Por supuesto que estoy decepcionado y creo que debo tener un puesto en el equipo. Si te fijas en mi forma y mis resultados, no puedo ver que haya nueve corredores que sean mejores“. Éstas fueron las palabras de Jakob Fuglsang (Radioshack – Nissan), tras quedarse excluido del nueve del equipo de Johan Bruyneel para afrontar el Tour de Francia. Por suerte para él #notodoestour y al menos pudo acudir a Austria, donde como apuntaban gran parte de los pronósticos, consiguió el triunfo en la 64ª edición de la International Österreich Rundfahrt gracias a un victoria excepcional en la cuarta etapa, la única que no se llevó un corredor transalpino, en la que completó en solitario una fuga de casi 100 kilómetros. Un exhibición que no acabó significando para Fuglsang únicamente un triunfo global en una carrera de prestigio por delante de Steve Morabito (BMC Racing) y Robert Vrečer (Team Vorarlberg), sino que también valió para reivindicarse ante el mundillo ciclista y poner en el ojo del huracán al manager belga por no contar con él para la ronda gala, que se ha visto obligado a admitir que no está en el Tour y tampoco estará en la Vuelta debido al sistema de puntos UCI.

El domingo 1 de julio daba comienzo la gran ronda por etapas austriaca, que se ha convertido en la principal carrera contraprogramada a la Grande Boucle, con un circuito por los alrededores de Innsbruck que otorgaría los primeros maillots antes de las verdaderas etapas estrella de camino a Viena. Alessandro Bazzana (Team Type 1 – Sanofi) daría la sorpresa venciendo en la llegada en cuesta preparada para la ocasión, después de coger perfectamente la rueda de Marco Canola (Colnago – CSF Inox) y rebasarle inteligentemente antes de la curva inmediatamente anterior a la línea de llegada, donde ya no pudo ser superado por otro compatriota, Franceso Gavazzi (Astana).

Fuglsang brinda por su triunfo en Austria

Fuglsang tendrá que seguir peleando por victorias en carreras de segunda fila / Foto: © Mario Stiehl

Sin embargo, esa primera etapa suponía un aperitivo ante la que se presentaba como la jornada crucial de la prueba, con la subida al temible Kitzbüheler Horn, en el que Danilo Di Luca (Acqua & Sapone) cosechaba su primera victoria desde su sanción por dopaje. Después que Radioshack-Nissan echara abajo la escapada del día y encabezara la primera parte de la ascensión, empezó a mover sus peones para conseguir el triunfo. Fue Thomas Rohregger quien intentó marcharse de un grupo ya muy seleccionado en primer lugar, sin embargo el ritmo del Killer de Spoltore era inalcanzable para todos sus rivales y, tras neutralizar al austriaco y tomar un poco de aire, lanzó su cuchillada final en los últimos dos kilómetros de ascensión, llegando a meta finalmente con unos segundos de ventaja sobre Morabito y Rohregger para conseguir la victoria y el liderato.

Sin embargo, Di Luca no podía cantar victoria teniendo en cuenta la contrarreloj del sábado y, en menor, las dos etapas de montaña que vendrían a continuación, ya que en ambas los largos y empinados puertos tan característicos del Tirol se encontraban muy lejos de la línea de meta. En la tercera etapa, los pasos por Felberntauern o Pustertaler Höhenstraße y la magnífica demostración de Markus Eibegger (RC Arbö Weis – Gourmetfein), no bastaron para evitar la victoria de Sacha Modolo (Colnago – CSF Inox) el más rápido del grupo de 40 unidades que llegó en cabeza. Eibegger, que en 2011 vivió una aventura muy similar a la de Óscar Pujol, atacó en el último puerto al resto de escapados (coronando con apenas un minuto de renta) y mantuvo, durante casi 30 kilómetros, un pulso ante un pelotón en el que BMC Racing, Astana y Acqua & Sapone tiraban, para ser cazado apenas a 3.500 metros de la línea de meta.

