La virtud ante una derrota consiste en trabajar duro para volver a pelear, levantar dignamente de cada caída y sólo mirar hacia adelante. El ciclista es un virtuoso ejemplo de amor propio, ejemplo de esfuerzo y superación de todo tipo de adversidades. Una de estas adversidades, por qué no, es la suerte -o ausencia de-. El nombre de nuestro protagonista figuraba en el listado de infortunios de Euskaltel-Euskadi en pleno mes de julio. Una aparatosa herida abierta le hacía abandonar un Tour cruzado para su equipo en la octava etapa, al mismo tiempo que su jefe de filas Samuel Sánchez y sólo un día después de que lo hicieran Amets Txurruka y Mikel Astarloza.
Un solo fin de semana de julio dilapidaba de la forma más cruel toda la planificación anterior, desde las concentraciones de pretemporada hasta las diferentes aproximaciones a la mejor carrera del año. A partir de ahí tocaba sobreponerse. Lo hizo el equipo en el propio Tour con un cambio de estrategia que le permitió cazar dos fugas buenas y lo hizo Gorka Verdugo a nivel personal con la presente edición de la Vuelta firmando su mejor actuación en una GT.
Gorka Verdugo (1978) es profesional desde 2004, siempre militando en las filas del equipo Euskaltel-Euskadi. Considerado en el pelotón como gregario y con aptitudes en la montaña, forma parte del bloque de confianza de Samuel Sánchez junto a corredores como Egoi Martínez o Mikel Astarloza. En cada uno de los Top-10 de Samu en Francia estuvo presente Verdugo. De hecho el Tour es su carrera predilecta, con 7 participaciones consecutivas; por un total de 11 GTs.
Cambio de planes. Con mucho ciclismo en las piernas todavía, Verdugo llegó a la Vuelta para defender las aspiraciones de Igor Antón con su habitual papel secundario. De Madrid sale destapado como un hombre fundamental para los naranjas. Su cruzada se libró camino de Fuente Dé. Ningún aficionado repararía en su papel en un principio, sin embargo fue el tercer gran beneficiado de la jornada tras Alberto Contador y Alejandro Valverde. Integraba la escapada buena del día cuando se desató la épica, tuvo piernas para agarrarse a la rueda de Valverde y aprovechar de paso el caos con el que se desarrollaba la etapa para los outsiders por detrás. Fue cuarto en meta y alcanzó la decimoprimera plaza en la general. Tácticamente protagoniza el segundo mejor movimiento de toda la carrera para un hombre de la general tras el de Contador, ambos en la misma etapa.
Sólo en la CRI y en el mencionado final de Fuente Dé ha calificado por delante de su líder Igor Antón, paradójicamente las únicas dos etapas en las que ha gozado de libertad. Tras un inicio mucho más discreto con el paso de los días Verdugo ha sabido imponer su condición de fondista y destacar en la última semana. Ha sido una pieza determinante en la segunda plaza de Euskaltel-Euskadi en la clasificación general por equipos -en la que igualan su mejor registro de 2007- así como por el gran botín de puntos WT cosechado. El Ranking de Mérito acecha a los naranjas y en sumar todo lo posible están los hombres de la segunda fila. El gregario de toda la vida, con puntos. La nota positiva del infortunio, el hombre que se cae y se levanta y vuelve más fuerte.