Es difícil para una estructura y un manager el cambiar un papel de forma radical. Estar habituado a ganar, a ser de los mejores siempre y en casi cualquier carrera, para después verse obligado a quedarse con lo marginal, como cayendo varios pisos sin ascensor, exige capacidad de adaptación y mucha psicología de grupo. No es lo mismo pelear por las Grandes Vueltas, que por la fuga. Desde hace más de una década (2001), con el patrocinio de Computer Sciences Corporation (CSC), Bjarne Riis ha estado acostumbrado a ganar mucho y bien con sus estructuras. Siempre han cambiado los nombres (CSC, Tiscali, Saxo Bank, Sungard y Tinkoff Bank), pero casi nunca los resultados. Hasta ahora.

Durante 2011, la estructura danesa fue saltando de carrera en carrera con objetivo claro pero con futuro incierto. Les vino bien para ganar, pero nada cuenta ya ni para Contador -que ha perdido oficialmente todas sus victorias desde julio de 2010- ni para el equipo -que da por perdidos los puntos conseguidos por él y dará también por perdidos los que consiga a partir de la próxima Vuelta a España-. En 2012, una vez sancionado a su referente, no han encontrado la llave que abriera la puerta de un gran triunfo; ‘Yei Yei’ Haedo en GP de Denain Porte du Hainaut y las dos victorias de Jonathan Cantwell, en marzo, en el Tour de Taiwan son las tres únicas victorias de este equipo con licencia World Tour.

La llegada del de Pinto a finales de 2010, tramada durante un Tour en el que los Schleck y Cancellara rompieron con Riis y Contador con Bruyneel, limpió la escuadra danesa y comenzó a acoger a corredores por el interés de su líder, y la situación del mercado. No muchos querían firmar por Saxo Bank-Sungard, y muchos quisieron salir. Richie Porte -un año después que el resto-, Jakob Fuglsang, Matti Breschel o Jens Voigt, corredores con varias dimensiones, protagonistas pero también valiosos gregarios, siguieron el camino de los Schleck o el suyo propio, y en Saxo Bank tuvieron que ponerse a buscar.

Ni Benjamín Noval ni Dani Navarro -este un poco más quizás- ni Jesús Hernández, cohorte particular de Contador, ni David Tanner, por ejemplo, aunaban tanta aptitud para tanto ganar como hacer ganar a sus compañeros. Así que, todo organizado, la confección de Saxo Bank-Sungard (2011) y Saxo Bank (2012, hasta junio) quedó como estructura con un único líder para las vueltas por etapas, y con algún que otro islote (Nick Nuyens, Juan José Haedo o Chris Anker Sørensen) con el que mostrar el maillot del equipo por todo el World Tour. Insuficiente. Y si te quedas sin tu máxima referencia en febrero, más todavía. Y si tu líder para las clásicas se rompe en marzo, apaga y vámonos. Así, Saxo Bank, ahora con Tinkoff Bank, ha necesitado de una nueva mentalidad para afrontar una carrera en la que ha rendido siempre, y que llegó a ganarla en 2008 gracias al ‘momento Alp d´Huez’ de Carlos Sastre.

Saxo Bank-Tinkoff Bank ha ido al Tour de Francia con Jonathan Cantwell, Juan José Haedo, Anders Lund, Karsten Kroon, Michael Mørkøv, Nick Nuyens, Sergio Paulinho, Chris Anker Sørensen y Nicki Sørensen. Equipo de buen nivel medio, con corredores como Haedo, Kroon, Nuyens, Paulinho o los Sørensen, con aptitudes y demostrada capacidad para rascar triunfos de cierta calidad, pero muy diferente en su confección comparado con la de años anteriores. Objetivos diferentes, equipos diferentes. Objetivos diferentes, también mentalidad diferente.

Michael Mørkøv es la demostración de un espíritu renovado, obligado por la adversidad y la ley del ciclismo. Busca -este es su trabajo al fin y al cabo- y encuentra la fuga con hambre, y durante ya tres días ha encontrado un premio que bien vale una semana no de triunfos, pero sí de publicidad; el polkadot es suyo y lo vestirá como mínimo hasta el fin de semana. Más adelante llegarán los días de Haedo, buscando su segunda victoria en una Gran Vuelta, o los de los Sørensen, Kroon o Nuyens buscando alguna de esas fugas que llegan a meta. Y es que cuando lo que te queda es lo marginal, los premios a la combatividad y el honor de vestir y luchar por un maillot durante algunos días, y como mucho un triunfo de etapa, un cambio de mentalidad es mucho más útil que una ideal preparación física. Y llegarán otros momentos y otros fichajes (¿¿??), pero ahora mismo los corredores de Riis están en eso de dejarse ver, y dignificar una temporada y un Tour servido con cuchara de madera.

Michael Morkov