Dos paredes de salida y luego una tragadera de kilómetros llanos desde la montañas de la Saboya hasta el valle del Ardèche. La etapa con diseño más extraño del Tour invertió el guión habitual, con el clímax al inicio, siendo sus primeros 80 kilómetros los más interesantes del dia. En el terrible Col du Granier, rampas constantes por encima del 10%, ese puerto que Perico Delgado no recordaba pese a haberlo coronado en cabeza en 1989, hasta Bradley Wiggins terminó atacando, cansado del inconformismo del pelotón a la hora de hacer la fuga. Las dos primeras horas de carrera fueron una tortura para todos, sprinters y rodadores siempre rezagados, pero también para los jóvenes escaladores franceses, agotados tras sus exhibiciones alpinas, quizá también para un Sky que sigue controlando con autoridad, pero que sigue sumando esfuerzos en su cuentakilómetros. Luego reagrupamiento y libertad para una fuga de corredores poco ganadores, sin confianza en su punta de velocidad ni demasiado terreno dónde marcar la diferencia por fuerza. Una fuga atípica, en concordancia con la etapa, sin perrerías ni exhibiciones, resuelta sin demasiada complejidad ni emoción. Al final, esta especie de etapa al revés se la llevó Millar, el más experto de todos, en otro día de éxtasis británico en su Tour.

El dato

La de Millar es la cuarta victoria británica en este Tour. Un récord, claro, quién mejor para decirlo que @cyclingstats. Una victoria en una fecha señalada, pues se cumplían 45 años de la muerte de Tom Simpson en el Mont Ventoux. Con el triunfo del escocés del Garmin, los cuatro integrantes del equipo olímpico que están en carrera ya han mojado. Sólo falta por ganar Steve Cummings, que no irá a los JJOO. Lo curioso es que ninguno de los integrantes de este póker de ases nació en la gran isla. Wiggins nació en Bélgica, Froome en Kenia, Millar en Malta y Cavendish, el único nacido en territorio british, es de la Isla de Man. Vestigios del imperio colonial, el poder de la Commonwealth.

La fuga

Una tortura. Sólo los más fuertes del primer corte bueno del día pudieron con el ritmo bestial que el pelotón exigió para formar la fuga. Luego se vio que los más resistentes y fondistas eran los menos ganadores y potentes para resolver al final, lo que convirtió el desenlace de la etapa en imprevisible. Por detrás había intentado reaccionar Sagan, tremendo coronando con los mejores la pared del Granier, para meterse en un corte que le hubiese garantizado otra victoria de etapa y el maillot verde, pero los australianos del Orica-GreenEdge no estaban dispuestos a renunciar a la pelea en favor de Matt Goss. Al final fue más espectacular el sprint del pelotón por un teóricamente superfluo sexto puesto que la lucha por la etapa.

La imagen

“¡Vaffanculo, va!” Entrando en meta se pudo leer en los labios de Sagan el insulto más celebre y eufónico que tiene el italiano. Goss le había cerrado en la volata final y el Bicho pudo esquivarle por los pelos en otra exhibición superlativa de reflejos y habilidad. Al final el australiano fue relegado a la séptima plaza por los jueces, un robo según su compañero @BadenCooke.

Sagan cerrado por Goss en Annonay

Foto: AFP

El tweet

Sirva este espacio hoy para homenajear al gran David Moncoutié en su último día en el Tour, una despedida triste y dramática tras caerse en un descenso cuando iba a coger la fuga y, quién sabe si con su clase extraordinaria, también la victoria de etapa. Nos quedamos con el tweet de su compañero de habitación, @luisangelmate.

Por suerte parece que podrá volver en la Vuelta para retirarse en lo más alto, con el quinto reinado de la montaña en su carrera fetiche. Le esperamos.