Así ha transcurrido su vida profesional. De guardián, de escolta o como última posta del relevo que significa el actual treno del Argos-Shimano. Diferentes puestos para un mismo objetivo: defender los intereses del sprinter titular. Kenny Van Hummel y Marcel Kittel han sido su sombra en sus cinco temporadas como profesional. Pese a ello, oportunidades nunca le han faltado. La amplitud de calendario unido a una plantilla corta para cubrirlo le ha hecho ir ganando enteros en un equipo con un pretencioso horizonte.

Tom Veelers (Ootmarsum, 1984) es otro de los muchos nombres de la factoría Rabobank. En la estructura continental desarrolló su etapa amateur. A pesar de sumar resultados durante el ciclo de tres temporadas que permaneció en el seno del equipo las puertas del conjunto profesional se cerraron para él. Ni las victorias en el Olympia´s Tour o en la París-Roubaix amateur le dieron crédito para merecer la oportunidad.

Fue el Skil-Shimano quien le dio la oportunidad en 2008. Con Van Hummel y Robert Wagner en el equipo su tarea consistió en ser su apoyo en el sprint. En las pruebas menores encontró libertad. En el Tour of Qinghai Lake en tierras chinas logró su primera victoria como profesional. A la vez que creía el potencial del equipo y el poder de Van Hummel –diecinueve victorias en tres temporadas- Veelers se asentaba y acredenciaba una escalada en sus resultados. Décimo en la general de Catar, quinto en la París-Bruselas, octavo en Dwars Van Vlaanderen, decimotercero en la París-Roubaix o victoria de etapa en el Circuito Franco-Belga con un segundo puesto en la general tras Robbie McEwen después de su debut en su primera grande, la Vuelta a España.

Las salidas de Van Hummel rumbo a Vacansoleil-DCM y la anterior de Robert Wagner a Leopard-Trek no aliviaron su situación en el Skil-Shimano. La sorprendente explosión de Marcel Kittel y la llegada esta temporada de John Degenkolb le siguen relegando a un segundo escenario. La formación de un verdadero treno para los intereses de Kittel le llevó a ser su hombre de confianza, la última bala antes del esfuerzo final. Pese a ello sigue aprovechando los resquicios que le llegan. No es un ganador nato pero cada vez está más en la pelea como demostró en Catar –quinto-, Kuurne-Bruselas-Kuurne –sexto- o en la Pro Race Berlín –cuarto-.

Es en este Tour de Francia cuando verdaderamente se ha desquitado de su función. Camino de Tournai su jefe de filas -y all in de la escuadra de los Países Bajos en la Grande Bouclé- no mostraba buena cara. Una inoportuna gastroenteritis se cruzaba en su camino. Inoportuna para Kittel, bendición para Tom Veelers. El holandés encontraba en la adversidad su oportunidad. Por delante el mejor escenario posible para brillar en un conjunto dispuesto para las volatas. Simple cambio de locomotora.

Despejo las dudas a las primeras de cambio. El mismo día que el teutón decía adiós firmaba un cuarto puesto tras Mark Cavendish, André Greipel y Matthew Goss. Gran estreno como sprinter titular. El tercer puesto de Rouen dio esperanzas para el equipo de Iwan Spekenbrink quien tiene ahora en Veelers a la mejor opción para llevarse la tan ansiada victoria de etapa. La lucha desigual contra los hombres top es su hándicap que intentará solventar con el apoyo de unos compañeros que trabajan por y para él. Metz será una nueva ocasión para seguir reivindicándose después de que ayer se armara la de Saint-Quentin. La caída de Tyler Farrar tras luchar con Veelers por la posición desembocó en una imagen más que curiosa en meta. El americano se presentó en el autobús para pedir explicaciones un tanto molesto por la situación vivida en el transcurso de la etapa. Una situación que no debe eclipsar el buen hacer de Veelers en este Tour.

tom veelers

Foto (c) Argos-Shimano