Focos, cámaras, miradas. Objeto de atención para un debutante llamado a eclipsar una carrera. Por encima incluso de favoritos se cuela su nombre. El chico maravilla debuta en la grande entre las grandes. Expectación por conocer lo que es capaz de hacer en su primer Tour de Francia rodea una figura capaz de brillar con luz propia. Peter Sagan (Zilina, 1990) es único. Lo demuestra temporada tras temporada desde su magnífico estreno en la élite en 2010. Su límite es el cielo. Su definición es fascinante, diferente a la del resto de adversarios. Cada victoria es un mundo, un universo, su universo. Un universo que descubre nuevas galaxias. Niza, Suiza, California, Polonia o Vuelta a España se han rendido a la evidencia. Una evidencia regida por la superioridad demostrada por el ciclista de la Liquigas-Cannondale.
Claras aspiraciones. “Quiero el maillot verde” declara cada vez que le preguntan sobre su objetivo personal. Una meta ambiciosa pero sobretodo, alcanzable. Beneficiado por un profundo cambio en la programación de la primera semana de competición y por unas cualidades que le hacen brillar tanto en una volata como en un final uphill, es el favorito a vestir el tan ansiado maillot en el podio de París. Rivales no faltarán. Los mejores velocistas se dan cita en la salida en Lieja. Marck Cavendish, André Greipel, Marcel Kittel, Matthew Goss, Tyler Farrar o José Joaquín Rojas lucharán por el vert.
Frente a trenes, Sagan tendrá una locomotora. Daniel Oss será el escudero perfecto para guiarle en los momentos cruciales de cada final de etapa. Sintonía, técnica y potencia serán las armas de un dúo en una maraña de corredores en una encarnizada lucha por una victoria. La inferioridad no será problema para ellos. Acostumbrados a sacarse las castañas del fuego, tratarán de aprovecharse del trabajo de los equipos más fuertes. La colocación hará el resto.
Mientras que la inmensa mayoría tendrá que esperar al tercer día de competición en Tournai, él ya habrá gastado dos balas. La primera en el prólogo en las calles de Lieja. La victoria conseguida en Lugano batiendo a Fabian Cancellara le da alas a pesar de que el trazado no le favorece tanto en esta ocasión. Seraing, en la primera etapa en línea, será el segundo. Ligero repecho final donde hombres rápidos y uphill finishers se batirán por un triunfo que puede valer un maillot amarillo. En total siete opciones antes de que llegue el primer final en alto, La Planche des Belles Files. Desde finales complicados como Boulogne-sur-Mer donde Sylvain Chavanel conquistó la tricolor en 2011 a finales destinados a un sprint puro como Rouen, Saint Quentin o Metz.
Para entonces quizás toque escribir un nuevo capítulo de la corta pero intensa y exitosa carrera del ciclista eslovaco. El incansable, el insaciable, el indomable llega para seducir y dominar el mejor escaparate posible. El debutante Peter Sagan comienza a escribir su historia en el Tour de Francia.