Cada carrera, sea el corredor que sea, está marcada por unos claros pasos. Momentos importantes, o cruciales, que definen, en su mayor parte, el rumbo por la que discurrirán los próximos años. Para Zdeněk Štybar (Planá, 1985) ha llegado uno de esos momentos. La disputa por primera vez de una gran vuelta te marca para siempre. Un objetivo claro: “La verdad es que no espero mucho, realmente lo que espero es mucho sufrimiento. Sólo espero poder llegar a Madrid”.
Un paso complicado del ciclocross a la ruta. “Las carreras son más largas y no es el mismo tipo de esfuerzo”. La intensidad de la disciplina sobre el barro choca contra la acumulación de carga de la ruta. Difícil cambio, no tan dramático para el checo. Clase, potencia y olfato patentados en el invierno han visto como en la carretera seguían siendo protagonistas. Lo demostró en su primera oportunidad. Los Cuatro Días de Dunkerque, estreno en ruta, comenzó a definir el cambio como acertado. Tercer puesto final, un impulso de moral y sobretodo, de autoestima.
Después de una temporada de ciclocross atípica donde los resultados no alcanzaron el nivel de los éxitos anteriores donde incluso quedó en un segundo, o tercer plano, en algunas de las grandes citas, se destapó en la ruta. Dunkerque, de nuevo, el primer escenario. Cassel siempre quedará en su memoria. Primera victoria en carretera después del segundo puesto del día anterior sólo superado por John Degenkolb. El segundo puesto final se convertía en el mejor resultado en una ronda por etapas.
Tras su paso por Bélgica, Suiza y de brillar en los nacionales –segundo en CRI, quinto en ruta- regresó a la competición en Polonia. No acusó la falta de ritmo. Cieszyn, una llegada perfecta para sus intereses, vio la primera victoria en el World Tour. Allí batió a Francesco Gavazzi y Sacha Modolo en un fantástico alarde de su tan afamada potencia en una meta con ligera pendiente.
El camino a la Vuelta seguía su curso, el debut estaba preparado. Un triunfo en una etapa puede ser su tan ansiado botín. ”Voy a intentarlo varias veces porque creo que llego bien preparado”. Finales como el de Barcelona o La Lastrilla parecen los más idóneos “aunque al final nunca sabes qué día puede ser el bueno, solo voy a tomármelo día a día y a ver como transcurre la carrera”.
Acabada la Vuelta el horizonte más cercano será el ciclocross donde dará un claro paso atrás en sus días de competición. Más preparación que una verdadera disputa. ”En la carretera tengo mente sobretodo las clásicas de primavera, así que mi objetivo va a ser estar en ellas, pero también haré algunas carreras de ciclocross en diciembre y enero”. Las citas de la Copa del Mundo en Namur y Heusden-Zolder serán, presumiblemente, su estreno en la temporada antes del Mundial en Louisville.
Posteriormente el objetivo será la primavera ciclista. “Me encantaría poder conseguir buenos resultados en ellas, pero sé que es muy difícil. Tenemos un equipo muy fuerte para las clásicas, probablemente el más fuerte, así que eso me da mucha confianza para los próximos años poder aprender mucho de los compañeros más fuertes como Tom (Boonen) y luego espero poder lograr buenos resultados en el futuro”.
Pero antes la Vuelta ha vivido el debut de un fuori di classe, un corredor que eligió dejar a un lado su dominio en el ciclocross en una apuesta arriesgada por la ruta que está paso a paso demostrando ser certera.