente todos los puertos que se subieron entonces. Ha puesto el broche de oro a cuatro buenos años en el equipo de Vincent Lavenu y la temporada que viene estará en el SaxoBank de Alberto Contador. Por el otro lado, el sprinter Lloyd Mondory se ha reconvertido a experto en fugas y le hemos visto muy metido en carrera, intentando filtrarse en todo tipo de escapadas y muy activo. Ya que en las llegadas masivas tenía pocas opciones de victoria, ha sido una buena reconversión pues estuvo cerca de ganar en la etapa de los Lagos.
Además de los mencionados, hay que destacar a Thomas de Gendt, que pese a que tenía su temporada más que justificada con su podium en el Giro, vino a la Vuelta y lo dio todo intentando conseguir una victoria de etapa que no llegó, a Javier Chacón, del Andalucía, que de igual manera que Javier Aramandía, estuvo prácticamente en todas las fugas de la Vuelta o a Jan Bakelants, otro de los habituales de esta sección que una vez más lo probó de todas las maneras posibles. En menor medida también hay que destacar el papel de Frederik Kessiakoff, de Rinaldo Nocentini o de Luis Angel Maté. Además, no hay que olvidar el papel de grandes trabajadores del pelotón como Jonathan Castroviejo, Rafal Majka, Jesus Hernandez o los asiáticos Cheng Ji y Yukihiro Doi. A todos ellos, gracias.