Los aficionados más veteranos al ciclismo y en especial los aficionados españoles seguro recuerdan con especial nostalgia el Tour de Francia de 1973. Un Tour de Francia marcado por la superioridad española, en especial el dominio aplastante de Luis Ocaña. El ciclista conquense se hizo con la general de la carrera por más de 15 minutos de ventaja con el segundo clasificado, el francés Thévenet. Pero además, venció nada más y nada menos que 6 etapas de la ronda gala.

Hasta aquí, casi todo el mundo conoce por encima lo que fue y significó aquel Tour de Francia, pero pongámonos en situación. 8ª etapa y una de las etapas reinas del Tour de Francia de 1973 con salida en Moûtiers, llegada a Les Orres y 230 km de recorrido. Los ciclistas tenían que pasar algunos de los puertos más famosos del panorama internacional. Madeleine, Telegraphe, Col du Galibier, Izoard y Les Orres. La carrera venía bastante caliente de días anteriores, las declaraciones de un enfadado José Manuel Fuente, encendieron aún más la mecha de la carrera. “Ocaña sólo se fija en mí, solo sale a mis ataques, pero que espere…”.

Enfurecido con lo sucedido días anteriores, El Tarangu lanzaba un ataque con todo a más de 180 km para la línea de llegada. Ocaña salía como un poseso a su rueda y pronto los dos hombres más fuertes de la carrera vieron como se marchaban en un mano a mano. Ya insertados en pleno Galibier y después de un parón por parte de los dos españoles y su particular reagrupamiento, los aficionados que se congregaron en el puerto y los que pudieron seguirlo desde sus televisores vieron como un enfurecido José Manuel Fuente realizaba la friolera de más de 20 demarrajes al líder de la carrera, Luis Ocaña.

El conquense salía a cada ataque del asturiano y se agarraba a su rueda como si en ello se le fuese la vida. El Tarangu, viendo que no podía despegar a Ocaña de su rueda, decide parar en seco y colocarse tras la rueda de Luis. Una imagen vale más que mil palabras. Luis Ocaña se ponía a tirar delante. Pero siempre con el miedo y la mirada hacia atrás, mirando por debajo del manillar. Y es que la figura de un Ocaña vigilante no podía dejar de mirar a un peligroso José Manuel Fuente.

La mala suerte se volvió a cebar con José Manuel Fuente. Dos inoportunos pinchazos a 30 km para la línea de meta hicieron que Ocaña aprovechara para marcharse en solitario. La ventaja de Ocaña se situó en los 2 minutos pero el ritmo final de El Tarangu le hizo recortar tiempo y llegar a meta con tan solo una pérdida de 58 segundos.

La prensa de todo el mundo describía como una hazaña la de Luis Ocaña en llegada a Les Orres. Pero en un segundo plano quedaba la sensacional etapa de El Tarangu que sin los inoportunos pinchazos podría haber sido muy diferente. En el equipo de Luis Ocaña, el Bic, no las tenían todas consigo. Veían a El Tarangu como el único potencial rival para arrebatarle el maillot amarillo.

Días más tarde, los representantes del equipo Bic se presentaron en el hotel del equipo Kas. Tras buscar y encontrar a José Manuel, le comentaron que le ofrecían un millón y medio de las antiguas pesetas y la ayuda para conseguir ganar la general de la montaña del Tour de Francia. Todo ello si dejaba de atacar y se vendía por la victoria del Tour de Francia ante Luis Ocaña. La respuesta fue contundente de El Tarangu. “Un asturiano nunca se vende, lucha hasta morir”. Fuente terminó 3º aquel Tour de Francia y no consiguió la general de la montaña. Pero lo que sí consiguió y jamás perderá es el cariño que los aficionados al ciclismo le tienen. Y es que El Tarangu, es una leyenda.