Igual que hicimos con las etapas belgas y el primer bloque montañoso, queremos comentar las etapas alternativas diseñadas por la Plataforma Recorridos Ciclistas de cara a las jornadas decisivas para la resolución del Tour, analizando que se puede esperar de ellas y que desarrollo se busca con las modificaciones.
Alternativa a la etapa Limoux – Foix
Aparte de un pequeño cambio en los puertos de inicio, la principal diferencia es suprimir el estúpido rodeo llano de 12 km que ha programado ASO antes de la meta de Foix. En su lugar además, se añade la pequeña cota de Ganac (1,4 km al 5%) para darle picante a la resolución de la etapa.
Que esperamos de la original: si somos optimistas, que se forme un grupillo tras Péguère que pueda entenderse y mantener la distancia conseguida hasta la meta. Siendo pesimistas, quizá fuera más normal esperar que los ataques en Péguère tengan muy difícil llegar a meta o vean reducida significativamente su ventaja por el trabajo de gregarios en un grupo trasero.
Que esperaríamos con el cambio: el guión de la etapa no cambiaría demasiado, simplemente se facilitaría la labor de los valientes y se dificultaría el control de un equipo… que no es poco. Una etapa de un corte similar a esta la podríamos encontrar en La Vuelta, con la ya clásica llegada Granada tras pasar Monachil. Y es que ambos puertos son similares, cortos pero con grandes rampas, y la distancia a meta similar, aunque la bajada francesa más técnica. Y ya vimos lo que puede dar de sí, ya que allí Vinokourov le arrebató la Vuelta 2006 a Valverde.
Alternativa a la etapa Pau – Bagnères-de-Luchon
El cambio de la etapa se centra en minimizar los falsos llanos de la parte final de la etapa original, pues las aproximaciones hacia los cols de Aspin y Peyresourde hacen que en la parte final haya mucho terreno para la caza y desincentivan los movimientos lejanos. Para ello, se sustituye Aspin por el suave Hourquette d’Ancizan y el duro Col d’Azet.
Que esperamos de la original: se puede esperar de todo, al fin y al cabo es una etapa dura pasando puertos míticos como el Aubisque o el Tourmalet. Sin embargo, la última vez que se hizo esta etapa, en 1998, resultó decepcionante (vídeo). Los dos colosos pirenaicos se pasaron a la marcheta del Telekom de Ullrich, y solo se puso la carrera interesante en el puerto final. Allí el alemán tomó la cabeza del grupo reduciéndolo a 10 unidades hasta que llegó el ataque de Pantani a solo 2 km de la cima del Peyresourde, ganando en meta solo 23 segundos sobre el grupo.
Que esperaríamos con el cambio: recuperar para el ciclismo de hoy en día lo que suponían los maratones de puertos pirenaicos en el pasado. Y esta etapa de Pau a Luchon es una buena comparativa de los cambios del tiempo. Si decíamos que en 1998 fue decepcionante, la vez anterior que se disputó, en 1983, resultó una de las más grandes etapas de todos los tiempos, desatándose la lucha desde el Aubisque hasta la meta (vídeo). Aquel día de la victoria de Millar se producía un cambio de guardia, donde nacía el ‘Loco de los Pirineos’ Delgado y aparecía Fignon, a la postre vencedor.
Otro ejemplo de las cabalgadas de hace 20 años llegó en 1991, la única vez entre el 83 y el 98 donde se pasaron Aubisque y Tourmalet por el oeste. Fue en la etapa de Jaca a Val Louron con la escapada de Chiappucci e Indurain, produciéndose otro “cambio de guardia” (vídeo).
Alternativa a la etapa Bagnères-de-Luchon – Peyragudes
Esta etapa sufre solo dos pequeños cambios, que no alteran prácticamente el concepto de la misma pues todo se jugará en el gran encadenado final. Sin embargo, aquí se evita el rodeo que aleja Mente de Bales, y para añadir kilómetros y algo de desgaste se sube Portillon de salida.