A mediodía, a las 12 en punto de la mañana, publicaban desde la web de la Real Federación Española de ciclismo el nueve que España llevará al Mundial de Ciclismo de Limburgo. Nueve nombres que suscitaron mucho debate antes, y también después del anuncio. Nueve hombres que, como muchos han acertado a decir, es posiblemente la mejor selección de la historia de nuestro ciclismo. Óscar Freire, Dani Moreno y Joaquín Rodríguez (Katusha), Alejandro Valverde, Pablo Lastras y Jonathan Castroviejo (Movistar Team), Alberto Contador (Saxo Bank – Tinkoff Bank), Samuel Sánchez (Euskaltel – Euskadi) y Joan Antoni Flecha (Sky) serán los encargados de representar a España en el Mundial que se celebrará en Valkenburg a partir de la semana que viene. Son los hombres de José Luís De Santos. Se podría haber llevado a otros ciclistas para trabajar; pero la confianza en la experiencia de Lastras y Flecha es plena, y tanto Moreno como, sobre todo, Castroviejo, están en una forma envidiable.

Equipo divido en dos, en supuestos líderes y supuestos gregarios, que invita a pensar lo que podría ocurrir con la selección el día de la prueba en ruta. Controlar es posible con Lastras, Castroviejo, Moreno y Flecha, pero no será tan fácil organizar el papel de los otros cinco corredores. Ninguno de ellos tiene mucha experiencia trabajando para compañeros, y el que más ha demostrado en los últimos meses hacerlo, Valverde, es posiblemente el mejor candidato que tendremos el próximo domingo. ¿Tendrá libertad Alberto Contador para correr ‘su’ carrera? ¿Podremos compaginar los egos que en anteriores Mundiales nos ha lastrado tanto? ¿Está en condiciones Samuel Sánchez para asumir un papel menor debido a su condición física?

Difícil respuesta a estas tres cuestiones, vitales para saber si lo que nos espera en Países Bajos será un ridículo espantoso, o un festival ofensivo y bien organizado con unos corredores que juntos conforma, posiblemente -con Bélgica-, el bloque más potente de los que habrá en la salida de Maastricht. Lo que es obvio es que, con un circuito como el de Valkenburg, la carrera hay que hacerla dura (no es un circuito excesivamente duro), y España la debe hacer dura poniendo ritmo y metiéndose en todos los cortes peligrosos a 3 y 4 vueltas para el final. Ese será el papel de Flecha y Dani Moreno al principio, y del resto después; no hay un líder único, sino cuatro corredores (Samu, Freire, ‘Purito’ y Valverde) que tendrán que estar siempre en cabeza y atentos a los movimientos. El papel de Contador se presume en ese lugar también, pero el madrileño no remata, ni por asomo, como los otros cuatro, por lo que en casi cualquier corte en el que se encuentre no será una apuesta ganadora.

Todavía, en cualquiera de los casos, no es un nueve fijo; la condición física de Samu es una intriga, y se contempla que él mismo pudiera llegar a renunciar antes de terminar la semana. Vital será cómo se encuentre durante le Tour of Britain, que ahora mismo se está corriendo. Si falla, si no se encuentra en condiciones, De Santos lo tiene claro; Egoi Martínez. Los nombres son los nombres. Si un líder clarísimo falla, llevará a un gregario clarísimo también.

¿Y por qué no, dada esa circunstancia, llevar a Luis León Sánchez? No ha podido alargar su punto de forma, el que tenía en San Sebastián, y volver a coger ritmo era complicado. Además sus motivaciones son menores; hizo una buena primera parte del año, y con la victoria en el Tour y la de la Clásica, llevándose la renovación por medio, ‘su’ año lo tiene hecho. Una decisión, la que toman en conjunto, que le honra. Rabobank quería llevarse al Mundial de crono por equipos, pero el murciano está con la mente puesta ya en 2013.

Para la crono no hay mejores representantes; Alberto Contador y Jonathan Castroviejo demostraron en Pontevedra poder con un circuito duro, y con esa experiencia afrontarán el reto de estar entre los mejores. ¿La medalla? Muy complicada. En 1998, con un día ‘de perros’, en el que la lluvia hizo de este circuito -casi, casi idéntico- algo duro, un corte se marchó claramente y no hubo entendimiento detrás. Dejarlo todo para el Cauberg es un error. Si tenemos muchas balas; utilicémoslas antes siendo ofensivos. A Freire casi le sale bien en la Amstel Gold Race, ¿por qué no repetir un esquema parecido?