La partida pintaba en oros. Transcurrida la mitad de la temporada el balance era más que satisfactorio. Por méritos propios, el equipo se había convertido en uno de los mejores –por no decir el mejor- de la categoría Continental Profesional. Victorias, muchas, algunas de valioso prestigio para un equipo que pese a llevar una corta trayectoria en el pelotón está logrando crecer paso a paso mejorando su rendimiento año tras año.
Saur Sojasun recibió con alegría, como no podría ser de otra forma, y tranquilidad la invitación de A.S.O. para la disputa de su segundo Tour de Francia. Tranquilidad, sobre todo, por ver como el proyecto seguía contando con el beneplácito del organizador pese a fallar en su primera cita. Una participación sin pena ni gloria, una participación marcada por el gris rendimiento ante su mejor escaparate.
Las sensaciones para esta temporada eran distintas. Quince victorias iluminaban sus casilleros, tres de ellas conseguidas en el circuito World Tour. Triunfos repartidos. Siete nombres distintos aportaban los éxitos para el conjunto patrocinado por una casa de lácteos. Manresa será siempre un hito. Allí, en el final de la quinta etapa de la Volta a Catalunya, Julien Simon conseguía el primer triunfo en el World Tour. Dos días después repitió en Barcelona. Un mes después Jonathan Hivert sumaba otra victoria en el Tour de Romandía. Estrella de Bességes más dos etapas, Cuatro días de Dunkerque más otra etapa, Tour de Finisterre y el GP Plumelec-Morbihan son las victorias más importantes de lo que llevamos de temporada.
Temporada marcada por la competitividad. A las quince victorias se suman trece segundos puestos y catorce terceros. Presencia, mucha presencia. Allí donde van dan la cara. Hasta que llegó el Tour. Jerome Coppel, Anthony Delaplace, Jimmy Engoulvent, Brice Feillu y Julien Simon se presentaban como las mejores opciones para dar presencia al equipo. En la primera semana comenzó a cruzarse la carrera. Una inoportuna gastroenteritis dejaba tocada a Feillu mientras que una caída lastraba a un Simon que en tanto en Seraing como en Boulogne-Sur-Mer tenía dos oportunidades de luchar por la victoria. Las fugas también se escapaban. Poca presencia para un equipo que debía batallar para hacer valer una cara invitación. Tan sólo Jerome Coppel en la montaña consigue aguantar entre los mejores –lejos, pero aguanta- buscando repetir el top20 logrado la pasada temporada.
Con los Pirineos por delante todavía quedan esperanzas de conseguir una victoria parcial que salve su participación. No hay dos sin tres dicen por ahí, pero para ello hay que demostrar algo más. Que a nadie extrañe que tras dos oportunidades fallidas la temporada que viene se queden fuera a favor de otro equipo que llama a las puertas, el Bretagne-Schuller.