Al día siguiente el italiano no tendría tanto suerte, ya que vivimos desde el inicio una de las mejores etapas de montaña de la temporada. Radioshack y Movistar Team, dos de los equipos más fuertes de la carrera, lanzaron por delante de inicio en la subida a Iselsberg, donde se formó un grupo de 20 seguido por una decena de corredores (en la que figuraba el líder), ante los que el pelotón no pudo hacer otra cosa que dejarles ir y terminar dignamente la etapa. Con la carrera rota, fue en Hochtor donde Fuglsang puso las bases de su enorme triunfo. Después de que Di Luca solventara la crisis dando caza a la cabeza de carrera, el danés atacó llevándose consigo a Leopold König (Team NetApp). De camino a los 2.500 metros de la cima, la diferencia no hizo más que aumentar por encima de los tres minutos, manteniéndose hasta la subida en Dientner Sattel, debido a que en el grupo trasero los rivales estaban dejando la tostada al Acqua & Sapone. Poco después, Fuglsang dejó atrás a un exhausto König y se lanzó el solitario hacia Alpendorf. El intento final de Vrečer tampoco pudo hacer frente al huracán desbocado y rabioso que era el ciclista de 27 años, que llegaba con más de dos minutos y medio de ventaja sobre el pelotón a la cima de Alpendorf y obtenía un margen más que cómodo para asegurarse el triunfo final.

Modolo en su victoria en Melk

¿Conseguirá Modolo repetir las 10 victorias del verano de 2011? De momento ya suma dos / Foto: © Mario Stiehl

Los dos siguientes días, con la inmensa mayoría de los corredores por encima de los 45 minutos de retraso respecto al jersey amarillo, hubo una lucha encarnizada por formar parte de una fuga que se preveía exitosa. El jueves, tras más de 80 kilómetros, 12 corredores lograron finalmente poner tierra de por medio respecto al pelotón. Pese a los intentos de Colnago CSF-Inox, la diferencia se disparó por encima de los diez minutos antes de la subida final al Sonntagberg. Con la victoria segurada, Kristof Vandewalle (Omega Pharma – Quick Step hacía su apuesta desde abajo, pero Fabio Taborre (Acqua & Sapone) le daba caza con solvencia y demarraba en los últimos metros para ganar la etapa. Aunque por detrás hubo varias escaramuzas y algunos ciclistas le recortaron tiempo, Fuglsang mantuvo sin mayores problemas un liderato. Al igual que el viernes, cuando el trabajo de los hombres de Bruno Reverberi si que tuvo el efecto deseado con el segundo triunfo de Modolo en la carrera, tras neutralizar la larga fuga de Rudy Molard (Cofidis) y Riccardo Zoidl (RC Arbö Weis – Gourmetfein), reciente campeón austriaco contra el crono que se escapaba por tercera vez en la carrera.

Ya solo quedaba de la contrarreloj de 24’1 kilómetros en Podersdorf am See, en la que Marco Pinotti (BMC Racing) sacó a relucir toda su calidad y se llevó con inmensa claridad la victoria en un recorrido en el que únicamente Vandewalle pudo hacerle sombra, de forma relativa. En cuanto al líder de la carrera, perseguido mayoritariamente por una extensa lista de escaladores puros, cumplió con los pronósticos y no hizo otra cosa sino incrementar su ventaja con los rivales que más de cerca acechaban al corredor danés, quines desterraron del podio a Di Luca. El trayecto a Viena de la última jornada fue un paseo en el que Daniele Colli (Team Type 1 – Sanofi) conseguía una nueva victoria para el ciclismo italiano, al que sólo el futuro escudero de Alberto Contador a las órdenes de Bjarne Rijs pudo derrotar. Segunda vuelta por etapas de la campaña para Fuglsang, que tendrá que conformarse hasta 2013 con luchar con generales de segunda categoría por los ínclitos puntos UCI que tanto están permitiendo “brillar” a Amir Zargari, Boris Shpilevskiy o Mehdi Sohrabi.

Clasificación general final. Top 10:

  1. Jakob Fuglsang (Radioshack – Nissan) en 28h13’09”
  2. Steve Morabito (BMC Racing) a 1’24”
  3. Robert Vrečer (Team Vorarlberg) a 1’52”
  4. Danilo di Luca (Acqua & Sapone) a 2’15”
  5. Aleksandr Dyachenko (Astana) a 2’16”
  6. Marco Pinotti (BMC Racing) a 2’41”
  7. Thomas Rohregger (Radioshack – Nissan) a 2’42”
  8. Marcel Wyss (Team NetApp) a 2’53”
  9. Petr Ignatenko (Katusha Team) a 2’55”
  10. Sergio Pardilla (Movistar Team) a 3’04”