Los objetivos de los equipos españoles en la Vuelta a España serán muy dispares. Mientras los World Tour (Movistar y Euskaltel) pelearán por estar al menos en el podio –porque estando ahí Contador y Froome resulta complicado pensar en el rojo-, los de categoría profesional tienen miras mucho más terrenales: Caja Rural y Andalucía, los ‘hermanos pobres’ del ciclismo de elite español.

Prácticamente lo único parecido entre ambos son las metas fijadas para esta carrera. Porque hay grandes diferencias entre ellos. Caja Rural tomará la salida en casa. Dos etapas navarras y otras tantas en Euskadi dan un plus de motivación al equipo de Azparren, que acude con la intención de ganar etapa y dejarse ver en su tierra. Por no hablar del extra que supone la ausencia en la última edición, que les supuso un auténtico palo. Ya repuestos y con el ‘factor campo’ a favor, los Cardoso, De la Fuente y compañía afrontan a tope la última GT de la temporada.

Todo lo contrario le sucede al Andalucía en este aspecto. De sobra es conocido que los de Antonio Cabello se dejarán ver, pero lo más cerca que pasará la carrera de su hábitat será por Madrid en esta vuelta tan norteña. Los andaluces, con una formación netamente ‘del terreno’ a excepción del gallego Gustavo César Veloso y Palomares, tienen una meta similar: pasear el nombre de la región por la mitad septentrional de España, enseñarlo en las televisiones de medio mundo y, sobre todo, luchar por una etapa.

Lobato Andalucía Vuelta Chile

Precisamente se supone que Veloso será la opción del equipo para hacer una general más o menos correcta –desde Javi Moreno en 2008 no meten a nadie en el top 30-, pero después de un año parado ofrece más sombras que luces. Un octavo puesto en el Campeonato de España CRI es su mejor credencial hasta la fecha. En las vueltas por etapas que ha disputado hasta ahora ni se le ha visto.

El otro gran valor será Juanjo Lobato, que ha recuperado el olfato ganador tras sumar una nueva diana en China, aunque las llegadas masivas de la Vuelta son otra cosa. Para empezar porque apenas se podrán contar sus oportunidades con los dedos de una mano en una carrera que tendrá hasta 10 finales en alto. Algunos son puertos de segunda después de 150 kilómetros llanos, es cierto, pero suficientes para descartar a los velocistas. Y por último pero no menos importante, porque la nómina de sprinters será muy distinta y de mayor nivel. Del resto, el buen hacer y oficio de Palomares y Ramírez Abeja les darán opciones de, al menos, estar en la lucha por las etapas. Aunque probablemente a la llegada a Madrid todos los componentes del equipo habrán ido escapados al menos una vez.

Un objetivo tiene en mente el Caja Rural, como decíamos más arriba. Desquitarse de la no invitación de 2011 con una etapa sería perfecto, pero los de Azparren saben que estará realmente caro. Sin Sánchez Pimienta, lesionado de gravedad, los más combativos de la escuadra son De la Fuente –¿conseguirá por fin el triunfo o volverá a rozarlo?-, y Antonio Piedra, vencedor en Rogaland. Para las escasas llegadas masivas No estará, sin embargo, un Yelko Gómez que con apenas 23 años ha sorprendido a todos. Tendrá tiempo de maravillarnos el panameño, pero será en otra ocasión.

Quizás el hombre que mejores resultados ha arrojado ha sido el portugués Manuel Cardoso. Campeón de Portugal en ruta y vencedor en Castilla y León, tendrá –igual que Lobato- la oportunidad de lograr un triunfo de gran repercusión. Pero su nombre parece, en principio, por debajo de los Degenkolb, Bennati o Ventoso que salvo sorpresa también tomarán la salida en Pamplona. Entre otros.

La cuestión es que en casa o lejos de ella, con la gente entregada por simple afición o por devoción a sus deportistas más cercanos, con contextos distintos y sabiendo que las victorias estarán muy caras, al final la carretera dictará sentencia. No son equipos de grandes presupuestos. Posiblemente no tengan a nadie en el podio de Madrid, ni las formaciones punteras se disputarán a sus corredores con cifras astronómicas cuando acabe la temporada. Pero, como siempre, animarán la carrera y dejarán hasta el último gramo de fuerza sobre el asfalto para llevarse un reconocimiento perpetuo en forma de victoria.

Víctor Martín